flowers for u 甘い kooktae AU

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alzó la vista, encontrándose con una figura masculina un poco más alta que él que iba acercándose con una cálida sonrisa en sus labios. el tipo era extraño.

fue cuando se postró frente a él que supo que no era el chico más normal que había conocido.

—  ¡Y ES QUE TU NO SABES! QUE TE NECESITO COMO EL HORNO AL COAL—  gritó emocionado.

taehyung estaba aturdido.

¿qué le pasaba a ese tipo?

— ¿qué?— preguntó en un estado de shock.

el chico río ante la reacción, su risa era demasiado linda para taehyung, pero no podía desconcentrarse del punto.

—  eres el chico lindo de suéter verde, en tu tweet dije que si te veía en la calle te iba a aventar una flor con violencia amable y eso fue lo que hice, aunque la parte de minero... esa sólo se la dije a mis amigos— rió un poco avergonzado de sus actos pasados, pero no sonaba arrepentido.

— yo...

— no tienes nada que decir. lo hice porque me pareces lindo y me gustaría conocerte, aunque no sé si tú lo quieras— murmuró tímido.

ahora si que estaba en shock. el desconocido era el tipo que le había comentado en twitter que iba a tirarle una flor si lo veía en la calle, pero no esperó que de verdad lo hiciera. era lo más random que había visto en su vida. y le gustaba.

— ¿taetae?— la voz de un confundido jimin llamó la atención de los dos chicos.

— mimi, hola— sonrió tae a su amigo.

— hola, ¿quién es él?— cuestionó interesado, su rostro se le hacía familiar, pero no sabía de dónde.

— él es...— taehyung alzó las cejas al más alto, no sabía su nombre, después de todo.

— soy jungkook, mucho gusto— se presentó sonriente.

jimin entrecerró los ojos, ese nombre se le hacía familiar. observó el piercing del chico y ahí sus neuronas conectaron.

— ¡ahh! eres el chico de twitter— chasqueó los dedos exitado por su gran azaña.

— este mismo— rió jungkook.

taehyung se perdió en sus paletas frontales, eran lindas, parecía un lindo conejito. y sus ojos le daban un toque tierno, pero masculino, era un chico interesante.

— ¿entonces, taetae?— la atención se dirigió al castaño.

— eh...— desvió su vista a jimin quién lo observaba expectante, devolvió su vista a jeon, esperaba no arrepentirse de lo que diría— está bien, acepto conocernos mejor— asintió con el corazón bombeando un poco más de lo normal.

no sabía porque había aceptado, pero todos merecían una oportunidad.

. . .

taehyung empezaba a creer que había tomado la mejor decisión al aceptar a aquel extraño pero lindo chico infiltrarse en su vida. apenas habían pasado unas horas, pero él se encontraba feliz gracias al pelinegro.

y sabía que jimin también pensaba lo mismo, puesto que hace unos minutos el mayor parecía conversar animadamente con jungkook sobre, al parecer, sus stremers favoritos y algunas cuantas cosas más. cosas que él no entendía del todo.

— ¡tae, jungkook es genial, le gusta marvel y tiene muchas teorías geniales sobre el mcu! ¡además le gusta rubius!— chilló jimin emocionado.

— eso es genial, minie— sonrió feliz de que su amigo consiguiera a alguien con quien hablar de marvel y sus stremers—. pero ya sabía lo del rubius- rió al recordar la escena que el mayor montó hace unas horas atrás.

— lo apruebo para ti— asintió alzando el pulgar, taehyung soltó una risita.

jungkook había ido a comprar un algodón de azúcar, habían encontrado un carrusel no muy lejos de donde las flores y habían aprovechado para tomarse fotos y divertirse los tres juntos, pero claro, jimin había decidido irse en otro sitio del carrusel y dejar al par de chicos sentarse juntos en un trineo para que pasaran el tiempo y se conocieran mejor.

grande, jimin.

— y si no tuvieras cosas en común con él, ¿no lo hubieras aprobado?— preguntó burlesco alzando las cejas para molestar a jimin.

amaba molestar a su mejor amigo.

— claro, si voy a tener cuñado que al menos sea interesante y me caiga bien— se sinceró.

— bueno, al menos me siento más tranquilo al saber eso— la voz de jungkook causó que ambos chicos lo volteasen a ver, el pelinegro traía dos algodones de azúcar grandes en ambas manos, ambos amigos empezaron a segregar más saliva en señal de lo ansiosos que estaban por sentir el algodón deshacerse en sus bocas— sólo habían dos, el último se lo llevó un niño, así que serán para ustedes— sonrió extendiendo ambos algodones.

— no te preocupes, jungkook, a tae no le gusta mucho comer algodón de azúcar, puedes compartir con él, ¿cierto, tae?— alzó las cejas repetidamente, el castaño captó rápido a lo que se refería.

— ah, sí. hay que compartir jungkook— murmuró tímido, sus mejillas rosadas por la idea de compartir algodón de azúcar con el chico que, recién se daba cuenta, le atraía.

— sí no te molesta por mí está bien— el pelinegro sonrió acercándose al castaño para poder compartir el algodón.

jimin pinchó su pecho orgulloso, en sus adentros se sentía el héroe de la historia, y vaya que lo era.