Relato:"El Familiar y el Espiritu"

Cap. 1: Tragedia

Perdiendo toda esperanza un gato negro con patas y cuello blanco se alejaba de su pueblo natal Luz de Luna,que estaba ubicado cerca de las montañas Dragon de niebla. Todo su cuerpo cubierto de heridas y una pata trasera rota, observaba tristemente como se alejaba de el que fue en mejores tiempos su hogar y de su compañera Alyna.Una hechicera conocida en la zona por su habilidad de curacion, como asi tambien por sus predicciones futuras y lectura de runas antiguas. Siempre mostraba una personalidad cálida y amable con la gente del pueblo, los recibia con una sonrisa que acompañaba su pelo largo y rojizo, sus ojos azules como una gema que apenas se notaban cuando usaba sus gafas y sus vestidos que cambiaban de color dependiendo de la temperatura del ambiente.A veces iniciaba el dia con uno color verde musgo y terminaba cambiando a ser color azul oscuro como el cielo nocturno, algo que era muy comun entre las jovenes que estudiaban y practicaban diferentes estilos de Brixta conocidas en su mundo.Llamó a su familiar Cayce, mismo que presenció su triste final en una noche de luna sangrienta y que no pudo evitar que la sangre de la pobre Alyna tiñera las rosas blancas del bosque susurrante.Alyna con sus ultimas fuerzas habia logrado alejar a Cayce de la escena quien habia sido herido tambien por los demas familiares presentes en el baile de aquella noche, bestias en forma de lobo que obedecian a sus amos y no tuvieron piedad del pequeño familiar que apenas podia levantar la cabeza aturdido. A pesar de encontrarse sobre el puente y entrada al pueblo pudo oir los gritos de varias hechiceras y oler el humo que inundaba el enorme bosque donde perdio su conexion con Alyna. Tenía que encontrar a su padre quien se habia ido de viaje con un grupo de exploradores mas alla de las montañas de las aguilas de acero, en busca de antidotos para un veneno sin precedentes que se estaba vendiendo desde la ciudad principal en los pueblos que la rodeaban. Tenía la propiedad de oscurecer y espesar la sangre de la victima en cuestion de minutos, sin darle oportunidad a ningun antídoto que tuviesen en sus registros.