→Desde que su relación fue en acenso, los besos ya no eran solo por juego.
Sabían que estaba mal de cierto modo, las sensaciones eran nuevas, y ninguno de los dos iba a parar ante tal adictiva sensación.
⚠️Por favor, lee las aclaraciones antes de em...
Un beso en el cuello, puede llegar a significar una muestra de cariño y puede dar pié a un beso con mayor intensidad.
Se llega a expresar el deseo en el momento íntimo con esa persona en especial, siendo una clara invitación al acto sexual de una forma tierna y apasionada. Son capaces de desatar el deseo en la otra persona de una manera apresurada y consentuada.
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Quackity toma sus mejillas una vez más con delicadeza, pega su frente junto a la de Luzu y cierra los ojos fuertemente mientras repite las mismas palabras en una entonación suave y calmada para no causar más estragos.
—No pasa nada, no pasa nada. —Dice en un susurro.
La noche está más obscura a su parecer, siente como si la luna no hiciera el suficiente trabajo para reflejar la luz de sol y el cielo está despejado más no es posible lograr ver ni una sola estrella.
Cualquiera que saliera a esa hora podría sentir el miedo al estar fuera, aquella sensación como si el cielo te fuera a tragar dejándote en un abismo interminable de oscuridad mientras el miedo en todo tu ser aumenta sin querer parar, sintiéndose perdido y entrando en un pánico instantáneo.
—Lusu, está bien, está bien —Vuelve a hablar tan solo unos segundos después sin moverse ni un poco, pues toda su atención está en una sola persona.
El nombrado solo tiene sus ojos abiertos en grande, su respiración es acelerada y pesada, lágrimas caen de sus ojos y sus manos tiemblan sin estar en un lugar fijo pues no sabe dónde ponerlas.
—Es solo una pesadilla, Lusu —Sigue hablando aun si su voz se vuelve rota a causa de la preocupación.
Abre sus ojos mirando fijamente los del mayor, lo cuales se ven perdidos, aun si están hacia una dirección estos no parecen estar mirado donde se cree, sino que su mente está en un limbo interminable y no sabe cómo salir de aquel solitario infierno al que todos le temen.
Es de madrugada, y hace tan solo unos segundos Luzu tuvo una pesadilla que sigue procesando y sin poder asimilar aún, pues aunque esté en la pequeña casa de Quackity usando un pijama completa de tigre, parece que dentro de él todo está perdido y sin rumbo fijo.
Su piel está más pálida y sus ojeras se marcan mucho más que normalmente, las lágrimas siguen saliendo y Quackity empieza a desesperarse al no poder sacar a su amigo de su trance.
—No sé que chingados pudiste soñar, Lusu —Rápido y con un tono de desesperación es como las palabras salen de su boca— pero yo estoy aquí contigo, no hay nadie más aquí, nadie puede hacerte nada, solo somos tú y yo, justo como el día en el que nos conocimos. —Agita con levedad el cuerpo contrario esperanzado en que con eso pudiera reaccionar.
Lágrimas salen de sus ojos heterocromos, pues no sabe que hacer, su desesperación está en su límite y piensa seriamente en salir por ayuda, ya que de todas las veces que ha dormido con Luzu; algo así no había pasado como para saber qué hacer.
