♡2: Los ojos

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El castaño se asustó al ver  aquella persona a punto de saltar y corrió tan rápido como se lo permitió su instinto de alerta.

Al llegar al barandal de la cornisa lo sostuvo del suéter y jaló tan fuerte como pudo mientras le gritaba que se aferrara a su abrazo, pretendía levantarle por encima de la barra de metal fría. Jaló un par de veces y logró levantar a la otra persona haciendo que cayera  encima de él, mientras caían Minho pensaba que ese alguien era bastante ligero, y además tenía una cintura pequeña, pues lo había tomado de esa zona de cuerpo para llevarlo fuera de peligro. Al caer sintió un fuerte golpe... y que estaba mojado, luego notó que había lanzado encima la bebida que hacía un segundo sostenía.

-¿Que te sucede? ¿Por qué ibas a saltar?!!- grito con fuerza el castaño mientras sostenía con fuerza la muñeca de aquella persona.

-Suéltame! Mejor dicho, ¿Qué te sucede a ti?- pregunto la persona mientras se alejaba del castaño y arreglaba su suéter que hace un segundo le habían jalado tanto que parecía haberse estirado dos tallas más.

-Ibas a saltar! ¿Qué se supone que haría? ¿Dejarte caer? Tienes suerte de que haya llegado en el momento adecuado.- le contestó exasperado mientras se ponía de pie.

-¿Suerte? Yo no iba a saltar! Yo...yo solo estaba observando el paisaje, me dejé llevar y crucé el límite del barandal, y si fuera así no es tu problema, métete en tus asuntos. Por tu culpa ahora estoy mojado- le dijo el de ropas negras.

-Acepta que por mi culpa ahora estás a salvo. – Minho se sacudió y luego le ofreció una mano para ayudarle a ponerse en pie.

-Estas bien?- pregunto el castaño.

-Estoy bien, gracias.- le respondió.

El castaño observaba a la misteriosa persona de espadas sacudirse las ropas mientras se retiraba aquel suéter, a la vez que sin tener la intención pudo notar que como había pensado, tenía una cintura pequeña y linda, era alguien de contextura delgada, estatura más baja que él y también notó de inmediato que esa misteriosa persona era hombre.

De pronto quedó totalmente perplejo cuando aquel extraño se giró a observarlo y vio sus ojos, esos ojos eran algo más que lo que él consideraba "enigmáticos", a pesar de ser de color café, considerado un color "común" había algo en ellos, no encontró una palabra con la que pudiera describirlos, lo único que sabía era que tenía que fotografiarlos antes de que se marchara.

-¿Hola? ¿Me escuchaste?- pregunto la persona que portaba un pasamontañas.

-Ah, lo siento, ¿qué dijiste?- le respondió.

-Dije que dejes de observarme como si quisieras besarme, me halaga pero mi ropa está mojada y tengo que irme, gracias por salvarme de una caída que no planeada, buen médico, adiós- le dijo al momento que comenzaba a caminar hacia la puerta.

-¿Médico? no soy un médico, ¡Espera! no te vayas, por favor. Necesito pedirte algo... yo...tus ojos me... lo que quiero decir es, sé que sonara extraño pero ¿puedo tomar una fotografía de tus ojos? Es con fines de investigación científica, no te preocupes.- le dijo el castaño de manera apurada, mientras observaba cómo el de traje negro se detenía para girar a observarlo.

-¿Así...que te gustan mis ojos?- Le contestó mientras se aproximaba a él de forma lenta, con una agraciada forma de moverse, que el castaño odio admitir pero lo hizo sentir levemente intimidado.- Tampoco te escuche negar querer besarme...adelante, toma tu fotografía, tienes 2 minutos.- le dijo.

Una vez que Minho tomó varias fotografías, ambos se quedaron observándose directamente a los ojos y en completo silencio. la tensión era palpable e inexplicablemente se sintieron cómodos a pesar de ser un completo extraño para el otro, el más alto intento retirarle el pasamontañas para poder ver su rostro, lo mataba la curiosidad, pero de pronto el de negro lo detuvo y se abalanzó a besarlo. El contrario le respondió aquel beso y lo tomo de la cintura, el más bajo comenzó a subir el nivel de pasión con que lo besaba, camino hasta hacer chocar al contrario contra la pared húmeda y fría, pues por la tarde había llovido.

"ORÍGENES"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora