A escondidas..||Endeavor y Tú||

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Antes de irse, ____ iba a aplicar algo de limpieza en su gran hogar. Algunas cosas ya estaban llegando, pero prefirió darles la llave a los tipos de la mudanza, eran amigos suyos desde la escuela y tipos de suma confianza, podía contar con que no iban a robarse nada. Salió apuradamente a tomar la parada, llegó a la mansión mucho más rápido de lo que creyó. La familia yacía dormida, pero antes de que abriera la puerta, aquella mujer de cabello blanco se le adelantó, tenía a 2 que parecían ser sus hijos, un par de maletas y unas llaves, era la chica y otra persona que no conocía.

—Fuyumi, Natsuo! Que esperan? Vamonos!— ambos se notaban sin ninguna otra opción, por un lado ese joven estaba del lado de su madre, pero ya jovencita de lentes se negó.

—No, mamá.— dejo su maleta en el suelo y alzó la voz a su madre, negando por completo querer abandonar a su padre, cuando es esa mujer la culpable de todo.

Ella ha atormentado y humillado a ese hombre por mucho tiempo, siguió con el solo por su dinero y las oportunidades para avergonzarlo públicamente con la prensa, ya su trabajo estaba hecho, no tenían porque estar juntos pero en su mirada estaba claro que iba a vengarse.

—Todo está bien?— la recién empleada se acercó para darle la mano con sus cosas, la de cabello con mechones rojos le sonrió mientras bailaban lágrimas por sus mejillas.

—N-no tienes porque preocuparte por eso, creo que ya todo acabo~.. Talvez podamos progresar en ser una mejor familia...— ambas entraron y cerraron la puerta con cautela, había gente dormida todavía.

Ya había amanecido, durante todo ese pleito se perdió más el gran espectáculo del sol llegando. Ya tenía lista la comida para los demás, solo estaba teniendo complicaciones con el café, siempre ha comprado uno pero nunca lo ha preparado, necesito mucha ayuda. Era aveces torpe, inocente y descuidada, pero muy trabajadora.

—Buenos días, Fuyumi.— salieron dos jóvenes más, ambos también muy apuestos. Sobre todo el más pequeño, quien era el galán de su escuela, todos se sentaron en la mesa.

—Se va a hacer tarde, enserio tenemos que esperar al imbécil de papá?— comenzó a jugar con la silla, balanceándose y golpeándose contra la mesa.

—Que te he dicho sobre usar ese lenguaje?— estaba justo bajando el último escalón de las escaleras, no toleraba las malas palabras, más si venían de la boca de sus hijos.

—Touya, sabes que papá odia las groserías, eso es de gente vulgar..— gente vulgar? Entonces, ____ era alguien sin clase? En su país, las palabrotas son casi el lenguaje de día a día.

—Olvidalo, ya tuve suficientes problemas y no quiero empezar el día de mal humor..— saco un frasco de pastillas y en su mano cayeron dos de ellas, eran parecidas a las drogas.

—Perdone mi tardanza señor! Tuve un pequeño problema con la cafeter....a— tanto esfuerzo tirado a la basura, tropezo con una parte del suelo y dejo caer la taza encima de su jefe.

Sin embargo, al tener un don de fuego, esa quemadura no significa nada, aquí el problema es su ropa.

—P-PADRE!! E-ella no quiso hacerlo! Disculpala por favor, fue un accidente!!!— el hombre se levantó mientras veía a su hija justificando el incidente.

En un instante miro hacia allá solo para ver un rostro angelical y apenado por parte de esa joven. No era una bestia sin corazón como para despedirla, solamente le llamaría la atención.

—Tenga cuidado la próxima vez..— ya sus hijos estaban comiendo, sus platos estaban casi vacios. El hijo más mayor no pudo evitar felicitar a ____ por eso, salir con vida de esos accidentes nunca ha sido una opción, hasta ahora.

—Ya debemos irnos, si papá nos busca, dile que teníamos mucha prisa!— el chico bicolor jalo a su hermano del saco y se dirigieron a la entrada, el chófer los iba a llevar para no perder mucho más tiempo.

—Crees que este molesto?— le pregunto la empleada a la chica, ella solamente se rió.

—En realidad, no~ Debe haber tomado su medicamento otra vez, cuando lo hace, suele estar muy calmado por un par de horas!— sus ojos claros de agrandaron, nunca espero que alguien solicitará medicamento contra su ira. —Suele darme miedo de las 2 maneras, cuando está molesto se encierra en su habitación rompiendo todo y se pone a gritar, pero calmado, su expresión de suma tranquilidad me perturba..es como si fuera un cadáver sentado en la mesa!— sinceramente a la empleada también le perturbó un poco.

—Ire por algo para arreglar el desastre en el suelo, esto fue cosa mia~— tomo un pequeño trapo seco de la cocina y comenzó a secar la mancha de café, aunque tendrá que usar agua para limpiar por completo ese pequeño pedazo de piso, antes blanco como un espejo.

No había mucho trabajo que hacer en esa casa, requerían de sus servicios solo para cosas muy pequeñas. ____ fue quien tomo voluntariamente la desición de lavar el traje, quería enmendar su error de alguna forma. Era de un color azul marino, efectivamente había maneras de recuperar su estado original. Y se puso manos a la obra, su madre le enseño desde muy joven a poder hacer cosas que muchos niños no podrían realizar, tanto riesgosas como sencillas. No dejaba de pensar en el chico de cabello bicolor, era alguien apuesto pero con un sencillo defecto, una cicatriz en su cara, más que eso era una especie de cortada por un cristal.

No le incumbe, pero quisiera saber si de verdad tuvo una infancia feliz. Parece que ni ayer y hoy fueron sus mejores días de trabajo, solo quería que fuera ya su hora de irse y desahogarse con su almohada. Se quedó pensativa por minutos.

—Ocurre algo, señorita?— una voz profunda le hablaba desde el cielo, su estatura era muy poca como para ver a la cara a quién estaba detrás.

—Ah?! N-no, señor.. Todo está bien!— era un hombre que se veía dominante, sobretodo por parecer alguien de extrema fuerza. Su corazón se aceleró del miedo, sus piernas temblaban, todo acabo con unas pequeñas palabras.

—No se preocupe por lo de esta mañana..no me molestó en absoluto~— la expresión de su rostro no ayudaba mucho, era indescriptible porque no mostraba ningún sentimiento, que tan potente era su medicamento?. Parecía tan anestesiado, o incluso drogado.