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___ se sentía algo hambrienta, por lo que decidió cocinarse algo muy temprano. Pero no podía sacar ese mal presentimiento de su cerebro, como si algo vaya a salir fuera de lugar. Y si, se quemó un poco la mano derecha.

-Señorita, tenga más cuidado!- su propio botiquín le habla, es increíble que después de tantos años de tener la cocina limpia le ocurra ese incidente.

Llegar a su trabajo le relajo la mente, todo era silencioso y el aura no era tensa, buscaba el baño para cambiar su uniforme y vio salir a esos 2 chicos jóvenes de una habitación.

-Hermano, sabes que un procedimiento legal nos quitara la custodia de papá..intenta estar con el lo más posible en el caso de que eso pase~- el menor, Shoto nunca había estado tan estresado con un asunto entre sus padres.

Solamente solía ocultarse con sus hermanos cuando discutían y nunca llegó a preocuparle esa bruja que le dió a luz.

-Porfavor, esa bruja no tiene con que ganar ni un centavo!- lo único que se recibió en el correo eran revistas de Touya y papeles de divorcio, los cuales al hombre no le importo firmar. Seguía encerrado en su habitación, ahora dormido sin preocupaciones.

No le importa un juicio, no hay pruebas suficientes como para acusarlo de adulterio y sus abogados le quitarían ese peso en su espalda.

-Buenos días, jovenes..en unos minutos les tendré listo el desayuno~- ella hizo una reverencia y ya con su uniforme puesto se dirigió a la cocina, yacía Fuyumi escribiendo unas pequeñas recetas en un cuaderno de bolsillo, combinando sabores que suenan deliciosos y describiendo como un escritor experto lo haría.

-Oh, hola ___~ No te preocupes, sabes que no te dejaría todo el trabajo a ti..- ella se mostraba muy sonriente, pero ahora no se ve fingido, es una felicidad auténtica.

Solo faltaba su jefe en la mesa y su habitación estaba al subir hasta arriba, subió los escalones con menos peso en su cuerpo que antes. Sin embargo, al tomar la perilla fría de la puerta, su mano tiembla al igual que sus labios. Entro en un momento menos esperado, su jefe estaba recostado mientras abrazaba las almohadas, su espalda era ancha y no tenía playera alguna. Sus mejillas se enrogecieron de la vergüenza, sin embargo, el rechinar de la puerta no despertó a aquel hombre alto.

-Mmmh..- sus labios eran perfectos, su cabello algo despeinado hacía abajo, sus ojos cerrados inocentemente, su barba estaba algo descuidada, y su rostro era atractivo.

-Señor..?- veía una parte que le costó ver de su jefe, era guapo. Tenía una pequeña alucinación, ambos en la cocina frotando sus cuerpos, ella gritando y arañando su espalda, el solo la besa para recompensar su adolorida cadera y algunas quemaduras.

-Hmm..señorita~- su voz se escuchó ronca, se froto un solo ojo y se enderezó un poco viendo su parte de enfrente, su cuerpo bien ejercitado, unos pectorales en los que se podría dormir y su torso irresistible. Sus ojos turquesa parecían brillar en lo oscuro de la habitación.

-Ah?! N-no tenía intenciones de despertarlo, solamente queria avisarle que el desayuno está en la mesa..- Enji se levantó en busca de una camisa, no le entraba bien en la cabeza que una empleada lo estuviera viendo de esa manera, quizá solo le daba igual porque no le pidió que saliera de la habitación.

Las cortinas eran rojas, pero cubrían la luz del sol, su cama era de un marrón oscuro, había una lámpara de lava en un mueble a su lado. Estiró su espalda, echándose hacia atrás mientras ___ trataba de no morder su labio inferior. Era como si sus temblores fueran espasmos, miro hacía abajo acomodándose un mechon de pelo y saliendo del cuarto sudando intensamente. Esos pensamientos no debería tenerlos, es su jefe y este no es el mejor momento para ello. Ya sus hijos se le adelantaron, pero al no ser un día de estudio, se encuentran haciendo diferentes actividades en la casa. El pelirrojo ya había bajado, tenía sus ojos cansados y no había tanto brillo en ellos. La joven buscaba en su mente el perdón, sus visiones deberían ser tiradas a la basura por ser indecentes.

-Papá, te sientes bien..?- puso su mano en el hombro de su padre, se le notaba casi parecido a cuando se medicaba.

-No pude..dormir bien...- su voz se aclaró un poco después de dar un trago a su café, los párpados le pesaban y su respiración era profunda que podía sentirse en el alma.

-Conozco un té que puede ayudarte, más tarde puedo preparartelo~..- ella era tan pura y generosa que era imposible que sea más estable que todos sus hermanos, acomodo sus lentes y le dió un beso en la mejilla a su padre antes de dirigirse a una pequeña biblioteca.

-..Señor, con su permiso~- la chica le retiró lo que tenía en la mesa, y sirvió un poco más de café en su taza. Se echo algo de agua fría, su mente se aclaró finalmente, suspiró aliviada de sentirse mejor. Recogió su cabello, limpio los cubiertos y platos, dando pequeños toques en el suelo con su zapato.

A sus oídos llegó una dulce melodía de violín, que venía de otra habitación. Sonana triste pero tan relajante, su corazón se sentía en gran paz.

Era el joven Shoto Todoroki, tocando el instrumento como si no existiera nada más que el y ese violín, sus ojos estaban cerrados y su cabello estaba peinado hacía atrás. Era elegante y sin duda, cualquier mujer u hombre que se enamorara del bicolor sería una persona tan afortunada, se notaba un adolescente detallista, caballeroso, cariñoso, que haría todo lo que le pidieran sin quejarse o pedir algo a cambio. Un corazón roto nunca estará en su vida, el solo busca felicidad al saber que su madre ya no lo puede dañar, esas actividades le consiguen estar en paz, nada puede enojarlo o irritarlo mientras escucha sus propios acordes y melodías.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2023 ⏰

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