capítulo 1

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"Es algo aburrido por aquí, eso es parte del por qué siempre estoy en la superficie."

parte de eso.

Conocía a Nene por una casualidad que podría haber sido una entre mil millones.

Para empezar, a menudo navego a través del océano, recogiendo pescados en redes y cubetas. Amo el brillo del reflejo que el Sol desprende, y cuan grueso y pesado es el sonido del agua. El sonido es algo que me hace pensar que si me arrojara al mar, sería capturado por una manta tibia y hundido en un pesado y refrescante sueño. Amo la sensación del viento, gentil durante la noche e intenso durante el día. Estoy eternamente agradecido de que este todavía no me haya derribado.

Uno de estos días, pude ver un brillo diferente. Se sentía mal tener que arrojar mi red, como si lo que hubiera visto fuera omnipotente. Muy bello como para ser capturado de esa manera, pero aún así no pude evitar jadear. Era como una gran hoja de lentejuelas nadando, con adornos de verde azulado y morado. Me incliné sobre el bote para tener una mejor vista. Esto hizo un agudo chillido.

"Rui, sé cuidadoso." Tsukasa sermoneó.

Colocó un llamativo contenedor amarillo al lado mío, lleno de todo tipo de pescado. La mayoría eran grises, marrones o verdes, y ninguno tenía el tono brillante que había pasado junto a mí. Enderecé mi postura un poco, aunque no me dí cuenta de que el sonido era de la barandilla. Debajo de mi brazo me sentí resbalar.

Antes de sumergirme, escuché un chapoteo. Una especie de grito, pero en presencia del mar no quería pelear. Cerré mis ojos. Se sentía tranquilo como los baños acogedores que tomaría al final de mis días laboriosos. La sensación de los peces rozando a mi lado me gustó, la arena cuando golpeé el suelo. Me gustó el océano.

A través de mis ojos cerrados, pude ver un ligero cambio en las luces a medida que pasaban los segundos. Algo tiró suavemente de mi piel, como si me rogara que me levantara.

Alcé la mirada. Frente a mí se encontraba la misma cola que había visto antes, con una chica cuyo cabello era de un color más desaturado que la hierba marina que llevaba detrás de ella. Parecía frágil y tranquila - su expresión no reflejaba mucho, pero aún así me sentí atraído por ella. Un sentimiento brotó en mi pecho, pero sabía que era solo la euforia de descubrir algo nuevo.

A pesar de lo débil que parecía, su agarre no era algo con lo que discutir. Me llevó hacia la superficie y antes de que pudiera decir algo, se había ido nadando.

"¡Rui!" Tsukasa exclamó. "¿A dónde te fuiste?"

"¡Estoy justo aquí!"

Tsukasa señaló una de las escaleras del bote. Antes de subirme, miré alrededor buscando alguna señal de la chica cubierta de musgo.

Ella no estaba en ningún lado.

...

La segunda vez que encontré a Nene, estaba construyendo castillos de arena por mi cuenta. Habían pasado tres meses desde que la había visto por primera vez. Para ser honesto, me pregunté si había alucinado todo eso.

Fruncí el ceño. La arena estaba un poco mojada, y pensé que podría salvar el castillo, pero pensé mal. Miré hacia el mar, admirando la manera en la que el sol de la tarde brillaba contra el agua. El color naranja adornaba el cielo, creando una vista como la de una cálida chimenea. Quería atravesarlo y extender las manos hacia las llamas. Así, este pudiera calentar mi corazón.

Todavía estaba usando los pantalones de mi uniforme escolar, así que los enrollé hasta mi pantorrilla. Nadie podía pararme de mi impulso de tocar el agua, incluyendo - no, especialmente yo mismo, así que al menos quería estar cómodo.

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