Por la cabeza de Idia nunca había cruzado la idea de continuar con el linaje Shroud, en verdad, durante mucho tiempo mantuvo la firmeza en sus palabras cuando sus progenitores sacaban a flote el tema, repitiendo continuamente que él sería el último en el árbol genealógico que se había creado desde la Titanomaquia.
Sus padres debían conformarse con el simple hecho de haberlo obligado a tomar clases presenciales para "ayudarle" a socializar, cuando él bien sabía que todo esto era una simple excusa para que el heredero se hiciera de amigos y comenzará a buscarse una pareja.
Pura mierda.
A Idia poco le importaba si al ser un Alfa de familia noble estaba obligado a mantener el legado, él había decidido que no sucedería y lo sostendría hasta el final de sus días. Sería el denigrado social que siempre había considerado a los humanos desagradablemente detestables y eso no iba a cambiar de un día para el otro. Así que en su primer día en la prestigiosa academia se lo dejó en claro a todos esos nuevos rostros oportunistas, que buscaban una mínima posibilidad de agradarle y, que ni siquiera se resignaría a conocer.
O eso fue su plan durante su primer año de estancia en Night Raven College.
A principios de su segundo año se vio obligado a asistir al salón de los espejos donde daría inicio la ceremonia de admisión para los de nuevo ingreso; desinteresado, cansado y aburrido, se mantuvo hasta el fondo de la multitud sin prestar atención a nada ni nadie. Pasó más de diez minutos viendo la nada hasta que por fin se resignó a abandonar el lugar para regresar a su lúgubre habitación.
Hasta que él apareció.
Azul Ashengrotto, fue el nombre que grito fuerte y claro frente al espejo aquel pobre afortunado que había captado la atención del Alfa, un tritón demasiado perspicaz con la alquimia y con un porte elegantemente misterioso que había logrado hacer retener la respiración del heredero mientras creaba cientos de escenarios falsos como si de un anime shoujo se tratara sin prestar atención a los demás. Volviendo a la realidad solo para observar cómo sus hebras plateadas se perdían entre la abrumadora multitud.
Y desde esa primera vez quedó marcado su destino con el Gamma.
...
-¡No puedes simplemente decirle a un humano que odia a los otros humanos que va a tener un pequeño humano que se parezca a él! ¿Estás loco acaso?- dijo con tal rapidez que su pareja apenas le pudo entender, Idia tenia la mania de abandonar los espacios entre cada palabra por dos motivos; o era para fanfarronear de sus dotes de niño genio o era su ansiedad tomando las riendas, pero en ambos casos siempre lograba sorprender a Azul.
-Recuerda respirar cariño, no necesito volver a arrastrarte hasta el hospital porque dejaste tus pulmones vacíos- El anterior líder de Octavinelle detuvo todo su drama siquiera había comenzado, él era quien engendraba a un niño en su vientre, Idia ni siquiera tenía el mínimo derecho de intentar entrar en pánico por esta situación -Idia por favor, llevamos saliendo desde el segundo año de preparatoria y tenemos dos años de casados, era cuestión de tiempo que esto sucediera-
Sabía que tenía razón, pero aun así no podía evitar llenarse de angustia ante la noticia. Transcurrieron diez años con tres meses y cinco días desde la primera vez que sus ojos se encontraron, siete desde que aceptó sus sentimientos, dos años a partir de la primera vez que intentó declararse y tres más de convencerse psicológicamente de aceptar una boda. Pero aun en esta etapa de su vida no se sentía lo suficiente para criar a alguien más.
¿Por qué debía hacerse cargo de un niño? ¡Él aún es uno!
A punto de reanudar sus inquietudes Azul tomó sus mejillas entre sus delgadas manos suaves, acunando su cabeza en su pecho, escuchando su tranquila respiración.
-Estaremos bien, confia en mi-
-Confio en ti, pero no en mi-
-Serás un gran padre-
-Mientes...-
-Tal vez-
El movimiento causado por la silenciosa risa del peliplata fue más que suficiente para calmarlo, terminando de pegarlo a su cuerpo al abrazar su cintura, muy cerca de donde ahora se encontraba su futura descendencia.
Ambos estaban a punto de enfrentarse al Jefe final; el peor nivel que pudieran imaginar, con curación inmediata y estamina interminable. La paternidad.
Para dos novatos de nivel uno, sin armas legendarias o pociones de energía solamente significaba una cosa: su final.
Fanfic que comenzo como un reto... pero que no acabamos en octubre :D
En fin, Fathertober pero son los del club de juegos de mesa. Idia, Azul, tienen mis disculpas por lo que les voy a hacer.
-Hoshi
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↳ ❝ [𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐁𝐨𝐬𝐬: 𝐏𝐀𝐓𝐄𝐑𝐍𝐈𝐓𝐘!!!] ¡ᴵᵈⁱᵃᶻᵘˡ! ❞
Fanfic﹉﹉﹉﹉﹉﹉୨୧﹉﹉﹉﹉﹉ 𝐴𝑚𝑏𝑜𝑠 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑎 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑓𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑎𝑙 𝐽𝑒𝑓𝑒 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙; 𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑜𝑟 𝑛𝑖𝑣𝑒𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑢𝑑𝑖𝑒𝑟𝑎𝑛 𝑖𝑚𝑎𝑔𝑖𝑛𝑎𝑟. 𝐿𝑎 𝑝𝑎𝑡𝑒𝑟𝑛𝑖𝑑𝑎𝑑. 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑑𝑜𝑠 𝑛𝑜𝑣𝑎𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑛𝑖𝑣𝑒...