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Ha vuelto.

Tres meses después.

Roger despertó e inmediatamente sintió como una gran cantidad de fluido bajaba por su entrada con rapidez, el calor se esparció por su ser y solo logro quejarse.

Una vez más tenía su celo.

Roger debía de admitir que tenía miedo, es decir, hace tres meses había tenido a su bebé y tal vez le doleria; añadiendo que le daba inseguridad la gran marca en su abdomen; tenía demasiado miedo.

Pero Roger solo deseaba a May, el cual estaba tomando sol con su hijo.

Unos 15 minutos pasaron, Brian saco las llaves de la habitación hasta que el dulce aroma del rubio aún más que intensificado llegó a sus fosas nasales.

Brian no se vió a esperar, abrió la puerta con rapidez viendo a el rubio quitándose la camisa mientras se removía en la cama.

Roger lo vio, suspiró aliviado y hablo.

—Brimi, estoy muy caliente.

Brian respiró hondo, y antes de mandar todo a la mierda, fue rápidamente por las cosas del más pequeño, se supone que hoy los tres iban a salir, pero al parecer tenía algo más interesante que hacer.

Brian tomo las cosas del bebé, caminó hacia el rubio, beso su cabeza y hablo.

—Dejare a Rufus con Joan y le iré a pedir condones a Freddie, ya regreso, ¿Ok?.

Roger asintió con dificultad y hablo.

—Rapido...

Brian asintió y se fue casi corriendo cerrando la puerta detrás de él.

...

Joan abrió la puerta con una evidente cara de sueño, al ver a Brian con el pequeño que cuidaba de vez en cuando, hablo.

—Pero siempre me avisan, ¿Que paso?.

—Roger está en celo de nuevo. ¿Lo podrías cuidar las horas necesarias?, Te pagare el doble si me tardo hasta la noche.

Joan no se vio negada, tomo al pequeño y hablo.

—No te apresures mucho, Brian. Haz disfrutar a Roger.

Joan le quito el bolso, Brian beso la cabeza se su hijo y se fue corriendo a la habitación de Freddie.

Al llegar toco como un maniático, Deacon abrió mientras rascaba uno de sus ojos.

—¿Brian?, Son las siete de la mañana y es un sábado, ¿Que pasa?.

—¿Tienen condones?.

—Voy a preguntarle a Fred.

Deacon camino hacia Freddie y lo despertó, hablo.

—Fred, ¿Tenemos condones?.

—¿A estas horas me vas a coger?.

—¡Freddie que asco!. —Intervino Brian.

—Yo no te digo nada cuando lo haces con Roger.

—Es diferente por que tiene su celo ahora,¿Tienes condones o no?.

Si tengo, llévate una caja completa.

Deacon la tomo y se la entrego a Brian, quien agradeció y se fue corriendo de nuevo.

...

Brian abrió la puerta mirando la caja de condones, cerró la puerta detrás de el y hablo.

—Me dieron una caja de tres condones... ¿Crees que con tres veces esté bien esta vez?.

Brian al alzar la vista quedó pasmado en su lugar.

Roger se encontraba desnudo acariciando su erección lentamente y hablo.

—¿P-por que duraste tanto?.

Brian sonrió levemente y tiró la caja de condones al lado del rubio, quitó su camisa y hablo.

—Freddie siempre quiere hacer charla.

Antes de subirse a la cama se desnudó por completo bajo la atenta mirada del rubio.

Al terminar de desnudarse, se subió y tanteo con su mano la entrada del menor, para después sonreír y hablar.

—¿Te tocaste aquí, precioso?.

Roger se sonrojo apenado y asintió sin mirarlo, Brian metió dos dedos y empezó a moverlos lentamente.

—P-perdoname... —Se disculpo el rubio mientras se dejaba hacer dejando se masturbar su miembro.

May sonrió viéndolo, Roger se acomodó de manera cómoda mientras suspiraba y soltaba quejidos.

Brian saco los dedos y hablo.

—Quiero probar algo...

Roger lo miro confundido y hablo.

—¿Que?...

Brian no dijo nada, bajo lentamente sus besos por el pecho del rubio, beso los muslos de este y bajo un poco más.

Roger se encontraba con los nervios a flor de piel, su cuerpo temblaba.

Hasta que sintió la lengua de May recorriendo su miembro.

Un gemido salió, Roger cerró los ojos pero inmediatamente los abrió para mirar a May, el cual conecto su mirada con Roger.

El pequeño rubio soltó un quejido agudo, Brian sacó el miembro de su boca y hablo.

—¿Te gusta?.

El pequeño rubio asintió lentamente, Brian hablo.

—Llevamos un año juntos... Un maldito año juntos el cual he disfrutado con todo mi corazón, me diste a mi hijo el cual amo con casi todo mi corazón y creo que debería de agradecerte haciéndote el amor.

Roger sonrió levemente y asintió.

—Si quiero...

—Entonces voy a hacerte el amor, mi amor.

𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐚𝐫𝐨𝐦𝐚 𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐥. [𝐌𝐚𝐲𝐥𝐨𝐫/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora