no te acerques a midoriya

atras, pe...

Era día de terapia, un día malo, izuku la acompañaba para asegurar que no sucediera un ataque de ira o un bloqueo y procediera a cometer graves crímenes con una sentencia de muerte por lo menos. El problema no era ir a terapia, podía escuchar todas esas sandeces que decía su terapeuta para poder integrarse a la sociedad de nuevo, todo su terrible día iniciaba con su trauma y la suavidad.

Tomura: ¡atrás bestia demoniaca! – mostraba una cruz, robada de algún lugar mientras izuku no veía, tenia en su cuello un collar de cuentas con aspecto budista, también robado.

Psicóloga: me es increíble el hecho de ser casi nuestra cita numero 100 y ella aun sigue odiando mi aspecto.

La psicóloga era portadora de un quirk, uno bestial, tiene el mismo aspecto que un perro, el perro que alguna vez Tomura amo y termino desintegrando. En palabras de shigaraki, no solo le recordaba al primer ser que ella destruyo, también era el inicio de su camino, el recuerdo del final del mismo y la tortura de más de 10 años de pesadillas con el mismo perro exigiendo justicia, odiaba esa cara.

Izuku: ya, ya, calma tomu. – no termino su hablar al sentir como se acurrucaba en su pecho.

Tomura: ¡no, no lo entiendes! Esa cosa. – apuntaba a su doctora. – es malvada, ¡solo míralo! Es la forma absoluta del mal.

Doctora: bien, ¿empezamos? – se sentía un poco ofendida por el tono de tomura al dirigirse hacia ella, los niños la amaban, daba seguridad aquellos que sufrieron de abuso, por estas razones es que aun no entiende como no ha ablandado el corazón de tomura después de tantas sesiones, incluso conoce la historia de AFO, secreto nacional, de la misma mano de su paciente y aun no logra avanzar con su problema.

La rutina de cada mes, antes semanas y antes de eso días, las preguntas cambiaban para poder acercarse a la raíz de su problema y solucionarlo, reformar a su paciente y poder hacerlo alguien estable para estar en sociedad. La ruptura de su paciencia.

Doctora: bien, tomura, ¿Por qué golpeaste a ese señor con su propia bastón guía? – "y en cualquier momento viene" pensaba para sí misma cuando hacia esas ridículas preguntas de sus crímenes menores.

Tomura: ¡ese desgraciado estaba acercando una criatura del averno hacia mí! – levantaba la cabeza, fuera del abrazo de izuku para evitar ver a su doctora.

Doctora: era una mascota guía.

Tomura: ¡malvada! Tenia abierta su boca para poder comerme apenas me alcanzara.

Doctora: es un proceso que llevan a cabo para poder regular su temperatura, es algo que todos los perros o con características de los mismos hacen, mira. – mostraba un pequeño ejemplo sacando la lengua para darle un mejor entendimiento en su error, solo que olvido con quien trataba.

Tomura: ¡maldita, también quieres comerme! – se movió más rápido de lo que izuku podía reaccionar, tomo de un extremo la mesa que separaba a su psicóloga y ella y la levanto como si de una pluma se tratase. - ¡aaargh!

Doctora: ¡aaaaah! – se apresuro a sacar su ultima contingencia ante un arranque de Tomura, tranquilizador disparado.

Tomura: ¡perra, donde la vendes? Es...muy...buena...ooh – soltó la mesa al ya no sentir fuerza recorrer por su cuerpo y empezó a tambalearse, izuku tomo la mesa antes de que cayera, le costo un poco, pero nada de que preocuparse. – oh, vaya, mira... izuku.

Izuku: jajaja, ¿Qué ves? Tomura.

Tomura: todo. – arrastraba sus palabras, sentía como todo giraba y se mantenía quieto al mismo tiempo. - oye, ¿ves como mi sangre viaja por mi cuerpo?

Doctora: aah. – suspiraba derrotada por el ataque de Tomura y su descuido. – por hoy terminamos la sesión, tranquilos la cuenta corre por mi cuenta, error mío, lo siento.

Izuku: no se preocupe, yo tampoco lo vi venir, no hacia eso desde la vez que intento escapar de mi cuando entre con mi traje de policía. – recordaba el incomodo momento de ser golpeado con un sartén por reflejo y ser pateado hasta la otra parte de su sala.

Izuku cargo a Tomura y la llevo hasta el auto. Nada nuevo para él.

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volvere, algun día jajajaja