La primera vez que sueña con Obi-Wan, está teniendo una pesadilla. No sabe cómo comienza ni como termina. Solo es consciente de que cuando logra enfocar su mirada en la oscuridad del sueño; ve el rostro enrojecido de su Maestro.
N/A: Por favor discreción, es un darkfanfic. Temas como violencia, sexo no consensuado, manipulación emocional se tratarán aquí. Gracias.
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I. Nightmare.
La primera vez que sueña con Obi-Wan, está teniendo una pesadilla. Siempre las había tenido desde hacía mucho tiempo; escenarios horrorosos e impensables para un Jedi sano, recto y totalmente cuerdo. Pero Anakin no lo está desde que perdió a su madre y las guerras clon comenzaron, trayendo consigo toda clase de imágenes que su cabeza jamás será capaz de borrar, y que, además, han ido calando dentro de él para dejar su sanidad mental en un dudoso estado.
Los últimos dos días luego de regresar a Coruscant al rescatar al Canciller del secuestro por parte del difunto Conde Dooku, Anakin había estado teniendo pesadillas, más de lo usual. Salvo que su protagonista era Padmé y no precisamente su Maestro. En esos sueños veía a Padmé llorar y rogar por ayuda porque estaba a punto de morir; ella y el bebé que van a tener. Despertó angustiado, sudando frío, con el cuerpo húmedo y tenso por el miedo, su mente volviéndose tan inestable que la noche anterior no pudo diferenciar la realidad de la fantasía y solo el murmullo de Padmé a sus espaldas pudo tranquilizarlo.
Pero la tercera noche es diferente a las dos anteriores. No sabe cómo comienza ni como termina. Solo es consciente de que cuando logra enfocar su mirada en la oscuridad del sueño; ve el rostro enrojecido de su Maestro. Los dedos de Anakin están enroscados en su cuello, presionando su garganta para estrangular a Obi-Wan. Lo ve retorcerse bajo de él, luchando por el aire; con sus finos labios entreabiertos y ligeramente amoratados, la mirada eclipsada y enrojecida de Obi-Wan se pierde en la suya y el carmín que está transformándose en una tonalidad purpúrea cubre sus pómulos. Hay algo extraño en los ojos de Obi-Wan que Anakin no puede descifrar mientras sus manos presionan aún más, hundiéndose en la tierna y pálida carne.
Pero hay algo más que Anakin no puede pasar por alto mientras la escena se extiende y entonces ahora puede escuchar lo que la boca temblorosa y agrietada de Obi-Wan está diciendo. Él lo está disfrutando. Observando a su Maestro luchar y sacudirse como si no tuviera la fuerza que le ha demostrado tener por tantos años a Anakin, sometiéndose en contra de su voluntad, pero fácilmente, porque Anakin es más fuerte que él, más poderoso que todos, más indómito, más salvaje, más descarado.
──An...Anakin... ── solloza Obi-Wan y es eso. Ese sonido, esa simple palabra, cuando se da cuenta de lo que está realmente ocurriendo en aquella extraña pesadilla. Su Maestro abre su boca y expone su lengua para recibir la saliva que cae desde sus propios labios, y cuando la espuma cae en su rosada y tierna lengua, su Maestro traga ávido, sediento, desesperado; como si lo hubiera estado esperando por mucho tiempo. La saliva escurre por su pulida e impecable barba, cae y ensucia el cuero que cubre su mano mecánica y desaparece por las clavículas desnudas de él. Porque es eso. Obi-Wan está desnudo bajo su agarre, sudando, sacudiéndose frenéticamente porque Anakin lo está follando con tanta intensidad que lo único que lo mantiene en su lugar son los dedos presionando su garganta y robándole el aire.
