Una despedida

1.4K 180 24
                                    

Narr. Shen Yuan.

Nuestra casa estaba en llamas, no quedaba nada que se pudiera salvar, mi padre estaba luchando contra los cultivadores que nos habían atacado por la noche mientras cenábamos, mi madre había cambiado a su forma de zorro para ayudarlo, era un zorro blanco de nueve colas que  media mas de dos metros, era hermosa y nada mas la había visto así en dos ocasiones cuando me enseño a transformarme y ahora que su pelaje tenia manchas de sangre y de hollín, yo estaba escondido detrás de un árbol que estaba cerca por ordenes de mis padres, la pelea era reñida y salvaje, en cierto punto escuche la voz desesperada de mi padre 

-CORRAN¡¡¡-grito mirando hacia nosotros que estábamos un poco alejados de él, después fue atravesado en el pecho por una espada, mi madre soltó bastante energía mandando a volar unos pocos metros a los cultivadores, tomo el cuello de mis túnicas con su hocico y se adentro en el bosque, no muy lejos ya no pudo seguir, volvió a su forma humana y me abrazo 

- Tienes que correr A-yuan, huye y no mires atrás, tienes que vivir mi querido hijo, mi pequeño A-yuan, has eso por tus padres, si?- dijo mi madre sin poder contener sus lágrimas pero aún así mostrando una sonrisa, sus manos en mis mejillas me acariciaban gentilmente, era su forma de decirme cuánto me habían amado

-y ustedes mama? - dije casi en un suspiro intentando contener los sollozos, mi voz temblaba, y las lágrimas no dejaban de salir, mis manos estaban agarrando sus brazos débilmente, mi fuerza me estaba abandonado, ya sabia la respuesta pero no quería aceptarlo, aunque tenia los recuerdos de mi vida pasada amaba a mi madre y a mi padre de esta vida que me cuidaron y me dieron todo su amor desde que nací, no quería separarme de ellos, amaba mi vida a su lado y eran mi todo

-Lo siento A-yuan pero temo que no podremos seguir juntos- los dos nos mirábamos fijamente con lagrimas en los ojos que no podían parar de salir, baje la mirada viendo que en su vientre tenia una gran mancha de sangre, no tuve que preguntar para saber que estaba herida de gravedad y que probablemente no le quedaba mucho tiempo, la impotencia hacia que me doliera la cabeza, pensar que si fuera más fuerte podría haber sido diferente

-Por allá ¡¡¡ - un grito hizo que nos estremeciéramos, mi madre me soltó de las mejillas para darme un abrazo rápidamente el cual correspondí con el temor y la tristeza en la garganta, sabia que sería el último, me dio un fugaz pero profundo beso en la frente y después me soltó 

-Corre, corre!! - me decía desesperada, di media vuelta y eso hice, corrí lo mas rápido que podía sin ver hacia atrás sintiendo un gran dolor en el pecho, algo se estaba rompiendo en mil pedazos, cuando estuve un poco lejos caí de rodillas al sentir como nuestro lazo se rompía y ya no podía sentir su presencia, ella había muerto, no podía respirar bien y me tuve que tapar con fuerza la boca para no gritar, me mordí el labio inferior hasta que brotó un poco de sangre, sabia que no podía perder tiempo, ahora me estarían buscando a mi, me pare y seguí corriendo usando mi energía para hacer que mi rastro desapareciera algo que mi madre me había enseñado tiempo atrás.                        

La adrenalina me ayudó a seguir aun cuando mis fuerzas se habían agotado, no sabia donde estaba ahora, seguro muy lejos de casa, las lágrimas en mis ojos se habían secado y el frío se sentía en mis mejillas, era el anochecer y el entorno empezaba a ser oscuro, por no prestar la suficiente atención tropecé con la raíz salida de un gran árbol, mi pecho choco contra el suelo sacándome el aire, puse las manos para no estrellar mi cara, al instante me senté y mire para todos lados rápidamente revisando que nadie me siguiera, el miedo hacia que mi cuerpo temblara, intente pararme pero ahora que me había asegurado que nadie me seguía comencé a sentir  con mucha mas intensidad las heridas en mi cuerpo, nada gravé, uno que otro rasguño, además de que agote toda mi energía en mi escape, estaba cansado y sentía algo de náuseas, me recargue en el árbol que me había echo tropezar y revise mis rodillas, estaba sangrando , también me había raspado las manos, en general estaba echo un desastre, mis túnicas estaban  sucias y con uno que otro desgarre, mis ropas que eran de color azul claro ahora no eran más que harapos, tenia leves cortadas por todo mi cuerpo, estaba despeinado y estaba sudando mucho, recargue mi cabeza en el árbol y mis parpados empezaron a cerrarse, sabia que no debía dormir pero no pude aguantar, el sueño me pesaba, no después de mucho tiempo caí en los brazos de Morfeo.

Aparecí  en una plataforma de piedra rodeada por agua, estaba oscuro y no se podía ver nada mas allá gracias a una densa neblina, de pronto apareció lo que parecía ser una pantallita verde delante de mi.

[ ERROR ... FALLA EN EL SISTEMA...  FALLA REPARADA]

Pero que rayos es esto? me pregunte mentalmente

[ Código de activación: estúpido autor, estúpida novela]

No podía creerlo, esas fueron mis últimas palabras antes de renacer en este mundo

[ Sele informa al usuario Shen Yuan que este sistema a tenido un error durante su reubicación en la novela  Camino del orgulloso demonio inmortal ahora usted es un NPC, un espíritu zorro que es acecinado por el protagonista que protegía a una de sus esposas, como tal su personaje no tiene restricciones ni misiones ya que es un personaje no explorado y no es realmente relevante en la trama de la novela, sin embargo, no se puede cambiar ciertos puntos de la historia original que se deben de cumplir]

Así que renací en la novela de mierda de ese estúpido autor, no podía creerlo para mi este mundo ahora era mi hogar y todo lo que pasaba en el era real, mi familia, la cual fue masacrada apenas hace unas horas por unos cultivadores y todo lo que pasaría en el futuro a manos del protagonista

-Porque apareciste hasta ahora, después de 11 años?

[ Por fallas en nuestro sistema, sin embargo desde ahora este sistema estará para servirle, esperamos que la experiencia sea de su agrado] 

Después de eso desperté, ya era de día, me dolía todo el cuerpo, me transforme a mi forma de zorro, yo no era tan grande como mi madre, era del tamaño de un zorro normal, mi pelaje era blanco, hacia juego con mis ojos azul marino, en mi forma humana  tenia el cuerpo de un niño de ocho aunque ya tuviera once, mi piel era bastante clara, mis ojos del mismo tono azul marino, mi cabello era negro como el carbón y era largo, me llegaba a la mitad de la espalda.

Después de convertirme en zorro busque un lugar el cual pensé que seria seguro, parecía ser un almacén donde guardaban cosas sin importancia junto a los utensilios de limpieza, me metí bajo un saco en la parte trasera de dicho almacén  y me recosté, los recuerdos inundaron mi cabeza ocupando cada espacio, tratando que no hacer mucho ruido comencé a llorar.

 No supe cuanto tiempo había pasado probablemente horas, no quería moverme  y aunque ya no tenia ni fuerzas para seguir llorando el dolor en mi pecho no desaparecía, me sentía aturdido, tan enojado y triste tan desesperado de sentir tanta impotencia, sentía un gran vacío en mi interior, sentía como si estuviera muriendo, tal vez eso no hubiera sido tan malo, ahora que estaba solo esa idea no parecía tan mala, al recordar las ultimas palabras de mi madre esa idea se fue de mi cabeza y me di un zape internamente por pensar así, tenia que honrar la memoria de mis padres, después de todo ellos dieron sus vidas por mi no podía defraudarlos así, mis pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta del almacén se abrió de golpe, pude ver que era de noche, un hombre llevaba arrastrando a un chico del cuello de su túnica 

-Entra ahí basura- dijo el hombre con molestia arrojando al chico dentro del almacén el cual parecía no estar consiente, por suerte el hombre no me noto gracias a que estaba debajo del saco cuando cerro la puerta y se fue me acerque sigilosamente al chico, estaba muy golpeado y su cara reflejaba que sentía mucho dolor, me hizo sentir pena por el, no sabia si había echo algo mal o quien era pero nadie debería de ser tratado así, recordé que mi madre curaba mis heridas con su energía cuando yo era mas chico después me enseño como auto curarme, me acurruque junto al chico canalizando mi energía curativa hacia él poco a poco parecía respirar mas fácilmente y aunque aun seguía inconsciente su expresión ahora estaba tranquila y mostraba alivio, después de que sus heridas estaban prácticamente curadas deje de sanarlo, aun estaba agotado y no me había recuperado del todo por lo de la noche anterior, me quede dormido aun acurrucado cerca del chico.                                               

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora