Los alumnos del colegio de magia y hechicería Hogwarts no sabía que esperar. Se anunció que las clases estarían suspendidas hasta nuevo aviso. Algunos vitorearon, pero otros se sintieron aprensivos. Los más grandes nunca habían presenciado nada igual.
Severus llamó a los profesores al ala del hospital mientras el sanador Nevis informaba de todo a San Mungo. Su cabeza flotó entre las llamas, esperando a que lo atendieran.
-Sanador Nevis. Soy la medibruja Thomsom, estamos algo ocupados aquí...
-¿Allí también?
Esa simple pregunta llamó la atención.
-¿También?
-Resumiendo, Madame Pomfrey llamó a San Mungo pidiendo un reemplazo a las 6 de la mañana de hoy. Yo recién llegaba de un congreso en Nápoles y me enviaron. Su estado era malo. Me informó de que tenía niños con síntomas leves, pero que ella era la más grave. Tengo doce pacientes menores de edad, al director grave y la subdirectora con síntomas que se han complicado. Decreté cuarentena.
-Muy bien. El primer caso que tuvimos es el señor Blotts, de la librería en callejón Diagon. Síntomas: dolor de cabeza, lagrimeo, diarrea y un leve caso de neumonía. Luego fue la Madame Malkim con dolor muscular y cansancio excesivo. Entonces llegaron tres más, luego cuatro al día siguiente. Ya tenemos treinta y ocho pacientes con diversos síntomas y gravedad.
-Entonces, esto es algo de todo el mundo, no solo Hogwarts.
-Así parece.
-¿Hay algún mestizo o hijo de muggle?
La sanadora lo miró extrañada y luego llamó unos pergaminos de la mesa. Los revisó y sus ojos se abrieron.
-Son todos sangre pura. -murmuró. -¿Crees que alguien...?
-No te precipites. No insinúo nada, excepto que esta enfermedad está acá, no en el mundo muggle, entonces solo afecta a los magos...
-Bueno... El director está en una reunión con el ministro y yo estoy a cargo de las llegadas aquí.
-Necesitaría al menos a un sanador más para examinar y aislar a los pacientes.
-Hemos llamado a algunos sanadores independientes... -conjuró otros pergaminos. -Te puedo enviar a... Andrómeda Tonks. -hizo una mueca. -Es partera pero es la única que aun no se ha presentado y no hará interacción cruzada.
-Bien. Envíala pronto, dejaré el flú encendido.
-Muy bien. Oh, Nieves, el profesor de pociones debe tener algún título de sanador o medimago. Pregúntale.
-Eso haré. Buena suerte.
-La necesitaremos.
El sanador se levantó para encontrarse con dicho profesor y otro más pequeño.
-Entonces, ¿estamos todos infectados? -preguntó el profesor Snape.
-Así parece. Mi colega...
-Sí, tengo un título de sanador que obtuve con mi maestría en pociones.
-Bien. Enviarán otro sanador en breve. Mientras tanto, supongo que sabe cómo diagnosticar un paciente.
-Así es.
-Bueno. Este es el diagnóstico más detallado que he estado aplicando...
El sanador y el profesor pasaron los siguiente veinte minutos diagnosticando a casi todo el personal. Algunos tenían síntomas leves, como la profesora Sprout o la profesora Sinistra. A Sybill Trelawney la encontraron en su cama con dolor muscular y fiebre, mientras que Charity Burbage también estaba en cama con dolor de cabeza y lagrimeo.
Faltaba Rubeus Hagrid y el profesor Quirrell. Severus fue a buscar él mismo al semigigante, mientras que el profesor Flitwick fue por el profesor Quirrell.
-Oh, profesor Snape, justo le decía al profesor Quirrell que no debía salir del colegio, pero él dijo que tenía una urgencia familiar.
-¡Y lo dejaste salir!
-Bueno, no creía que fuera peligroso...
-Los hemos llamado porque estamos enfermos, y el sanador ha cerrado la escuela. Nadie debía salir.
-Lo siento, no lo sabía.
-Bueno, veamos cómo estás. -dijo el profesor agitando su varita.
-Me siento bien.
-Y estás bien. Eres de los pocos que está saludable. -Severus miró con ojos enfocados. -Al igual que Filius... no afecta a los media raza...
-¿Qué murmura, profesor?
-Nada. Ven, tenemos una reunión.
Luego de señalar al sanador el escape del otro profesor, se reunieron en la sala de profesores. Allí llegó la sanadora Tonks.
-Me gustaría darle la bienvenida en otras circunstancias.
-Lo entiendo, no esperaba que me llamaran para algo como esto.
-Tome asiento... donde pueda. -el sanador tomó el asiento del director y todos se le quedaron mirando. -Bueno, mi nombre es sanador Nieves y estoy a cargo del ala del hospital aquí desde esta mañana. Hemos encontrado varias personas enfermas. No es solo acá, es en todo el mundo mágico de Gran Bretaña. -las voces se acrecentaron y el levantó la mano pidiendo silencio. -Lo principal ahora es hacer un relevamiento de quién está enfermo y quién no. Los niños son nuestro futuro. Le pediré a los elfos que amplíen una sala para recibir a los enfermos, no queremos más contagio. No sabemos con qué estamos tratando. Necesitamos todo el apoyo que podamos.
-¿No deberían cerrar Hogwarts? -preguntó la profesora Vector.
-Así es, pero el director es quien tiene el mando de las barreras de Hogwarts, y aunque está enfermo, no puede pasarla a la subdirectora, que también está enferma. O eso creo...
-Más de doscientos niños aislados, asustados, sin nada que hacer, es una receta para el desastre. -acotó la sanadora Tonks.
-Así es. Así que les estoy pidiendo su colaboración para organizarnos y mantener el orden. -el sanador revolvió los papeles para dilatar la próxima bomba. -Hasta el momento... todos los enfermos son...
-No. -interrumpió el profesor Snape sabiendo lo que iba a decir. -El director no es...
-Oh. Pero es el único en nuestras listas.
-Tampoco afecta a las medias razas. -susurró Severus.
El sanador miró a Flitwick y Hagrid.
-Interesante.
-Hagrid puede ir a ver a los centauros conmigo y Flitwick...
-Entiendo. -el sanador miró a los profesores que escuchaban descaradamente el intercambio de palabras. La sanadora había entendido. -Profesora Vector, ¿podría hacerse cargo de la casa Gryffindor por el momento?
-Por supuesto.
-Muy bien. En la cena, reuniremos a todos los alumnos, los contabilizaremos y les explicaré lo más simple posible lo que haremos. Y roguemos a Merlín que no se nos escape de las manos. -terminó murmurando.
Todos lo escucharon... y todos estuvieron de acuerdo.