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El cielo se encontraba totalmente despejado dentro del carruaje se encontraban Theia y sus damas dormidas delante del carro iba Kosair montado en su caballo

El rubio de ojos verdes apretó sus labios cuando sintió un peso en su cabeza por lo que sostenido las riendas del caballo con una sola mano alzó la otra tocando lo que fuera que estuviera en su cabeza, unos pequeños y brillantes ojos color magenta se asomaron para verlo y luego alzar nuevamente su cabeza mirando el carruaje, el ave aleteo sus alas frenéticamente para desaparecer en el cielo nocturno

- Que ave más rara - susurro Kosair para luego mirar en dirección al carruaje dónde con la luz del sol podia ver atraves de las cortinas las figuras de Theia y sus damas -

A lo lejos pudo divisar grandes estructuras de edificios y pequeños casas, suspiro tomando correctamente las riendas del caballo y acercándose al carruaje para tocar un poco fuerte la ventana del mismo

- Regrese mañana por favor - recibió por parte de Dilay quien estaba a medio despertar -

Murmullos por parte de las otras dos no se hicieron esperar por lo cual  Theia asomo su cabeza por la ventana para mirar a el rubio

- Ya estamos por llegar al imperio occidental - le susurro para volver a adelantarse, Theia suspiro nerviosa y volvió a meter su cabeza dentro del carruaje para mirar a sus doncellas -

- Ya estamos por llegar - las tres mujeres afirmaron mientras veían a la pelinegra ordenarse su larga cabellera negra, cosa que también imitaron -

Poco rato después empezaron a escuchar un gran bullicio de la gente y a ver las casas

Las tres doncellas asomaron sus caras parar ver, un montón de gente en las calles se encontraban decorando los postes con arreglos de flores algunos niños jugando con adornos, algunas personas se quedaban observando el gran carruaje murmurando, Kosair quien iba por delante miraba a toda esa gente con un poco de recelo y las mujeres bueno ellas lo miraban con mucha atención por lo atractivo que se veía a aquel hombre rubio

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Heinrey suspiro un poco agitado colocándose bien su camisa y arreglandose el cabello saliendo rápidamente de su habitación

- Realmente no entiendo por que fue a verla si sabe que ya se encontraba a nada de entrar a nuestro reino majestad - McKenna iba detrás de el regañandolo por la forma en que el rubio desapareció para ver si su reina se encontraba bien -

- Solo quería asegurarme por mi mismo Mackenna relájate - agito su mano - además mi reina trae compañía nueva

El peliazul alzo una ceja por la curiosidad, pero después recordo algo también venía ella por lo que empezó a ponerse nervioso
Tanto como rubio y peliazul al llegar a la entrada del palacio se encontraron con Krista y sus damas de compañía, está al ver al rubio se inclino levemente

- Krista que haces aquí? - el rubio se acercó donde estaba su cuñada, está sonrió mirándolo fijamente -

- Bueno me avisaron que está por llegar una amiga de majestad por lo que también quería recibirla y darle la bienvenida si no le molesta

El rubio dudo unos segundos y luego asintió mirando al frente alejándose de la mujer, McKenna miro por unos segundos a Krista analizandola y luego apretó sus labios 

Minutos más tarde vieron como por el ingreso del palacio entraba un gran carruaje, Heinrey sonrió al identificar el carruaje de su reina, Krista sentía su corazón estrujarse a medida que aquel carro se acercaba dónde estaban ellos

El sol y la luna del imperio del oriente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora