Salí de la habitación corriendo y bajé las escaleras, papá estaba dormido en el sofá, así que supongo que mamá estaba trabajando. Buscé con la mirada el monedero grande de mamá, porque normalmente se lleva uno pequeño con monedas para el café, lo localizo en la cocina encima de una encimera, pero había un problema.La planta de abajo es toda abierta: con cocina, comedor, sala de estar y un baño, con una puerta en cada extremo, pero para llegar a la cocina y a la puerta de atrás se tiene que pasar muy cerca del sillón.
Siendo la hermana pequeña de seis, la única mujer aparte de mamá, estudiosa y sacando buenas notas, he adquirido el poder de pasar inadvertida en una familia de locos.
Pasé muy lentamente por al lado del sillón y me colé en la cocina sin dificultad, abrí el monedero y cogí 20 euros, me sentí culpable de irnos sin decir nada, así que cogí un trocito de papel donde expliqué, con pocas palabras dónde estaríamos. Salí por la puerta trasera y me senté en el escalón.
Papá es inexplicable, se despierta a las 4 de la mañana para hacer alguna cosa y a las ocho está roque en el sofá, y a las nueve de la noche está más muerto que vivo.
-Vamos- Pol estaba detrás de mí con su pelo a media melena, medio rubio medio moreno y su cazadora de cuero que vuelve locas a las chicas.
Me dio un casco y me lo puse mientras me dirigía a su moto, una Harley Davidson Forty-eight, Pol había usado los ahorros de la universidad para su moto, me acuerdo de la cara de mamá cuando la vió, casi le da un patatús.
Esa moto era digna de un motero y tenía a todo el mundo alucinado, le tenía un poco de envidia porque Pol se pasa horas y horas limpiándola para conseguir que quedara como el primer día.
Me subí a la parte de atrás de la moto, Pol se sentó delante e hizo rugir el motor.
-Agárrate peso pluma, que tú seguro que sales volando- dijodigo entre risas
Me cogí bien a su cintura, no creí que fuera verdad lo que decía pero no hacía falta comprobarlo.
En menos de 10 minutos estamos enfrente de la mejor heladería de la ciudad y en mi opinión del mundo entero.
Entramos y fui a coger sitio.
-¿Lo de siempre?- me pregunta Pol detrás de mí a lo lejos.
En señal de aprobación subí un pulgar y corro para coger la única mesa libre al final de todo.
Tengo la familia más loca que se puede tener, extravagante y loca, y yo no sé dónde encajar.
-Un helado de dos bolas, chocolate y stracciatella, eres un poco aburrida podrías cambiar un poco- dijo Pol tendiendome una gran copa de chocolate.
-No vale, yo solo dos bolas y tú unas ocho- pero, como siempre, mis protestas no sirvieron para nada y, como respuesta, me sacó la lengua.
-Oye le has contado a alguien lo de tu poder- preguntó con la boca llena.
Como respuesta le di una patada en la espinilla.
-Shhh... No hables tan fuerte y en respuesta a tu pregunta no y me estoy arrepintiendo de habértelo dicho.
-Me lo has dicho porque soy tu hermano preferido- dice guiñandome un ojo- Pero... ¿No se lo has dicho a Nora?
Nora mi mejor amiga, o eso creía. Nunca estaba cuando la necesitaba. No es muy buena consejera, solo piensa en ropa, zapatos, maquillaje... Y solo con trece años, no me imagino con dieciséis.
Morena, ojos azules, piel blanca... Toda una obra de arte, no le puede explicar nada a menos que quieras que se entere toda la ciudad en menos de un día. ¡Qué digo al día, a la hora!
¿Eso es una amiga?
-No, y no creo que se lo diga a nadie... Fue extraño.
-Extraño es poco, casi quemas toda la casa. ¿Crees que tiene relación con tus padres biológicos?
Además de vivir con una familia de locos era adoptada, sí lo que oís. Ni mamá ni papá saben nada de mi familia. Simplemente recogieron un bebé de poco más de 3 años de una casa de acogida.
Lo que más me molesta es que nadie sabe con exactitud mi cumpleaños, así que lo celebro el día que me trajeron a casa. El 29 de abril.
-No lo sé, pero sería una buena razón para abandonarme, aunque no me ha pasado nunca más, un día casi incendio la casa y al otro no tengo ni idea de cómo lo he hecho- No soporto hablar de mis padres, no sé qué motivos les di para abandonarme.
-Eh alegra esa cara, mira la chica del mostrador es guapísima
Me giré y vi una chica rubia con ojos azules, toda una Barbie, lo único que desentonaba era el delantal sucio.
-No está mal.
-Oh vamos, es una preciosidad... ¿Cómo puedo llamar su atención?
-Haz lo que quieras pero déjame al margen de tus retorcidos planes.
Oh no, puso esa cara, la cara que hace antes de hacer cualquier locura. No por favor, quería salir corriendo antes de que me dejara en ridículo o algo peor.
Demasiado tarde.
Cogió un vaso medio vacío de la mesa de al lado que acaban de dejar libre, y... Paf... Me la tiró encima como si fuera lo más normal del mundo.
-Ala que torpe que eres hermanita, camarera puedes traer un trapo por favor.
Ojala mi mirada le haya comunicado todo lo que siento. Como siempre acabo dentro de sus retorcidos planes.
La Barbie me tendió amablemente un trapo y con otro limpia la mesa.
-Disculpa a mi hermana es un poco torpe- dice mientras me hace una señal con la cabeza para que me largara- la moto que hay fuera es mía si quieres te llevo.
-¿Esa moto? Vaya... Te habrá costado una fortuna.
Vale no quería oír nada más. Dejé el trapo en la mesa, le di las gracias a la Barbie y salí por la puerta sin despedirme, aunque con la cara de empanado que hace Pol no le di mucha importancia.
Saqué mi móvil, es un móvil antiguo que tiene tapa, claro que siendo la hija pequeña de una familia de seis no esperaba nada mejor.
Le doy unos golpes contra la pared hasta que se enciende y le envío un mensaje a Pol. Claro que podría entrar y decírselo, y ahorrarme la vergüenza de utilizar esta chatarra. Claro que conociendo a Pol si lo interrumpo ahora es probable que no sobreviva a esta noche.
Al llegar a casa estoy agotada. En moto son diez minutos, pero caminando son más de media hora.

ESTÁS LEYENDO
Kate Williams
Fantasy¿Qué pasaría si de un día para otro todo tu mundo cambia? Dragones, combates, duelos, magia, poderes, reinos, pociones, instituto de magia, amigos, enemigos, criaturas mágicas... Y como en toda historia hay buenos y malos, pero ¿el malo es tan malo...