Sueños

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Rumiko se despertó sobresaltada, el grito de terror de su retoño la hizo levantarse rápidamente de la cama para ir con su pequeño.
A su lado, Takahiro se remueve cansado, frotando con cansancio sus ojos mientras exhala pesadamente.
Es la cuarta vez en la semana que su hijo se despierta a mitad de la noche gritando, despertándo no solo a él, su esposa y su hija también.

Decide levantarse para acompañar a su mujer, tampoco quiere verse como un mal padre al que no le importa su hijo. Aunque por más que le preguntan al pequeño, éste se niega a responder que es lo que lo atormenta noche a noche.

Camina hasta la habitación de su hijo, ahí encuentra a su mujer de rodillas a un costado de la cama del menor.
Su vástago está acostado, con la sábana cubriendo todo su cuerpo hasta su cabeza, aferrándola con sus manos mientras su esposa intenta quitarla para ver a su hijo.

"¿Giyuu?. " Llama Rumiko, tirando suavemente de la manta." Hijo, déjame verte.

La pelinegra suspira al ver la negativa en su pequeño. Por más que lo intenta, su hijo no coopera y ella se siente frustrada por no saber que más hacer para ayudar a su bebé.
Se gira en su lugar, encontrando a su marido recargado en el marco de la puerta. Éste le mira y asiente.

Rumiko sonríe y se gira nuevamente en dirección a su hijo.
Mueve ligeramente el cuerpo de su hijo para llamar su atención.

"Giyuu, ¿Quieres dormir por hoy con papá y mamá?." Ella sugiere y parece funcionar.

La sábana que cubría el pequeño cuerpo se remueve, una mata de cabellos negros se asoma y un par de zafiros mira en dirección a su padre.
Takahiro le sonríe a su hijo, haciéndole saber que está de acuerdo con que duerma con ellos.

Rumiko se levanta del suelo donde permanecía hincada.
Giyuu se baja de la cama y se pone sus pantuflas. Toma la mano que le ofrece su madre y caminan juntos hasta salir de la habitación.
Takahiro se hace a un lado para que ellos pasen, y les sigue detrás mientras se alborota el cabello de cansancio.

El mayor entra a la habitación matrimonial después de ellos.
Mira divertido a su hijo quien tan pronto suelta la mano de su madre, se lanza al colchón y gatea hasta el respaldo de la cama y se mete entre las sábanas.

Rumiko ríe suavemente, así es como desea ver a su hijo. Alegre, juguetón, que haga y deshaga por aquí y por allá. No verlo de una manera melancólica, viendo através de la ventana a la nada, perdido en sus pensamientos, o como últimamente lo veía. Sentado en el columpio que su marido colocó en el cerezo de su jardín, alejado de todos los niños con quienes solía jugar.

La mujer se acomodó junto a su hijo, asegurándose de que la sábana lo cubriera bien. El mayor se unió poco después, quedando el pequeño azabache en medio de los adultos.
Giyuu cerró sus ojitos azules, sintiendo la calidez de sus padres.
Solo en momentos como éste, podía conciliar el sueño, cuando estaba junto a ellos, o con su hermana.

Rumiko sonrió al ver a su hijo más tranquilo, acarició sus cabellos con ternura haciendo que el menor se relajara. Takahiro miraba a su pequeño, palmeando con suavidad su pecho. Minutos después ambos padres suspiraron al ver que el ojiazul había caído dormido, se sonrieron para después acostarse quedando muy juntos los tres.

Por esa sola noche, Giyuu no volvió a despertar. Durmiendo tranquilamente, y permitiendo a sus padres descansar a gusto.

..............Tres Años Después...........


"¡Oe! ¡Giyuu!." Llamó con molestia un pequeño de 10 años, de cabellos melocotón y ojos lavanda.

El nombrado se giró para encarar a su amigo quien se veía estaba realmente enojado.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2022 ⏰

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Sin Importar Tu Edad [GiyuuTan - RenTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora