Siempre me ha gustado el mar.
Y siempre he creído que aquella conexión que tenemos se debe a que llevo una parte de él en mí.
Algunos días puedo sentir un mar tranquilo, con olas pequeñas y armoniosas que suben y bajan si prisa.Otro días en cambio, el mar es salvaje y tempestuoso, con enormes olas que amenazan con arrasar con todo sin piedad.
Y en algunos otros, mi mar interno es tan inmenso que me siento tan pequeñita y frágil para poder albergarlo entro de mí.
Las olas suben, suben y suben.
No se detiene.
Se desbordan y no las puedo detener.
Y por fin, me permito llorar.
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Un mar de lamentos
PoetryHay una parte en mí a la que le gusta sobre pensar demasiado las cosas, tanto que el peso suele ser gigantesco y por desgracia, no soy tan fuerte como aparento. Este es un espacio dedicado para que mi alma triste llore y no se ahogue en su propio ma...