Cap 4

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Parece que llevamos un mes en verano, pero realmente sólo han pasado dos semanas. A penas he visto a mis amigos, he estado presionado por mi madre para buscar algo que hacer el curso que viene: estudio y trabajo, y tampoco he tenido fuerzas para hacer planes. Llevo unos días hecho polvo. Me han ofrecido planes pero ninguno me parecía lo suficiente interesante, sin duda quedarme en casa con la persiana bajada viendo película tras película lo era mucho más. 

El día de hoy tenía el potencial para ser igual a los anteriores, pero Seth se había puesto pesado y básicamente me ha obligado a quedar con él. 

-¿A dónde vamos? -pregunté subiéndome en el asiento del copiloto de su coche. 

-A un pueblo que no hay muy lejos de aquí, 45 minutos en coche.

-No sé qué concepto de lejos tienes tú, pero 45 minutos me parece alejarnos mucho. ¿No podemos ir a un parque de por aquí? ¿Algo más cerca? -la idea de alejarme tanto de casa me agobiaba.

-No. Necesitamos cambiar de aires. Esta ciudad de 50 mil habitantes se nos hace pequeña. -dijo convencido.

-¿Y lo mejor es irnos a un pueblucho inmundo a casi una hora en coche? 

-No me vas a hacer cambiar de idea, Will, así que tendrás que confiar en mí.


Al final tardamos una hora y pico en llegar. Supongo que Seth sabía que si me decía que estaba más lejos aún no iba a conseguir sacarme de mi cama. 

El pueblo era bastante deprimente. Cuatro tristes casas rodeadas de bosque. Además, se había puesto a llover justo cuando estábamos llegando. 

-¿Y ahora qué? No hay ni un alma, vas a llevarme a una cafetería cutre a comer tortitas? En verdad unas tortitas suenan bastante bien.

-No, no vamos a quedarnos en el pueblo. Ponte el chubasquero -me miró los pies - vienes muy poco preparado, se te van a llenar de barro.

-Si me hubieras dicho el plan hubiera podido prepararme para la ocasión... ¿a dónde estamos yendo entonces?


Comenzamos a andar bajo la lluvia por un camino que llevaba al bosque. Realmente si me hubiera avisado de que este era el plan, yo estaría viendo por quinta vez Happy Together

Cuándo llegamos al río ya había dejado de llover. 

-Hemos llegado. -dijo Seth. -¿Qué te parece? 

-Pues... no sé, ¿húmedo? 

-Will, estamos aquí para escapar del cemento y conectar con la naturaleza. Respirar aire fresco. ¿No te parece bonito? Con el riachuelo, el bosquecito... además, ha dejado de llover.

En realidad sí que era bonito, tras la lluvia el bosque olía muy bien. Se escuchaba el sonido del agua corriendo entre las rocas y era bastante pacífico. 

Cogí una piedra y la lancé al río.

-Eso es, interactúa con la naturaleza. -dijo cogiendo una y lanzándola.

-Seth, ¿estás haciendo todo esto porque crees que estoy deprimido y piensas que está en tu mano arreglarme?

-Will, no intento arreglarte, sé que estás deprimido y sinceramente creo que salir de casa es bueno para ti. Además, pensando en mi, es verano y llevaba dos semanas sin verte, te echaba de menos. -Cogió otra piedra para lanzarla.

Nos pasamos un rato explorando la orilla del río. Yo también echaba de menos a Seth, es muy buena compañía. A veces le envidio porque es capaz de decir lo que piensa siempre, es sincero con sus sentimientos y se preocupa por los de los demás.

De un momento a otro, se puso a llover. Estábamos perdidos en medio del bosque, así que nos pusimos a buscar un sitio dónde refugiarnos.

Tras caminar un rato bajo la lluvia, llegamos a un puente por el que pasaban las vías del tren. Decidimos meternos debajo puesto que estábamos empapados.

-Si Annie estuviera aquí nos podríamos poner ropa seca, siempre lleva de todo la mochila, como si fuera a pasar una semana fuera de casa. -dije.

-Pues Annie no está aquí, así que tendrás que aguantar con la ropa mojada. -respondió poniéndose un poco agresivo. Yo no supe qué decir. -Perdón, no quería hablarte así, es que últimamente parece que no te llega mi compañía, que sólo te importa ella.

-No sabía que te sentías así, lo siento. De verdad que no quería transmitir eso, me encanta pasar tiempo contigo, y agradezco que me hayas sacado de casa hoy.

Una parte de mí quería preguntarle si en la graduación había pasado algo entre ellos dos, pero sabía que no era el momento; además, no estaba seguro de querer saber la respuesta. Por mi cabeza pasó la posibilidad de que Seth estuviera siendo bueno conmigo porque sentía culpa de haber estado con Annie, pero intenté descartar ese pensamiento rápido, él no era así, mi inseguridad estaba acaparando mi cerebro.

-Bueno, mientras que esperamos a que deje de llover, ¿quieres fumar? -sacó un cogollo de marihuana y se hizo un canuto.

-Creo que no, me sientan fatal. -respondí. Parecía un buen lugar para fumarse un porro, pero estaba teniendo bastante ansiedad últimamente y no quería jugármela y arruinarme el día. Seth se lo encendió. -Eso sí, déjame olerlo, me encanta cómo huele. 

Seth se sentó a mi lado, le dio una calada y soltó el humo apoyando su cabeza en mi hombro. Yo le acaricié la cabecita rapada.

-Podría quedarme así siglos. -dijo. Yo pensé lo mismo.


Como no dejaba de llover, decidimos volver a meternos bajo la lluvia y regresar al coche. Seth estaba un poco colocado, así que me puse yo al volante. Salimos del pueblo y decidimos coger otro camino más largo para la vuelta, no me apetecía irme a casa.

Seth puso la radio. Ya estaba anocheciendo y la lluvia no cesaba. Yo pisé el acelerador, no había ni un solo coche por la carretera. Las gotas de agua se resbalaban por el parabrisas rápidamente por la velocidad y las luces de las farolas parecían estar cada vez más cerca.

-Cuidado, Will, que el asfalto está mojado. No tenemos prisa. 

Y tenía razón, estábamos bien, no teníamos prisa. 





Nervous Young InhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora