A Strange Old World

Capitulo 22: Un nuevo comienzo

La mañana del 1 de septiembre vio a la familia Potter, junto con Bella y Delacours, abriéndose paso entre la multitud, muy cautelosos. Sus rostros estaban ocultos bajo avisos y poderosos amuletos para cambiar el color de su cabello.

Si uno quisiera echar un vistazo a la tristeza que se apoderaba del país ahora, solo necesita mirar a los magos que dan a luz a sus hijos en la plataforma 9¾. El murmullo siempre presente de la multitud que Harry había extrañado mucho una vez estaba completamente ausente ahora. Los magos llevaron a cabo su tarea de manera silenciosa y apresurada, tratando lo que normalmente sería una ocasión alegre, aunque algo agridulce, como algo de lo que temer... casi como si un grupo de Mortífagos pudiera aparecer en cualquier momento para comenzar a sembrar el caos. Algunos incluso estaban protegiendo a sus crías debajo de sus capas, sus baúles se arrastraban detrás de ellos descuidadamente, escondiendo sus rostros como si la simple acción de ser reconocidos pudiera ponerlos en riesgo.

Aunque no deberían haberse preocupado tanto. Era su día de suerte, ya que la familia Potter compartía sus preocupaciones y Harry no estaba dispuesto a poner sus vidas en riesgo. Por lo tanto, ejerciendo su autoridad como Jefe de Aurores, había colocado un escuadrón de Duelistas de nivel cinco para cubrir todos los rincones de la estación, reconociendo este día como potencialmente peligroso.

A pesar de que sospechaba que en realidad no saldría nada de eso, después de todo, Voldemort debería estar más preocupado por lamerse las heridas que en apuntar a una estación de tren, ese era el principio del asunto.

Un bocinazo fuerte y humeante del expreso de Hogwarts anunció su hora de salida, lo que hizo que la familia Potter acelerara el paso. Mientras se cruzaban con familias y niños, Harry miró discretamente alrededor de la estación de King's Cross, asintiendo a sus Aurores disfrazados. La mayoría llevaba consigo la última edición de El Profeta, cuya primera página una vez más estaba dominada por los acontecimientos que ocurrieron un par de días antes. Aunque los Aurores no eran los únicos que seguían leyendo sobre los eventos. La mayoría de las personas ociosas en la estación llevaban consigo una edición del periódico, con sonrisas en sus rostros incluso en estos tiempos oscuros.

Si había algo que podía atravesar la siniestra guerra, era la noticia de la victoria. E incluso a través de la guerra, la gente encontró sus propias pequeñas formas de celebrar las pequeñas victorias. El favorito de Harry, por mucho, era un grupo de brujas que quemaban efigies de Mortífagos en medio del Callejón Diagon.

Había algo poderoso en ver a tus enemigos siendo desafiados tan casualmente.

Otro silbido agudo del tren volvió a centrar la atención de Harry, y la familia finalmente alcanzó su objetivo.

'Justo a tiempo.' Una sonrisa fantasmal torció los labios de Harry mientras sus ojos contemplaban la escena familiar, aunque extrañamente distante.

Para su yo Slytherin, fue solo hace unos meses que el inolvidable tren rojo sangre había adornado sus ojos. Sin embargo, para Harry, bien podría haber pasado toda una vida desde que participó en los servicios del expreso de Hogwarts.

'Borra eso, ha pasado una vida desde la última vez que estuve en esta plataforma'.

De hecho, era una gran pena que la cantidad de tiempo desde que había viajado en tren simplemente tuviera que aumentar aún más, porque hoy no compartiría el expreso con Lily y sus hermanos. Su puesto como Jefe de Aurores le dejaba mucho que hacer en muy poco tiempo para permitirse un viaje en tren.

Además, también había decidido despedirse temporalmente de Fleur y Gabrielle, quienes también regresarían hoy a Beauxbatons.

Sorprendentemente, cuando le reveló esto a su nueva familia, sus tres compañeros Potter se enojaron por su decisión, y solo el hecho de que él dejaría a las hermanas Delacour en su siguiente estación pasó por sus lindas cabezas.