- CAPÍTULO 1 -

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¿Alguna vez os habéis sentido sin ganas de nada, ni siquiera de levantaros de la cama? Pues ahí estaba Michelle, se acababa de despertar, cogió el móvil y la primera noticia que le dieron no fue una que esperaba.  Su abuela había tenido un accidente. No supo cómo reaccionar, tenía tantas emociones acumuladas y un nudo en la garganta que no era capaz de asimilar la situación.

Su abuela, Katherine, aquella que siempre la saludaba dándole dos besos y un abrazo de esos que te llenan por dentro, aquella que le hacía las mejores lentejas que había probado nunca y sus galletas favoritas, aquella que le contaba cada noche su cuento favorito hasta que se quedara dormida... Aquella que siempre le había ayudado a pesar de la distancia. 2000 quilómetros.

Y ahora no sabría si todo eso que había vivido con ella seguiría igual, o quedaría solo en recuerdos.

Hizo el esfuerzo de levantarse de la cama. Le pareció raro no ver a su hermano, ya que siempre que ella se levantaba él aún seguía durmiendo, pero no le dio importancia. Se dirigió al baño. Allí se cepilló los dientes y se dio una ducha rápida. Se puso la ropa más cómoda que encontró en su armario y sus pantuflas favoritas. Fue directa a la cocina a por algo de desayunar, estaba muy hambrienta. Nada más entrar, en la mesa, se encontró con una nota:

"Michelle, nos hemos tenido que ir con tu hermano

a casa de la abuela, no hemos tenido tiempo para avisarte.

Nada más nos llamó el hospital contándonos lo que había sufrido no tuvimos

más remedio que irnos sin pensarlo dos veces. Te hemos comprado un vuelo, es mañana por la mañana.

Despídete de tus amigos porque no creo que volvamos en un largo tiempo.

Te queremos."

Las luces de otoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora