1. El regalo (Amber x Eula)

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Eula caminaba con nerviosismo por las calles de Mondstadt. No por ser una Lawrence, la familia traidora de Mondstadt, sino porque estaba a punto de hacer algo que ponía a prueba toda su capacidad de confiar en alguien a pesar de su gran orgullo.

Estaba enamorada de Amber, la exploradora de la ciudad. Era enérgica, animada, positiva... Habían pasado meses tanteándose y saliendo juntas, queriéndose cada vez más. Habían bailado un tango único, lejos de miradas indiscretas. Y por todo ello, Eula iba a darle un regalo igual de único.

Se encontraron en la ribera de la Estatua de los Siete al noreste de la ciudad.

—¡Hola! ¿Qué tal? —Amber no sabía nada, siempre quedaban fuera de Mondstadt—. Te veo nerviosa... ¿Tienes miedo de mí?

Eula se sentía tentada con la broma. Si no hubiera estado histérica por darle el regalo, quizás se hubiera lanzado encima de su pequeño cuerpo para reclamar atenciones.

—En realidad —repuso, sentándose a su lado—, tengo algo que darte.

Eula sacó una cajita roja y dorada de su bolsillo.

—¡No tenías porqué! —chilló Amber emocionada. Sacudió la cajita y se oyó un tintineo metálico.

—Cuando lo abras quizás cambies de opinión.

Amber la miró con una sonrisa traviesa. Eula enrojeció hasta las orejas, una visión castigada con la peor de las venganzas. La exploradora se deleitó un segundo de más con ello y abrió la cajita. Sacó de dentro un collar de cuero negro con un remache que sostenía un aro metálico hueco en forma de corazón. Su rostro se fundió mostrando amor mientras acariciaba su forma.

—¡Cielo, es precioso! No sabía... ¡Podría haber preparado algo más adecuado!

—Esa era la gracia —sonrió Eula, nerviosa—. Quería algo sencillo que ejemplificara nuestro día a día juntas. Estoy preparada.

Amber dejó la cajita a un lado y se mordió el labio inferior mientras se acercaba a su pareja. El collar era para Eula y era trabajo de Amber ponérselo como símbolo de su unión. La mayor esperaba con la mirada en el suelo, solemne, a que su pareja atara el collar en su cuello. Así, Eula aceptaba ser su sumisa.

—¿Te aprieta mucho? —preguntó la exploradora, palpando con cuidado.

—Puedes ajustarlo más, está algo suelto.

Eula sintió un tirón final y levantó la cabeza con cuidado. Amber se puso delante y contuvo una sonrisa enorme mordiéndose el labio inferior de nuevo.

—¿Qué tal me queda?

—Por Barbatos, de maravilla. Tengo ganas de... —Y soltó aire.

—Adelante —permitió, sin que sonara como una orden. Quien las daba era Amber.

Ella tomó suavemente del corazón con un dedo y tiró como un gancho. Obligó a Eula a besarla. Y cuando esta empezó a acelerarse, tiró de nuevo y la hizo retroceder. La caballera suspiró de anhelo. Amber se frotó muslo con muslo y suspiró.

—Me pone mucho. No puedo esperar a tener una cadena a juego...

—Ni yo —sonrió Eula.

Solo el collar fue suficiente para entretenerse horas en esa ribera.

¡Primer drabble terminado! Quería empezar con algo más fluff, porque a pesar de todo lo kink de la situación, creedme que del BDSM se pueden sacar escenas preciosas

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¡Primer drabble terminado! Quería empezar con algo más fluff, porque a pesar de todo lo kink de la situación, creedme que del BDSM se pueden sacar escenas preciosas. Por experiencia.

Drabble Impact [Genshin Impact / +18 / Solo chicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora