La fiesta de bienvenida para el décimo se había convertido en una visita al área de enfermería en la mansión. Los gritos y reclamos de la tormenta hacia las demás personas no podían hacer el momento mas tranquilo, Yamamoto se había encargado de llevarlo a cuestas hasta el área para dejarlo en manos de los doctores, las horas pasaban y aun no le decían nada sobre el repentino desmayo del castaño.
— Chaos, así que siguen aquí —dijo mirando a los guardianes incluido Mukuro quien se ocultaba en la sombra de Chrome para disimular que se fue hace horas.
— Reborn-san ¿Cómo se encuentra el décimo? ¿es grave?
— ¿Tsuna estará bien?
— ¡Si necesita llamas del sol yo se las puedo dar!
— ¿Boss estará bien?
— Tsuna-ni —comenzó a llorar desesperado lambo quien recibió una patada de Reborn para que se callara.
— Podrían dejar de actuar como mocosos llorones —hablo por fin el pelinegro de patillas rizadas con la mano entre sus bolsillos— es un simple resfriado, parece que lo contrajo en Japón, la mama de dame-Tsuna dijo que parecía algo distraído el ultimo día de su estadía así que supone que fue cuando le comenzó el resfriado.
—Reborn-san ya se puede llevar al jefe para que descanse mejor en su habitación —interrumpió uno de los doctores saliendo parcialmente de la habitación donde estaba el castaño.
— Disculpe Reborn-san, pero ¿esos doctores son de confianza?
— Crees que dejaría al décimo Vongola en manos de unos ineptos —dijo serio mirando al platinado para luego entrar a la habitación por unos minutos y regresar con el castaño a cuestas aun con el rostro sonrojado como antes.
—Decimo.
—Boss
—Tsuna
— Sawada
Al escuchar las voces de sus guardianes el castaño trato de abrir sus ojos que se sentía como dos bloques de aceros y tan calientes como la lava, no tenia las fuerzas suficientes para mirar a sus amigos.
"Omnivoro"
Cuando pensaba que no podría despejar las angustias de sus compañeros ante la pesades de su cuerpo, una voz brusca y profunda lo llamo entre las sombras como un susurro del aire, sabía quién era el dueño de esa voz tan imponente y sin estar en su plena salud su mente necesitaba verle, deseaba verle desde hace muchos días. Al abrir sus ojos solo se llevó una gran decepción al no encontrarlo entre el grupo de jóvenes, pero aun así podía sentir su presencia, en algún sitio de aquel lugar estaba el mirándolo con detalle con su típica expresión de frialdad.
— Lamento preocuparlos.
— Tsuna-ni no te vas a morir ¿verdad? —cuestiono con lagrimas en los ojos la pequeña vaca mirando al chico de ojos acaramelados que solo extendió su mano hacia el para revolverle los cabellos.
— Estoy bien, solo necesito descansar y tomar mis medicinas.
— Yo me encargare de vigilar sus cuidados judaime.
— ¡Nosotros también! —expresaron los guardianes restantes.
— Chaos, eso es lealtad, aunque les decepcionaran saber que las chicas se ofrecieron a hacerlo antes —declaro el asesino refiriéndose a Kyoko y Haru— han dicho que es lo mínimo que pueden hacer por todos estos años que han estado contigo ¿A quién elegirás dame-Tsuna?
— Todos pueden cuidarme no importa, solo llévame a mi habitación Reborn, quiero dormir —dijo ocultando nuevamente su rostro en el cuello del azabache para luego cerrar sus ojos.

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Fiebre Vongolica
FanfictionDespués de su viaje repentino a Japón para visitar a sus padres con el fin de descansar un rato de los desastres causados por sus guardianes, Sawada Tsunayoshi regresa a su amada mansión pero con un peligroso y extraño virus que sumergirá a toda Von...