Capítulo 3

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—Dices qué a Griffin le gusta este tipo de ropa —Preguntaba sonrojado.

—Si, entre más enseñes mejor. Además, tienes un buen cuerpo —Sus mejillas se tornaron rojizas por otro escape de pensamiento.

—Gracias, era deportista en Japón y trato de seguir ejercitándome en mi tiempo libre. Bueno, creo que tomaré este atuendo, aunque nunca había usado pantalones de cuero.

—Pero resaltan bien tu trasero y tus piernas —Se sentía que estallaría de vergüenza. No sabía que le pasaba con el más bajo, parece que su cerebro se apagaba cuando estaba cerca de él.

—¿Gracias?-Contesto con rubor en sus mejillas—.  Aslan, perdón por lo atrevido de mi pregunta, pero, ¿Eres gay?

—¡¿Qué?! No, no soy gay, y-yo... ¿Tú eres gay?.

—Me gusta un chico Aslan. Esta confesión te sorprenderá, pero, soy gay —Sonrió con burla.

—Idiota. Vamos a pagar toda esa ropa y vayamos a comer, muero de hambre.

—Claro.

Juntos se acercaron a la caja a pagar toda la ropa nueva que utilizaría en la próxima cena que tendrían en el departamento de los Clarenrese. Ash sabía que su hermano era más de ropa holgada y grande, con colores pasteles, pero al nipón le aconsejo que usará estilos más oscuros y más provocativos. Bueno, en el fondo había disfrutado ver a EIji probarse toda esa ropa, en verdad que tenía un buen cuerpo, buenas piernas, con un buen trasero y tal vez a veces se quedaba con la boca abierta, pero eso hacen los amigos heterosexuales, nada gay, porque a él le gustan las mujeres y no asiáticos de cabello esponjoso con olor a fruta, con una estatura baja, con mejillas de melocotón, con una mirada tan calidad que derriten el corazón, con manos suavecitas y con risas que provocan querer escucharlas siempre. En fin, lo odia, es heterosexual y nada pervertido, obvio.
Llegaron al departamento y prepararon una sopa (EIji lo preparo). Cuando terminaron de comer se sentaron en la sala para ver alguna película.

—Oye Aslan, ¿Y si uso la ropa que compramos hoy? Y de paso lo invito a un bar o algo, siento que si estás aquí me da más valor para invitarlo.

—Eh si, está bien, supongo. Puedes usar el baño para cambiarte.

En el fondo el rubio se sentía confundido. Quería ver de nuevo aquel conjunto en el nipón, pero también pensar en Eiji y su hermano salir juntos en la noche le daba una sensación desagradable. Que sentimientos tan confusos. ¿Era porque odiaba la idea de verlos juntos? Porque claro que no soporta a EIji y lo quiere lejos de su hermano, obviamente era eso.
Eiji entro al baño y no tardó mucho dentro, cuando salió Ash tuvo la misma reacción que en la tienda. Tenía la boca abierta y no podía dejar de ver lo bien que le quedaba ese pantalón de cuero negro y esa camisa holgada blanca poco transparente y que dejaba ver parte de su clavícula y pecho.

—¿Por qué estás babeando? ¿Aún tienes hambre?

—Y-yo —Pensaba en algo pero fue interrumpido.

El sonido de la puerta lo salvó. Alguien tocaba y no podía ser Griffin porque él tenía llaves. Camino para abrir y sopresa fue ver a su mejor amigo.

—¿Qué haces aquí?

—Hoy hay fiesta de películas en tu departamento, me olvidé invitarte, lo siento bro —Antes que Ash y su rostro malhumorado le cerrarán la puerta en la cara, entro y corrió a la sala encontrándose con un confundido EIji.

—Hola guapo —Saludo coqueto Shorter.

—H-hola, me llamo EIji Okumura y soy amigo de Griffin.

—Soy Shorter y soy el mejor amigo de Ash.

—Wow, pensé que no tenía amigos por su feo carácter.

—¿Verdad? Deberían darme un premio por aguantar su personalidad de gato arisco.

—Saben que estoy aquí, dejen de hablar mal de mí. Además, están en mi dulce hogar y puedo sacarlos a patadas.

—Entonces, ¿Qué película veremos? o planeaban ir a algún lado, porque EIji está que arde —Le guiño y Eiji solo pudo sonrojarse por el comentario.

—Ya deja de verlo tanto —Se quejó el rubio parándose frente al azabache para cubrirlo de la mirada de su amigo—. Deja de coquetear y ser tan Shorter.

—No te preocupes no te robaré a tu EIji. Sabes que tengo a mi amorcito.

—Creía que ya habías terminado con esa víbora.

—Solo me está haciendo la ley de hielo porque no quise vestirme de policía mientras estaba-

—¡Ya cállate, no quiero saber!

La mirada del rubio viajo a EIji que se había apartado de ellos, estaba revisando su teléfono.

—Griffin dice que no vendrá hoy —Dijo un poco desilusionado guardando su teléfono.

—No te preocupes EIji, otro día podrás seducirlo con tu lindo atuendo. ¿Quieres ver una película con nosotros?

—Claro, me encantaría.

—Lo siento chicos, creo que solo serán ustedes dos. Mi dulce Yue me acaba de mandar un mensaje y quiere que vaya a su casa y ahora estoy dispuesto a ser el policía cachondo que tendrá que castigar a ese travieso.

—Que asco, lárgate de aquí ahora mismo.

Sin dudarlo Shorter se despidió de EIji y salió lo más rápido a la casa de su novio.

—Supongo que seremos nada más nosotros dos, claro, si no te molesta.

—Me gusta tu compañía Aslan —Se acomodó a lado de él en el sofá y le sonrió. Ante esas palabras Ash únicamente pudo tomar el control muy nervioso para buscar alguna película y deseando que EIji no escuchará lo fuerte que latía su corazón.

Al final ambos se quedaron dormidos a mitad de la película, sus cabezas reposando contra la otra. Pero a mitad de la noche Ash se despertó y miro a su acompañante, miro cada detalle de su rostro, su cabello azabache, sus largas pestañas, esos labios rosa como la flor de cerezo. Ignoro algunos pensamientos que querían salir a flote y se volvió a acomodar junto a EIji hasta volver a quedar dormido.










—Perdón por babear tu camisa —Se disculpaba EIji muy apenado.

—Tendrás que recompensarme. Aunque, suponía que mi camisa favorita terminaría lleno de tus babas. Duermes con la boca abierta Onii chan.

—¿Me viste dormir? ¿Te despertaste antes que yo? ¿Y por qué no me despertaste? Un momento, ¿Me veías mientras dormía?

—Mira la hora, se me hizo tarde para ir a clases. Ya debo irme —Se levantó y corrió a la puerta para salir lo más rápido posible.

—Pero es sábado y hoy no vas a clases.

—Recuerda que soy un nerd y voy a clases cuando no hay clases. Adiós —Y corrió lejos de ahí.

My Beloved Callenreese Donde viven las historias. Descúbrelo ahora