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Viajaron juntas a Edirne, el día era tranquilo cuando llegaron, cada una se recostó en sus respectivos aposentos, cenaron juntas como cualquier día, la doctora había revisado a Hürrem, ella no estaba embarazada, era algo que la ponía un poco triste pero que a la vez estaba tranquila pues aún no quería tener un hijo.

Cenaron juntas, rieron mucho aquella noche.

Al día siguiente Hürrem se levantó temprano y se puso ropa un poco sencilla que pasaría desapercibida por cualquiera.

Nastya fue despertada muy temprano por otra de las criadas —Vamos niña levántate, saldrás al pueblo con la sultana— dijo con una sonrisa.

Nastya se levantó y se puso un vestido sencillo, salió de sus aposentos y fue al carruaje que las esperaba, este era también sencillo, pero la seguían no muy de lejos los hombres de la guardia.

—¿A dónde vamos sultana? — pregunto curiosa.

—Quiero ver un poco el pueblo, pensé que te gustaría verlo conmigo— dijo con tranquilidad.

Nastya sonrió por completo, estaba feliz de estar ahí —Me encanta— respondió con tranquilidad.

...

Se detuvieron en medio del bosque —Vamos— dijo Hürrem a Nastya.

Al bajar sus ojos brillaron y su sonrisa se ilumino, Nastya corrió hacia su madre y padre quienes esperaban no muy lejos de ahí.

Hürrem la miro con una sonrisa tierna, le gusto verla con su familia tan feliz.

La madre de Nastya miro a la sultana y agradeció con tan solo la mirada.

...

Un rato después Hürrem le contaba un cuento a la pequeña hermana de Anastasia.

Sonreía como cuando era una niña, quizás está niña estaba quitándole a Hürrem el miedo a ser madre.

Nastya miraba desde la ventana del lugar donde estaban, su madre se acercó a ella con tranquilidad —Tienes algo en la mente cariño, puedo verlo— dijo con tranquilidad.

Nastya la miro sería —Madre, que pasaría si me enamoró de alguien que no debo— dijo con tranquilidad.

Su madre acaricio su cabello —cariño no se de quién estás enamorada, pero debes ser cuidadosa, un hombre casado no te conviene — dijo con tranquilidad.

Nastya sonrió —No me refiero a eso— dijo con tranquilidad.

Su madre la miro y se dio cuenta de a quien observaba —No importa género siempre y cuando seas feliz, ni tú padre no yo seremos un impedimento, pero debes tener en cuenta de que para ella no serás la única— dijo con seriedad.

Nastya sonrió —Yo lo sé, pero a mi corazón no le importa— dijo con tranquilidad.

—Mi niña preciosa hija, estas muy joven para esto— dijo tocando su mejilla.

Nastya la miro con una sonrisa —Ya no soy una niña, tengo diecisiete años madre, creo que puedo manejarlo, además no me llevo tan mal con mi competencia— dijo y comenzó a reír con su madre.

...

Mahidevran se levantó con una sonrisa y camino hacia los aposentos de la sultana para verla, aunque fuese solo un momento, pero el guardia de la puerta no la dejo pasar —Lo lamento Hatun, la sultana no se encuentra— dijo con tranquilidad.

Mahidevran la miro enojada —¿A dónde fue? — pregunto.

—La sultana salió con Anastasia Hatun— dijo con tranquilidad.

Un harén y una SultanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora