caprichos del destino

dama de compañia para rastha

Cuando regresé a mi habitación después de escuchar a las damas conversar sobre el pájaro, encontré a uno de los secretarios de Sovieshu esperándome en la puerta.

"Qué está pasando?" Pregunte

Parecía que había estado esperando un tiempo, y respondió inmediatamente.

"El Emperador solicita su presencia."

Los rostros de mis damas se endurecieron. Así como el mío. El placer de ver al apuesto pájaro desapareció al instante, y mi corazón se puso inquieto. Antes no me importaba cuando Sovieshu me llamaba, pero ahora no podía evitar pensar '¿Qué más está pasando?'

"...Comprensión."

Rashta era ahora una concubina, y yo rechacé sus intentos de ser más cercana conmigo de lo necesario. Eso fue todo. ¿No debería ser el final?

¿Va a criticarme por no llamarla mi hermana...? No. No importa cuánto le importe, es imposible verla de esa manera, suena loco pero es mi realidad, no llegaria a ese extremo.

Sovieshu había visto a su madre mientras crecía, y sabía cómo eran las emperatrices y concubinas.

"Por favor, espere." Dije

Después de entrar en mi habitación, me quité el vestido de andar y me cambié a uno más formal. Afortunadamente, no me encontré con Rashta de nuevo, no sabria como actuar en ese momento. cuando seguí al secretario a la habitación del Emperador.

Entré, y Sovieshu me ofreció una taza de té e inmediatamente comenzó la conversación.

"Aunque las concubinas no requieren una dama de compañía tanto como la emperatriz, deberían tener una o dos para atenderlas. Yo también le daré a Rashta una o dos."

"Eso he oído. Veo que tus secretarios están buscando."

"...Sin embargo, después de unos días, ninguna mujer de la nobleza se ha presentado."

"Es así?"

"Creo que no se presentan porque la Emperatriz, la dueña del palacio, no está al frente. Entonces, ¿puede la Emperatriz misma encontrar una dama de compañía para Rashta?" Dijo sovieshu mirandome desde un costado

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"Tonterías! ¿Por qué debería la Emperatriz proporcionar una dama de compañía para la concubina?" Dijo una de mis damas

Las damas de compañía que escucharon mi historia gritaron enojadas. La Condesa Eliza, quien sufría de hipertensión, se frotó las manos detrás del cuello mientras la Vizcondesa Verdi la abanicaba y hablaba con voz suave.

"Gracias a Dios que Laura no está aquí. Es una joven ardiente y actuaría de forma impropia." Dijo la condeza Eliza

Me senté inmóvil, no había dicho ni una palabra, y las damas me miraron con nerviosismo.

"Qué hará, Su Majestad?"

"¿De verdad le encontrara una dama de compañía?"

"Nadie se presentó cuando los secretarios del Emperador estaban buscando."

Suspiré.

"Ojalá pudiera ser mas sencillo... pero por ser la emperatriz, su majestad me dio la orden directa."

Todas las damas tenían lágrimas de indignación, pero no tenían otra opción. Suspiré de nuevo, todo este tema me estaba agotando.

Por lo general, una dama de compañía era de un rango similar o inferior al de la mujer noble a quien servía, pero Rashta no era para nada una noble. En este caso, sería apropiado encontrar a una de las nobles caídas o más bajas... pero eso planteaba un problema ya que muchas de ellas no podían acceder al palacio. Lo consideré por un momento antes de dirigirme a la Condesa Eliza.