6 Lele Pancha

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“Es raro el amor…”

Hoy es el día sábado 19 de septiembre, y el día de hoy, por muy raro que suene, estoy emocionado porque, ¡¡conseguí un trabajo!!

Aparte de tu primera afeitada con navaja, o la primera vez que compras condones en una farmacia, tu primer empleo son una de las cosas que te dejan marcado para siempre (o al menos para mí lo fue), y más porque no sabía en qué iba a trabajar, simplemente me preguntaron que si quería hacerlo, y no sé si fue por curiosidad o tal vez para matar el tiempo un rato (o por falta de dinero) el que decidí tomarlo.

Era una mañana nublada, y me citaron a las 9:00 Am en un restaurante llamado “El franciscano” para darme indicaciones. En esa ocasión decidí dejar mimir a Leiru otro rato (eso y porque es imposible despertarlo antes de las 12:00 Pm en un sábado, y más si el clima no era favorable).

Mi piel estaba de gallina ya que no tenía la menor idea de lo que iba a tratar mi trabajo, y porque nunca en mi vida había tenido un empleo formar, pero bueno…

“La curiosidad mato al gato,
Pero el gato se murió sabiendo”

Tenía los pelos de punta, no sabía si iba a ser cocinero (no se cocinar), mesero (rompo todo) o incluso el del aseo (esto sí creo poder hacerlo), no lo sé, simplemente no sabía si esto iba hacer una buena idea.
Llegaron las 9:30, y en eso llega Jonathan, mi nuevo jefe, él era una persona que no conocía pero era alto, musculoso, y tenía un porte demasiado refinado y elegante (al igual que impotente…)

Y atrás de él estaba “Angeles”, una de las amigas de mi mama, una persona extravagante que había viajado por todo el mundo a corta edad, y una persona que me había recomendado para este empleo y al tenerlos a ambos ante mí, tuve demasiado miedo (y no sabía por qué mierda estaba aquí).
Había llegado la hora, ¡¡era momento de saber que iba a hacer en este empleo!! Me entregan una bolsa negra con algo adentro (era mi nuevo uniforme) “pruébatelo” eso es lo que ellos dicen. Con mucha ansia abro la bolsa y lo que encontré…
Era…

¡¡Un traje de fraile y unos guaraches!!

Me medí el traje y me quedo a la medida, y entonces me pusieron en la entrada del local, porque lo que tenía que hacer… ¡¡era invitar a las personas a pasar y dar volantes vestido de fraile!! (Me sentía tan apenado, y solo quería desaparecer en esos momentos de Zacatlán). Y mientras más pasaban las horas, ese sentimiento era cada vez más y más grande.

¡¡no puede haber otra cosa que podría empeorar esto!! (exclame)

Y en eso, me llega un mensaje de Leiru a las 1:39 Pm, donde solo con unas palabras, logre notar que algo no andaba bien con él.

Oie (me escribe seguido de una cara triste)

Antes que nada buenos días dormilon ¿tal mimiste?

Mal… (responde tras unos minutos de haber leído mi mensaje).

Ay…

A pesar de ser una persona perezosa, depresiva y un poco (muy) anti social… él nunca me diría un “estoy mal” sin que yo se lo insistiera, al contrario, era la primera vez que era tan directo. Me empezada preocupar demasiado, no podría estar tranquilo…
Y si algo le había pasado, o si tal vez había algo que lo molestara, ¡¡no lo sé!! Solo sabía que “estaba preocupado por el” (pero ¿porque?).

A pesar de llevar tan poco tiempo conviviendo, y de conocernos solo superficialmente… ¿cómo era posible el que sintiera tanta angustia por él?
Y tras unos, minutos (los putos minutos más largos de mi vida), de la nada en su chat apareció un

“Lele pancha bebe”

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