Hormonas

1.7K 181 57
                                    

Katsuki no estaba muy seguro de cuándo empezó a pensar en los sábados por la tarde cómo lo que mentalmente denomina "la hora de Deku". No hay reglas escritas sobre lo que harán esa tarde, solo sabe que la pasará con Izuku. No suele ser nada especial, algún tipo de actividad física, porque así es como mejor se entienden, sin palabras de por medio que puedan arruinar lo que sea que en realidad quieran decir. A pesar de eso, es consciente de que últimamente habla más con Deku que con cualquier otra persona de clase A.

Hoy, han decido un combate sin quirks, el que sea inmovilizado cinco veces pierde, los combates son emocionantes, y después de dos horas de práctica, ambos se sienten acalorados y sudorosos, intentan derribarse el uno al otro, con las manos, los brazos y las piernas, sus extremidades se deslizan por sus cuerpos intentando encontrar una obertura, algo que les haga hacerse con la victoria. Es la última ronda y Katsuki gana 5 a 4, él sonríe maliciosamente e Izuku empieza a hacer pucheros listo para argumentar en contra del último derribo. 

— Eso es trampa, Kacchan.

— Yo nunca hago trampa, además no es como si los villanos fuesen a desperdiciar cualquier oportunidad. No culpa mía que te distraigas en mitad de un combate — Habían estado en medio de un forcejeo, Izuku estaba a punto de escabullirse, Katsuki tenía su boca junto a la oreja de Izuku y no se le ocurrió otra cosa para ganar que susurrarle— ¿Listo para que esto acabe? —Izuku había jadeado y se había distraído lo suficiente para que Katsuki consiguiese abatirlo, cayendo sobre él e inmovilizándolo. 

Katsuki debería haberse levantado y haberle ofrecido su mano inmediatamente, pero estaba disfrutando demasiado, no ocurría a menudo, no siempre tenía a Izuku bajo él, tras haber perdido en una lucha igualada, y esa, para él era la mejor sensación del mundo. Todavía se está regocijando en su victoria, cuando siente un movimiento familiar en sus pantalones. Katsuki se levanta lo más rápido que puede, sabe que los adolescentes se empalman, es una respuesta fisiológica y muy natural, pero no debería pasar mientras estás encima de tu ahora amigo.

Sabe que después de un entrenamiento como el que han tenido, sus cuerpos bombean sangre a todas las partes de su cuerpo, incluidas sus pollas. Ya les ha pasado antes, y les volverá a pasar mientras que todas esas hormonas de mierda corran por su cuerpo adolescente, o se acostumbre a esas sensaciones. Pero la cosa no parece mejorar conforme van creciendo, porqué esos "incidentes" con Izuku han estado pasando cada vez más rápido, más a menudo, y es malditamente difícil de esconder. Y es que, últimamente, cada vez que entrenaba con Izuku, y su cuerpo entraba en contacto con el duro y caliente cuerpo de su compañero, amigo de infancia y rival, la sangre se desviaba a ese lugar en específico rápidamente. Estúpidas hormonas.

Katsuki ha asumido que no puede enfadarse con su propio pene por ser un idiota y cobrar vida por su cuenta, así que se aleja para tomar sus botellas de agua, mientras se ajusta disimuladamente los pantalones. Le lanza una a Izuku, que sigue tumbado en la colchoneta con los ojos cerrados, intentando que su propia erección desaparezca. La botella rebota en el pecho de Izuku, sin que él pueda alcanzarla, pero antes de que se aleje demasiado la recupera con el Látigo Negro. Tras unos segundos Izuku se incorpora, Katsuki no sabe si ya se ha recuperado o no, pero se sienta a su lado, suficientemente cerca como para que sus rodillas casi se toquen, casi.

— ¿Por qué soy al único que le han pedido que vaya antes de tiempo para revisar su look?— dice Izuku, tomándolo por sorpresa. Aún así responde sin pensárselo dos veces.

— Estás a punto de ser un héroe profesional y te vistes como un niño de 8 años— dice Katsuki, sin adornos.

— ¿Por qué debería importar cómo me visto? Llevaremos nuestro traje cuando estamos de servicio, y nunca nadie se ha quejado de mi traje, creo que tengo buen gusto— señala Izuku. Katsuki piensa que nadie se quejaría porque le queda realmente bien, pero no lo dice en voz alta porque la imagen de Izuku corriendo delante suyo mientras lleva puesto ese estúpido y ajustado traje verde cruza por su mente y él se siente un maldito pervertido. Malditas hormonas.

Hormonas [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora