Extra DouNae

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Kanae estaba acostada en las aguas termales con los ojos cerrados relajada tomando un baño junto con su compañera Mitsuri.

-Te dije que un rico baño termal ayudaría con tu estrés, Kanae-san.- Sonrió la reciente Pilar del Amor estirándose en el agua y abrió los ojos viendo el cielo nublado. -Oww, parece que se avecina una tormenta.-

Kanae abrió los ojos haciendo un puchero al notarlo. -Tienes razón. Cuando terminen de afilar mi katana volveré a casa. Además Shinobu debe estar en camino a buscarme para seguir su entrenamiento. Podría encontrarla en el camino y de ahí regresar juntas. Me preocupa que ande sola sin poder decapitar demonios.-

-Oh vamos. Ni que un demonio psicópata quisiera casarse con ella.- Dijo con sarcasmo Mitsuri y volteó a ver a una serpiente blanca de ojos rojos. -¡Hola Kabarumaru!- Sonrió alegre. -¿Iguro-san está aquí?- Preguntó curiosa la de cabello rosa con puntas verdes y cuando la serpiente asintió se puso de pie emocionada. -¡Voy a espiarlo!-

Kanae se cubrió los ojos avergonzada al verla desnuda y Misuri se puso una toalla al rededor corriendo fuera de la habitación. -Adiós Mitsuri-san...- Se descubrió los ojos y volteó a ver a Kabarumaru. -Aún no me acostumbro a su personalidad tan extrovertida. Es una buena chica, pero muero de vergüenza cada vez que me abraza con tanta confianza o vamos a las aguas termales juntas. No suelo tener tantas confianzas con nadie, ni siquiera mi hermana.- Rió con ternura al recordar cuando una vez cuando se fracturó un brazo y su madre la quería bañar, salió corriendo muerta de la vergüenza en toalla por toda la finca con tal de que su progenitora no la viera desnuda. -Nos vemos luego Kabarumaru, mandales mis saludos a Iguro-san y Mitsuri-san.-

La serpiente asintió y se fue por el suelo.

La mujer una vez que estuvo sola se sumergió en el agua más tranquila comenzando a nadar. Cuando volvió a salir a la superficie notó que comenzaba a caer el anochecer. -Creo que debería volver ya a casa. Quiero alcanzar a Shinobu para que no tenga que hacer tanto camino sola.-

Escuchó un ruido detrás suyo y volteó asustada. Sentía una presencia, pero no lograba descifrar si era un animal o un ser humano. -¿H-Hola...?- Preguntó asustada y se acercó nadando al borde cercano a la vegetación.

Un mapache salió de un arbusto y rió con ternura estirando el brazo acariciando la cabecita del animal. -Hola pequeñito. Esta no es zona de mapaches, ¿te perdiste?- El animal se sentó en el suelo a observarla con curiosidad y estornudó. -Y parece que también estás enfermo. Pup.- Dió un toquecito en la punta de la nariz del rayado y rió con ternura. -Espera que salgo y te ayudo.-

Salió del agua cubriéndose con una toalla y luego cubrió su cuerpo con un yukata rosa pastel con flores lilas dejando su cabello suelto.

-Hola pequeñito.- Se sentó junto al mapache en el suelo y este se acercó a ella curioso. -Anda, sube a mi regazo para que te revise.- El animal monocromático obedeció y la fémina comenzó a revisarlo. -Sabes... Antes de ser cazadora quise ser veterinaria. Tuve que dejar mis estudios para poder proteger a los demás.- Terminó de revisarlo y se puso de pié cargándolo en brazos. -Parece que solo es un resfriado. Conozco unas flores que pueden ayudarte.-

Caminó bosque adentro y se detuvo frente a unas flores amarillas. -Aquí están.- Agarró un pétalo y se lo ofreció. -Va a saber algo feo pero te va a hacer bien. Anda come pequeñito.- El animal negó con la cabeza y Kanae achinó los ojos. -Anda... Comete tu remedio y te doy un besito.-

El mapache tragó saliva y comió el pétalo haciendo una muequita de asco.

Kanae rió con ternura al verlo y le dió un besito en la frente. -¡Muy bien!¡Eres muy obediente!- Lo abrazó sonriendo alegre y lo bajó con cuidado. -Anda, ve con tus amigos que yo iré con mi hermanita.-

Bon Appétit [Doushino] (R+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora