¡Te agarro en la bajaita'! »taekook«

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Jungkook

Coño e' su madre.

Llevo como dos horas viendo cómo Jimin manda y manda mensajes por el grupo que tenemos él, Seokjin y yo, diciendo kike que lo acompañemos pa' la Candelaria. Me tenía el guevo flaco con la ladilla, nojoda, estaba que le zampaba un coñazo virtual.

Otra vez la pantalla de mi celular se encendió y me contuve de rodar los ojos hasta que vi que era Jimin haciendo una videollamada por el grupo. Verga pero qué intensidad.

—¡Mira, Jimin Andrés, me tienes arrecho, ya te dije que yo para allá no voy! —fue lo primero que le dije apenas contesté.

No mano, ¿eres marico? Nadie en su sano juicio va pa' esa plaza del coño, ay sí muy chévere pero te descuidas y rakata, te robaron hasta los pelos del sobaco.

—¡Anden vale, no sean así! —se puso a chillar haciendo pucheros.

—No no chamo, deja los inventos, aparte tú eres burda de mamaguevito y no digas que no, nos haces recorrer media Caracas y sales con tu verga de "quiero un helado de chocolate", mamalo —Jin le dijo rodando los ojos.

—¡Conchaleee! —y seguía y seguía con la vaina.

—Ay Jimin cuál es tu picazón pues, tenemos una heladería aquí mismito y andas con tu vaina de ir pa'llá, bien bello —le respondí.

—Dale Jungkook —empezó con su jaladera de bolas—. Si no vas tas' claro que eres hetero como Seokjin.

—¡Ah no si, el más pendejo! ¡Qué bolas tienes tú, Jimin! —Seokjin le empezó a reclamar.

Que peo la guacharaca de estos dos vale.

—Ah coño, ahora sí estamos hablando el mismo idioma —escuché a Jin con voz reflexiva.

—Ahora qué —pregunté fastidiado.

—Mju, cambia esa cara mariquito, Jimin ta' diciendo que él va a pagar.

—Verga Seokjin pero es que tú eres más agarrao' que el coño, tus papás son enchufaos' chamo, plata te sobra —negué con la cabeza.

—Ah vaina vale, ya vas a empezar tú —me sacó la lengua.

—Sí mano, yo pago. Pero que nos lleve Jungkook.

EL MÁS GUEVON SIEMPRE.

—¡No chico qué te pasa! ¿Tú me vas a pagar la gasolina acaso? ¿Y si me roban el carro? No papito, tas' es equivocao'.

—¿Quién te va a querer robar esa carcacha, chico? —se burló.

—Respeta coño e' tu madre que si no te quedas —lo amenacé.

—¡¿O sea que si vamos?!

Tan bonito, parecía un carajito chiquito de esos que les dices que les vas a comprar la vaina de hacer burbujas en la plaza Bolívar y se sienten como en los Mayamis. Yo era uno de esos.

—Sí ajá. 'Toy en 20 minutos ahí, si no bajas, no vamos pa' ningún lado, avisao' —lo señalé.

—¡Chao, me voy a arreglar! —se despidió y colgó.

Seokjin y yo nos quedamos viendo las caras.

—Tú qué, marico —le pregunté así rela.

—Nada mamaguevo, déjame ponerme unos zapatos y bajo pa' tu casa pues, que ladilla —se quejó y colgó.

Me eché a reír y me miré la ropa, bueno mal mal no estaba, pero tampoco decentico para salir. Me cambié el short por un par de jeans con mis infaltables botas y más na', que bello Puerto Cabello.