03| A escondidas de los demás

130 16 8
                                    

Nuestra relación nunca tuvo nombre, porque únicamente tú te confesaste y cuando lo hiciste me emocioné como no tienes idea, debido a que yo ya estaba enamorado de ti, y que me correspondieras fue sin duda algo maravilloso. Sin embargo, yo nunca pronuncié esas palabras que tú tanto deseaste, ya que para mí toda la situación me aterraba por las consecuencias que esta tendría.

Mantuve mis sentimientos escondidos de los demás, cosa que aprendí con el pasar de los años viviendo bajo la tutela de mi padre. Quién diría que lo que sentía por ti se volvería tan evidente a ojos de los otros.

Lo nuestro fue sin palabras, solo acciones confusas. Te hacía preguntarte qué éramos o si de verdad entre tú y yo había algo más que una simple amistad. Cada vez que preguntabas yo evadía y más adelante se volvió difícil no darte respuesta.

"¿Te han dicho que tienes unos ojos preciosos?" dije mientras acariciaba tu cabello.

"¡Qué cosas dices, phi! Claro que no" mencionaste y noté tu ligero sonrojo, así que sonreí.

"P', ¿Puedo hacerte una pregunta?"

"Si, dime"

"¿Qué es lo que sientes por mí?"

Me congele, mientras tu atinaste a decir: "Yo te dije lo que siento y trate de darte tu espacio, pero me confundes, me besas, me acaricias el cabello, me ves justo como lo haces ahora para luego irte. En clases no me diriges la mirada, ni siquiera me hablas y cuando traté de abrazarte esta mañana, quitaste mis manos de ti." dijiste enojado y yo en silencio decidí salir de la sala de música, dejándote solo como todas las otras veces que preguntaste lo mismo.

La verdad es que tenía la respuesta.

Estaba enamorado de ti, pero si lo decia, todo se hubiera vuelto irreparable, porque nunca te hubiera dejado ir.

Las personas a nuestro alrededor comenzaron a darse cuenta de la diferencia en el trato que tenía contigo. En una de aquellas veces que nos quedamos "limpiando" la sala de música, alguien nos vio, y así nacieron los rumores de que teníamos algo. Rumores que alcanzaron a Pakorn, némesis de mi padre. Al hacerlo, fue y le soltó todo a Nadech, este no le creyó obviamente, ya que con el pasar de los años me dediqué a seguir estrictamente el camino que él trazó para mi vida y él era consciente de que yo no sería capaz de cometer tal atrocidad.

Cuando me enteré lo que Pakorn le había dicho a mi padre supe que estaba perdido y tenía que tomar una decisión, tenía que alejarme de ti.

Así fue como de un día para otro dejé de hablar.

Tú me buscabas en el almuerzo o cuando paseaba por los alrededores de la escuela y yo luchaba con las inmensas ganas de decirte que te quería, que estaba irremediablemente enamorado de ti.

Pasaron semanas, todo estaba bien dentro de lo que cabía. En algún punto te cansaste de buscarme y no obtener respuesta de mi parte. Por otro lado, yo me llenaba solo viéndote a lo lejos o al menos así fue hasta que te vi con él.

Esa situación hizo que me diera cuenta que no podía estar sin ti, porque para ese momento ya eras demasiado importante y no quería perderte. Verte con alguien más me hizo cuestionar mis decisiones; recuerdo haberme enojado conmigo mismo por decidir no estar contigo, por no tener las agallas necesarias para desafiar a mi padre y por llevar la vida de mierda que llevaba.

Así que, tome una decisión que de sobra sabía era egoísta, pero para mí en ese momento era una escapatoria; una manera de decirme que aún podía manejar mi vida.

Arrastrado por el miedo nos lleve a esconder los besos que nos dimos, las caricias que compartimos y las risas que soltamos, todo ello solo lo saben las cuatro paredes en las que nos encerramos.

Sin duda alguna, en "nuestra relación" fueron tres veces en las que te rompí el corazón, la primera es esta cuando te dije que era mejor llevar "nuestra relación" a escondidas de los demás y me preguntaste si era por qué me avergonzaba de ti.

Creo que no es necesario recordar cuál fue mi respuesta, ¿Verdad?

La segunda vez fue cuando estando tu presente te negué a raíz de la pregunta que hizo Singto sobre lo raro que era la relación que teníamos, vi cómo te llenabas de tristeza y tus ojitos quisieron lagrimear.

Para mí, en ese momento estaba salvando lo nuestro; podía estar contigo y sabía que tu ibas a ser feliz de estar conmigo, no importaba como o donde.

No fue hasta que llegó aquel infernal día que me di cuenta que nunca te protegí. Solo estaba protegiéndome a mí mismo y de paso era la tercera vez que te hería. La verdad era que tenía miedo que iniciaran rumores acerca de mi sexualidad, temía que Nadech se enterara y me despreciara por tirar su reputación al caño. Quedarme más solo de lo que estaba, porque a pesar que mi padre me usa de la forma en que lo hace, al menos era mi compañía.

Eso creía, pero el tiempo me ha servido para darme cuenta de lo equivocado que estaba, había personas a mi lado, tú eras una de ellas, al igual que Kao o Nini la ama de llaves de mi casa. Ustedes siempre se preocupaban por mí, sólo que yo no supe ver lo que tenía

Pedirte mantener nuestra relación a escondidas, al igual que no contestarte cuando me preguntabas qué éramos y no haberte defendido en frente de esos tipos cuando corrías peligro, golpeándote y negándote en el proceso fueron, sin duda mis peores errores en toda nuestra historia.

Ahora ya no tengo a nadie, tu no quieres saber de mí, Kao no está y Nini está enferma.

Soy yo luchando contra todos mis demonios, esperando que alguien escuche mi voz y castigándome en el proceso por haberte fallado; y al mismo tiempo haberme fallado a mí mismo.

10/09/2016.

Todo lo que un día fuimos | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora