02| Eclipse

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Mi vida ha estado llena de falacias, hundida en el vacío. No reconocía mi propia voz, era hueco, nada me identificaba. Me acostumbre a seguir las órdenes de mi padre, de ser lo que él esperaba que fuera en el futuro. A estas alturas, no recuerdo cuándo fue la última vez que me sentí yo mismo, quizá antes de que mamá muriera o en mi niñez atrapado en una burbuja de inocencia impenetrable por los adultos, quisiera regresar a esos momentos, donde la decisión más grande que tomaba era si arriesgarme a comer chocolate en las mañanas a costa de un regaño.

Ser hijo de uno de los arquitectos más reconocidos de Tailandia no era una tarea fácil. Me ataba a una vida que no era mía, me alejaba de mis propios sentimientos y me encadenaba a deseos ajenos. Siempre iba a fiestas de socios y conocidos de mi padre, donde toda la élite tailandesa se regocijaba del dinero que tenían, sólo presumían de los logros que habían adquirido, pero sobre todo luchaban unos contra otros para ser el mejor. Para ello, los hijos de los patriarcas servimos como piezas de ajedrez, siendo ellos los que nos mueven para ganar posición y envidia del resto.

Quién llegará más lejos estaría en la cúspide de la pirámide, mientras que si tu resultado era el peor, ellos estarían dispuestos a destruirte. Los lobos, como yo los llamaba, estaban dispuestos a atacar en cualquier momento, especialmente, si antes de tocar el piso en una caída libre, habías tocado el cielo. Al parecer, eso hacía su juego demasiado interesante.

Ese fue el caso de Kaownah Kittipat, mi amigo era un chico de una belleza inigualable y una inteligencia superior a la de todos los ineptos de ese lugar. El siempre estuvo entre los más destacados de la élite, siendo nieto del fundador de una de las empresas más importantes de telecomunicaciones del país. Destacaba más que nada por ser a la edad de 23 años, director ejecutivo de la empresa de su abuelo. Era el más joven de todos los de ese lugar en haber obtenido un puesto importante. Eso fue lo que levantó la envidia de los demás, quienes esperaban el más mínimo error para acabar con él. Como te dije, ellos siempre esperan a quemarte vivo para bailar sobre tus cenizas, porque de eso se trata vivir en medio de toda la elite.

Kao cometió un solo error para que toda su reputación dentro de la alta sociedad se vaya al carajo, enamorarse. El conoció a Wang Jackson en un viaje que hizo a Rusia, Jackson fue a ese país a cerrar un negocio y ambos se cruzaron de casualidad mientras paseaba por la Torre Eiffel. Se enamoraron perdidamente el uno del otro cuando Jackson sin querer derramó café en Kao. Cuando él me contó su historia, sus palabras fueron, que era la torpeza, lo cariñoso que era y su amabilidad la que hacía cálido a Jackson; y eso le provocaba un sentimiento de tranquilidad como si estuviera arropado en su departamento en una tarde de invierno. Y yo lo entendí, por qué era exactamente eso lo que me hacías sentir, contigo siempre tenía el sentimiento de que estaba en casa.

Al menos, así era hasta que todo se fue a la mierda.

Como te decía, Kao se enamoró de Jackson y eso acabó con su reputación. Todos se enteraron del chisme de que el era homosexual con la divulgación de videos íntimos de los dos. Que "al parecer" no fueron grabados por ninguno. Y déjame decirte que no me sorprende. En el mundo de la alta sociedad, hacías lo que te fuera posible por quitar fichas de cualquier forma para quedar en el primer lugar. Por eso, no me sorprendía que esos videos aparecieran de un día para otro sin que nadie sepa quien los había enviado. Se encargaron de desprestigiar a Kao y quitarle todo lo que tenía.

La familia Kittipat no era tan unida que digamos, así que algunos hicieron lo posible para sobrevivir, de esa forma lo vetaron de cualquier reunión y del funcionamiento del patrimonio Kittipat. Sin embargo, él aún tenía a Jackson y pensando que este lo salvaría de todo fue en su búsqueda, sin imaginar que todo había sido un plan maquiavélico para acabar con él. Era por ese motivo que Jackson no se vio afectado con las repercusiones de la divulgación del video, porque él era parte del plan. Eso destrozó a Kao, quien de un día para el otro desapareció sin dejar rastro.

Te cuento esto, porque quiero que sepas que lo nuestro fue real, Barcode.

Yo me enamoré de ti, pero toda mi vida ha estado siempre amenazada por los demás. Tenía miedo, ellos acabarían conmigo y de paso te hundirían a ti, yo no deseaba eso. Verte sufrir me destruiría.

No imagine nunca que, al tratar de protegerte, quién te terminaría destruyendo sería yo.

Éramos un eclipse, Barcode.

Tu luz y mi oscuridad se combinaban para dar como resultado un precioso eclipse. Al igual que el yin y el yang, nosotros convivimos en plena armonía; porque los opuestos se atraen, solo que a mí me faltó ser valiente.

07/09/2016

Todo lo que un día fuimos | JeffBarcodeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora