En el autobús

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Bueno me llamo Martina, tengo 40 años y les voy a contar una historia genial que me pasó en un autobús público.

Esperé en la parada hasta que el autobús apareció al final de la calle y me bajé un poco mi vestido. Ese día llevaba uno bastante corto y de color blanco que podría dejar mis cosas a la vista si no tenia cuidado.

Pagué el billete y como iba a ser un trayecto de toda la noche me puse sentada sola en la ventana al final del autobús. Al rato tenía los ojos cerrados pero los abrí cuando un señor se sentó a mi lado porque no habia más sitios. Era un hombre robusto, con cuerpo de gimnasio y bastantes canas, le eché unos cincuenta años.

En un momento dado cerré los ojos para dormirme y al rato noté como me tapaban con una manta, supuse que tendría frio y el señor de al lado me había puesto una manta. No le di importancia hasta que noté su mano en mi rodilla y que iba subiendo. Yo seguía haciéndome la dormida pero aquella situación me estaba mojando muchísimo y no quería que parara.

Yo me cambié de postura para quedarme con las piernas más abiertas y darle mejor acceso mientras pensaba que yo seguía durmiendo. Él pareció estar satisfecho con eso porque subió su mano más y pasó su dedo por encima de mi cancha cubierta por un fino tanga. Movía su dedo de arriba abajo haciendo más presión en mi clitoris y tratando de meter su dedo en mi coño a través del tanga.

Durante un rato paró pero después volvió a subir su mano y me apartó en tanga lentamente para que no me despertara. Lo dejó a un lado y entonces puso toda la palma de su mano en mi coño y apretó haciendo que gimiera de placer desvelando que no estaba dormida.

A el pareció no importarle porque empezó a mover su mano de arriba abajo hasta mi culo. Con su otra mano empezó a meter su dedo en mi culo haciendo que abriera los ojos y gruñrra de dolor porque nunca me habían pentrado por mi culo.

Mientras con la mano que estaba en mi coño apretó mi clitoris y tiró de él y yo solté un grito que él calló con un beso en la boca. Mientras me masturbaba por mi coño y entraba y salía de mi culo yo llevé una de mis manos a su pantalón y le saqué su polla que parecía enorme y empecé a hacerle una paja. Los dos nos tocábamos como locos cada vez más rápido hasta que él consiguió que me corriera en su mano cosa que aprovecho para restregarse en la polla y después se puso de lado y buscó mi ano con la punta de su polla. Yo me aparté, no estaba lista para eso y menos estando tapados solo por una manta

- Puta relaja tu culo porque sino te va a doler más.

- No quiero que la metas - contesté asustada.

- Pues es lo que va a pasar.

Cogió mi cintura y tras apretarme el clitoris hasta que me dolió puso su polla en mi ano ya dilatado y empezó a meterla rápidamente. Sentia que me estaban desgarrado en dos pero con su mani en mi boca no podía gritar. No tenia ningún cuidado salía y entraba de mí muy duro mientras me tocaba por mi coño para que no doliera tanto. Él empezó a jadear y una señora nos miró extrañada. El señor me dió unas pentraciones más hasta que sentí su polla hincharse dentro de mi y su líquido me lleno y empezó a caer en el asiento y también por mi coño.

Él entonces salió de mí se limpio la polla y siguió como si nada hubiera pasado. Después se bajó en su parada y nunca más lo volví a ver. Pero yo nunca voy a olvidar la tremenda follada anal que me dio y como salí del autobús con mi agujero lleno.

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