8: ¿el circo dónde lo dejaste?

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Elizabet

Capítulo 8:

Vale mantengamos la calma no sé qué es peor que sepa donde vivo, que tenga ganas de ir a la cocina coger un huevo y lanzárselo a la cabeza por no haberme dicho quién era y presentarse sin decir nada o el simple hecho de que me esté mirando fijamente con un aire intimidante.

- Me vas a seguir mirando o te vas a apartar para que pueda pasar – dijo él sin despegar la vista de mi.

- Quien te ha dicho que te voy a dejar pasar – le conteste firmemente para que sepa que voy enserio con todo lo que digo.

- Bueno si tu no me dejas... yo solo te recomiendo que te alejes un poco de la ventana pequeño animalito.

No me aleje de la ventana hasta que empezó a trepar como un mono o una araña que se yo. Entonces si me aparté en cuanto estuvo cerca de la ventana quise cerrarla, pero como si mi cuerpo no quisiera colaborar no pude cerrarla ya que mis manos no cedían a moverse. En un abrir y cerrar de ojos hunter ya estaba en poniendo las piernas en mi habitación y joder parezco pequeña a su lado a pesar de todo mi situación era clara yo me iba a ir a dormir ya tenía puesto el pijama y me alegro de haberme puesto el que me regalo mi madre de color negro, era de mangas cortas la parte de arriba y la parte de debajo de mangas largas lo malo de todo esto era que no llevaba el sujetador ya que no tenía pensado que viniera alguien a mi jardín y luego trepara por la ventana aunque no sé cómo no han saltado la alarma de la casa.

El sin embargo tenía puesta una chaqueta de cuero, una camiseta oscura y unos pantalones vaqueros le queda bastante bien de echo le queda genial pero aun así no quita que sea un completo imbécil. A veces simplemente no puedo creer que sea demasiado...

- Bonita habitación que pena que su dueña no sea igual de bonita – dijo el sacándome de mis pensamientos.

- Quizás no se igual de bonita, pero tú tampoco es que seas muy guapo, de hecho, es tu ego el que te hace creer que eres guapo así que deja de creerte que eres guapo – le conteste yo mirándolo a la cara que por suerte o por desgracia tuve que levantar la cabeza para poderlo ver ya que él era más alto que yo.

- Pues para tu información soy bastante guapo otra cosa es que no quieras aceptarlo.

- Pues para tu información podría aceptarlo si lo fueras, pero como no lo eres – le espete yo en un tono alto y firme, aunque sí que es guapo, pero no pienso darle la razón. 

- Como tu digas animalito.

- ¡Que me dejes de llamar así!

- Ni hablar, ese mote te pega muchísimo.

Al terminar de decir eso alguien llamo a la puerta y deduci que era mi madre así que en un ligero gesto me abalancé hacia hunter y lo acorralé en la pared en otras ocasiones y si no fuera porque me cae mal lo habría escondido y abierto la puerta, pero lo que primero se me vino a la mente fue eso y luego pensándolo mejor podría haberlo aventado por la ventana.

- Como te resistas no dudare en matarte – le susurre para que la persona del otro lado no se enterara.

- ¿Elizabet estas hay? He escuchado voces – dijo mi madre del otro lado.

- Me muero por ver eso – me dijo hunter también susurrando.

- No podrás verlo si estas muerto – le dije aun susurrando para luego con un tono normal hablarle a mi madre – si mama estoy bien es solo que he puesto música.

- Está bien si necesitas algo avísame ¿sí?

- Si, claro – le conteste, la razón por la que mi madre no ha entrado a la habitación ha sido clara. Mi madre siempre me da mi espacio, pero también quiere saber con detalles todo y la verdad es que doy gracias por que no haya abierto la puerta porque en ese caso sí que no hubiera dudado en tirar a Hunter por la ventana.

Hunter "con un arma en la mano, atención, cautela y cuidado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora