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La mirada incredula de la castaña yacía sobre el objeto que la pelirrosa tenía sobre sus manos. Aquel pañuelo oscuro de borde resaltante con el pequeño abanico blanco y rojo. La ojijade le miro sin entender.

Aquella mañana ella había salido a dar un pequeño paseo, encontrando aquel pañuelo a pie de un solitario árbol. La borrosa imagen de aquel simbolo, le resultaba confusamente conocida, tomandolo en manos, recordando de regreso. Lo había visto plasmado en una sola cosa. La Katana del azabache.

—No lo dejes en un lugar obvio, pónlo donde tenga que buscarlo—

Recordó las palabras de la pelirrosa. Una vez dentro de la habitación del Uchiha. Instintivamente su cuerpo temblo ante la vista del lugar, una habitación sumanete solitaria, ordenada con poca filtración de luz. Negó ligeramente palmeando su rostro, antes de buscar con la mirada algun buen lugar para dejar aquel pañuelo.

Observando a un costado del futón aquella misma canasta de ropa que todas las habitaciones usaban para separar su ropa sucia. Abrió los ojos llenos de terror al escuchar pasos fuera de la habitación, se tensó al mirar la sombra al otro lado de la puerta. Se colocó recta antes de que la puerta corrediza de abriera.

—¿Qué haces aquí?—escuchó.

Más las palabras quedaron atoradas en su garganta. Bajo ligeramente la mirada al encontrarse directamente con la mirada de Ino. La rubia frunció el ceño al echar un vistazo por el lugar, reparando en el cesto de ropa el cual yacía volteado.

—¡Tú...!—la rubia fue interrumpida.

—¡No!—Tenten se apresuro a responder al darse cuenta de la situación. —No estaba robando nada—agito ambas manos, dejando caer el pañuelo frente a la rubia. Ino posó su mirada sobre el pañuelo, antes de sonreír incrédula.


Los murmullos entre la servidumbre del castillo Senju yacía, mirando con dolor aquella castaña frente a ellas. Ino miraba con seriedad, llevando en sus manos aquel pañuelo. Tenten yacía atada de manos, mordiendo su labio inferior ante cada azote. Pequeñas lagrimas salían de sus ojos castaños. La parte de la espalda de aquel vestido yacía manchado de rojo a causa de la sangre que brotaba por su mallugada piel a causa de cada golpe.

—Confiesa, ¿Qué más robaste?—cuestionó la rubia.

—No estaba robando—murmuró la castaña. Ino frunció el ceño.

—Azótala—ordenó.

Escucharon los pasos apresurados recorrer dentro de los pasillos del castillo, ante la mirada rojiza, aquella mujer de cabello rosado apareció, respirando apresuradamente, con pequeños moños apretados en sus manos, percatándose de la mirada preocupada que le daba a la castaña.

—¡Esperen!—exclamó.

Se apresuró colocándose frente a Tenten, mirando con el ceño fruncido a la rubia. Ladeó el rostro ligeramente mirando la espalda de la castaña preocupándose cada vez más al verle manchada de sangre.

—¿Qué ha hecho mal para merecer esto? —alzó la voz la ojijade, regresando su mirada a la rubia.

—Robó algo importante para Sasuke-kun—respondió Ino. Sakura frunció el ceño, abriendo ligeramente sus labios.

—El pañuelo...—recordó la ojijade. Ino frunció el ceño. —Yo le dije que la pusiera ahí, no la robó—se apresuró a responder.

—No tiene sentido...—sonrió burlona la rubia.

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2022 ⏰

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