1: desde cero

3 1 1
                                    

He tratado de no meterme en problemas, pero tengo una guerra en mi mente, así que solo viajo.

-Lana del rey, ride-

Se supone que los sábados voy al psicólogo, aparte acompaño a mi madre y tomo mi consulta.

-buenas tardes doctora Emily- le saludé con respeto

-buenos días querida, pasa, siéntate dónde gustes

-gracias- me senté en el sofá frente a ella

-¿me quierés contar algo?

-bueno, mañana entro a la universidad

-¿cómo te sientes?

-nerviosa y asustada

-¿es por lo de tu antigua escuela no?

-si, tengo miedo de que vuelva a suceder lo mismo

-hay pocas probabilidades de que suceda, pero nada es imposible querida

-y otra cosa es que tengo miedo a no tener amigos, mi madre ya aprobó que si puedo, solo faltan los amigos

-tambien piensa que para tu madre este es un nuevo capítulo en su vida, su psicólogo me dijo que ya salió un poco a flote

-si, pero aún le falta mucho

-el tiempo pasa rápido, ya lo verás, ahora, supongo que dejaras de venir, me enteré de que en esa universidad hay consejeros y psicólogos

-ni loca dejare de venir a verte Emily, eres alguien importante para mí, jamás te olvidare

-más te vale niña, y recuerda, mantén tu mente ocupada o ayuda a algo a alguien, eso te ayudará

Asentí.

(...)

Hoy es el tan espera día, mi primer días de universidad, por fortuna me mezclare entre otras personas nuevas.

Cheque por décima vez mi atuendo.

Baje las escaleras corriendo y fui a la cosina, dónde estaba mi madre tomando su tasa matutina de café.

-hola mamá- la saludé mientras colocaba pan en la tostadora

-buenos días Sam, oye

-¿si?

-estas segura de querer ir, podemos cancelar tu inscripción y volver a tomar clases desde casa, dónde estés segura

-mamá, ya hablamos de eso, nada me hará cambiar de opinión, tengo que vencer el miedo- saque mi tostada y la puse en un plato para después echarle mermelada

-al menos lo intente- suspiro cansada

-te prometo que está noche cenaremos juntas, haci que pasaré al supermercado, ¿necesitas algo?

-unas pastillas para dormir y café, y recuerda pasar a comprar tus antidepresivos

-anotado, bueno mamá, me voy

-con cuidado

Una ventaja era que la universidad quedaba como a cinco minutos de mi casa.

No era solo yo, había más chicos y chicas caminado hacia la universidad.

Era grande, alta, tres pisos para ser exactos, pasillos limpios, risas, murmullos, eso había en la universidad.

Me dirigí a la oficina del director, el cual ya conocía pues era amigo de mamá.

Ayudando al chico problema Donde viven las historias. Descúbrelo ahora