Capítulo 11: En el bosque

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Cuando volví a Dustville con Scarf a mi lado pude escuchar las exclamaciones y murmuros de los vecinos. Mis hermanitas, ya listas sobre la carreta,  me miraban con expresiones tristes. No me permití titubear. Simplemente avancé hacia la carreta y cuidadosamente até al celeri como si esta situación fuera completamente normal. Cuando el carro estaba listo, miré atrás una última vez. El panorama no había cambiado mucho. Los ciudadanos seguían aterrados mirándome. Lucille se encontraba abrazando a uno de los hombres a los que Zalgo había herido. Gunther, no muy lejos de ella, me miraba con gesto serio. Pude notar quemaduras por frío en sus manos. Entonces caí en cuenta de que él era el que había intentado ahogarme. Tragué saliva. Si no fuera porque Zalgo no permite que muera...
   Desheché esa línea de pensamiento y me obligué a tomar los estribos de la carreta y moverlos como señal del celeri para que comenzara a andar.  El celeri comenzó a caminar despacio, tirando de la carreta como si estuviera acostumbrado a tirar de un vehículo. Miré al frente. La calle empedrada frente a mí me llevaría a la salida de la ciudad. Hacia el sur...hacia mis padres.

_Cuídate mucho_ sentí la voz ronca de Gunther mientras me alejaba.

Sus palabras me congelaron en el sitio. De repente mis ojos se llenaron de lágrimas. Mis hermanas se encontraban detrás de mí, dentro de la carreta, y todos los vecinos de la ciudad estaban fuera de mi vista también , demasiado lejos como para notar la forma en que recibir aquella pequeña muestra de empatía de otro ser humano me conmovió en lo más profundo de mi corazón.
"Cuídate mucho también, Gunther" dije para mí misma.
_Al sur..._me repetí en voz baja.
Tragué saliva. Al sur será.

    Al salir de la ciudad nos encontramos en un bosque de pinos que no era suficientemente denso como para resultarme preocupante. Sobre mí, el sol brillaba, haciendo la nieve más blanca y pura. En el bosque podíamos ver pequeños animales haciendo sus actividades cotidianas, aparentemente inconscientes de todo lo que estaba ocurriendo.
_Me pregunto si esto ocurrió en todo el país_ murmuré.
_O en todo el mundo_ respondió Eve.

Como nos movíamos despacio y el camino era recto, eché un vistazo detrás de mí, dentro de la carreta. Elisa miraba el paisaje por la parte trasera de la carreta, mientras tanto Eve hojeaba el libro.
_Wow...Evelyn Duncan leyendo un libro por voluntad propia_ dije a modo de broma para aligerar el ambiente.

Mi hermana me sacó la lengua. Yo me reí.
_No se trata de eso...intento informarme. En el libro hablan mucho de las criaturas, pero no dice nada de las situaciones por las cuales aparecen en primer lugar.._y añadió en voz baja_ Intentaba encontrar alguna pista de utilidad para saber lo que ocurre. Pero no tengo nada hasta ahora.
_Una cosa es segura, esa información no está completa_ dije con un tono fuerte_ En el libro no dice casi nada de Zalgo...mucho menos de la forma en que actúa o las habilidades que posee.
_En eso pensaba yo también_contestó Eve_ En la posada fuiste capaz de mover cosas..No sabía que Zalgo tenía telekinesia.
_Telekinesis_ rectifiqué.
Sentí como un cuaderno impactaba en mi espalda.
_¡Outch!¿Y ahora a qué vino eso?
Mi hermana Eve solo sonrió maliciosamente.
_Elisa, mira, Eve me está golpeando_ dije con un tono muy infantil, fingiendo llorar.

No hubo respuesta.
_¿Lissy?_me volteé a ver, preocupada.
Elisa se encontraba realmente pensativa, apesadumbrada.
_¿Qué tienes, pioja?_ preguntó Eve.
Sentí su suspiro pesado antes de responder.

_Yo...dejé a Mr. Higgins en la ciudad sin querer. Olvidé recogerlo cuando regresamos a buscar nuestras cosas.

    Me sentí mal. En otras circunstancias sería fácil volver y pedir el peluche..
_Oye, no te preocupes, encontraremos un peluche para tí en la próxima ciudad a la que vayamos_le dije, intentando animarla.
Ambas se quedaron en silencio. No quise añadir nada más.
_Pero..mamá y papá me regalaron a Mr. Higgins...

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