Prólogo

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Bude, Inglaterra 1882


Una capa cubriendo su cabeza contra la torrentosa lluvia que caía sobre la ciudad de Bude al sur de Inglaterra. Avanzando hacia la taberna Tamfenti con sus botas enlodadas, esquivando por poco un carruaje negro que era jalado por dos caballos. Al llegar al umbral de la taberna miro hacia el techo leyendo el grabado en la placa superior a la puerta: "Encuentra la redención divina". Sonrió burlona mente ante eso y entro.


Al entrar, Demetri Stame estaba recostado sobre la barra con una cerveza en su mano izquierda. La música del lugar era fuerte y varios hombres bailaban y cantaban la victoria hacia una más de las colonias.


-¿A qué has venido? ¿A matarme?


-Debería hacerlo-la voz de aquel hombre era fría y atemorizante pero Demetri no le temía


-Debo informarte que te irás como has venido: sin información


-Sé que tú la tienes


-¿Qué yo las tengo, has dicho?-soltando bruscamente su tarro de cerveza en la barra provocando que todos los presentes prestaran atención a la escena y la música descendiera su sonido.


-No creo que la otra haya sobrevivido-despreocupada mente se limpió los restos de sangre bajo su barbilla


-Y qué hay de la otra, ¿Eh?


-No me importa-la capucha cubría la mitad de su rostro pero aun así Demetri podía ver su fría sonrisa-Sólo ocupo a la mediana-su mirada no tenía más ese brillo que él había visto antes-podría incluso drenar sus venas, apenas es una niña. Sería deliciosa, si solo me dijeras dónde se encuentran.


-¡No tendrás a ninguna!


Demetri se abalanzó hacia el hombre, la sangre hirviéndole en rabia, todos en la taberna comenzaron a gritar y hacer apuestas. "20 peniques" decía uno, "50" gritaba otro. Demetri no pudo atizarle el golpe que se merecía ya que aquel hombre se movía demasiado rápido.


-Sigues siendo débil, Demetri-su sonrisa era burlona-¿Es que acaso Banny no te complace?


Demetri lo tomo por el pie y lo arrastro hacia una mesa de madera que estaba a su lado, el hombre choco estrepitosamente contra esta y astillas se enterraron en la piel desnuda de él.


Maldijo en voz alta y jalo a Demetri con él, se golpearon y patearon hasta sangrar y de un momento a otro el tiempo se detuvo, el tipo encapuchado estaba parado frente a Demetri sonriendo y limpiándose la sangre del labio con la lengua.


Se puso en pie para estar a la altura de aquel sujeto inolvidable.


-¿Qué es lo que él te ha hecho?


Su mirada era triste mientras recordaba los mejores momentos junto a él


-Nada-seguía sonriendo-simplemente me hizo darme cuenta de lo que realmente soy y lo que valgo.


Observó a su alrededor todo estaba congelado, los hombres de la taberna, el dinero en el aire y la mesa rota.


-¿Lo que eres?-dijo incrédulo-Tú no eres esto Nalvey


La mirada de Nalvey se oscureció con ira al oírlo mencionar el sobrenombre con el que su madre lo llamaba-Tú no sabes quién soy


-¿Lo sabe él?


Con un grito desgarrador Nalvey se tiró contra Demetri sosteniendo una daga de bronce que había sacado de su pantalón, y se la enterró profundamente en el hombro


-Agradece que no lo plante en tu corazón


Su voz era un susurro de desprecio. Al momento que Demetri se levantó Nalvey se había esfumado y con él, el tiempo reanudó su marcha.

Besos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora