Eineal se encontraba terminando de meter lo necesario en su bolso, hoy entraría al Instituto Federick Garrison y mientras cerraba el bolso se preguntaba para qué, si con 128 años había cruzado el bachillerato más veces de las que pudiera recordar, asi que sería inútil. De todos modos tendría que hacerlo solo para mantener contentos a los miembros del consejo y a Demetri, lo bueno de todo esto es que no iría solo, Belle iría con ella. Aunque a su pequeña hermana le emocuonaba el ir y conocer chicos, a Eineal los chicos le daban igual. Haciendo un ademán para apurarla, Demetri entro en la habitación
-¿Tu primer día e irás tarde?-la observaba apoyado en el marco de la puerta
-Solo estoy afinando ubos detalles
-Más vale que te des prisa-se apartó de la puerta-Belle ya esta en el auto-mencionó sin girarse y no pudiendo ver a Eineal rodar los ojos.
10 minutos después de habet bajado a desayunar, a prisa, Demetei les dejó a la entrada del Instituto.
-Bien chicas, me tengo que ir-se colocó sus lentes de sol-cuídense y traten de no matar a nadie-soltó una carcajada a lo que ambas solo lo fulminaron con la mirada-¡Hey chicas, vamos! Es solo una broma-ninguna dijo nada, solo salieron del Jeep.-Las quiero en casa saliendo del Instituto, ¿vale?
Belle asintió alegremente con la cabeza y le dijo adiós con la mano. En unos instantes el Jeep de Demetri se perdió de vista.
***
Entraron al Instituto, un lugar deshabitado por el momento. Eineal suponía que todos, a excepción de ellas dos, estaban en clase. Caminaron hasta llegar a un pasillo y se detuvieron en uba puerta donde se leía "DIRECTOR GRAIND" en una placa. Eineal golpeó la puerta y una voz dentro les dijo que podían entrar.
-Señoritas Pharrel-saludo un hombre alto y afroamericano recibiéndolas con una amplia sonrisa blanca.
-Señor Graind-saludó Belle por ambas
-Antes de llevarlas a sus respectivos salones-se giró hacia su escritorio y tomó dos carpetas-les daré sus horarios y el reglamento de la Institución.
Les tendió las carpetas a cada una y Eineal echó una hojeada por encima de su horario de clases *Historia: ¡Genial!* su primera clase, no sabía por qué odiaba tanto Historia. Tal vez era porque había vivido mucho tiempo como para querer repasar en una estúpida clase
-Ahora-el Director interrumpió sus pensamientos-las conduciré a sus aulas.
Les indicó que pasaran primero pero al salir de la Dirección se les adelantó un poco. El Director las condujo a sus respectivas aulas, dejaron a Belle en el aula F, ella tenía Química *fácil* pensó Eineal. La despidió con una sonrisa.
*Suerte* dijo entre pensamientos, Eineal
*¡Gracias! Igual, nos vemos a la hora del almuerzo* le contesto una Belle muy animada.
Ella y el Sr. Graind entraron al salón, el Director salió pasados unos minutos y después de eso se encaminaron al aula C, el Director entro primero y luego de unos minjtos le dijo que pasara. Eineal entro al aula y todos murmuraban cosas como "¿Quién es?" "¿De dónde viene?" "¿Tendrá novio?" "Seguro es pasada" y asi hasta que un pensamiento le llamo la atención: *¿Quién es esa chica de ojos hermosos?* busco inmediatamente el lugar de donde provenía ese pensamiento y se topo con un chico muy mono de ojos color avellana y un perfil de Dios Griego. Saliendo de sus pensamientos se presentó, ni siquiera se dio cuenta de a qué hora se había marchado el Director.
-Bueno... amm ¡Hola!-escaneó todo el recinto-mi nombre es Eineal Pharrel-su mirada se posó un momento en el chico de ojos avellana-y me encantaría llevarme bien con todos ustedes.
*Aunque la verdad ni siquiera me importa* dio su mejor sonrisa hipócrita.
Después de su presentación, el profesor siguió dando su clase.-Como les decía, Napoleón fue desterrado por los veteranos Británicos en la Isla de Santa Elena-el timbre sonó anunciando el fin de la clase y el cambio de aulas.
Las clases pasaron rápido, Ecología y Ciencias Sociales fueron una completa aburrición. No compartía ninguna clase con el chico además de Historia. Estaba en Aritmética cuando llego la hora del almuerzo, salió de su aula y se encontro a Belle en el pasillo
-¡Hey Ein!-dijo saludandole con la mano desde el final del pasillo
-¡Hey Belle! ¿Cómo te fue?-dijo llegando a su ladi sonriéndole
-¿A que no adivinas qué...? Conocí a un chico increíble, se llama Sebastian-dijo con una sonrisa tonta en el rostro.
La verdad es que Eineal no quería que se emocionara pues ellas no se podían dar el lujo de enamorarse dado a lo que eran.
-Belle-alargó la primera 'e'
-Lo sé Eineal, lo sé. Pero es que es taaaan lindo-soltó un suspiro provocando que su hermana mayor rodara los ojos.
Caminaron hacia la Cafetería, no comían pero tenían que guardar las apariencias estando con los demás. La comida sabía asquerosa, solo la comían para que las personas no sospecharan lo que eran.
Se dirigían hacia una mesa vacia cuando un chico lindo de ojos verdes se acercó a ellas.
*¡OMG, Eineal! Es él* dijo Belle con entusiasmo
*Belle, no lo hagas* su tono era amenazador
Pero como era de esperarse, Belle hizo caso omiso a sus amenazas.
-Hola Sebastian-dijo con una brillante sonrisa
-Hola linda-contesto el chico de la misma forma, dejándole ver a Eineal una blanca dedicada a su pequeña hermana
-¡Oh, Sebastian! Ella es Eineal, mi hermana-dijo al fin dándose cuenta de su presencia-Eineal, Sebastian
-Un gusto Sebastian-sonaba amable *si le haces algo, me las pagarás* le dijo al chico en la mente, él la miro confundido y Eineal le entrego una sonrisa
-El gusto es mío... creo-esto último lo dijo en un susurro a lo que Eineal sonrió más ampliamente. Belle dio cuenta y le dio un codazo.
*No hagas esto, por favor* le suplicó a su hermana
*Belle*
*Es importante* la interrumpió
A regañadientes y evitando un bufido decidió dejarlos solos
-Bueno chicos, creo que los dejo solos-dijo mientras se despedía *te mantendré vigilada* le dijo a Belle, ella le sacó la lengua-estaré en la mesa de allá-señaló con la cabeza una mesa vacía al centro de la Cafetería.
-Clari, en un momento voy-aunque algo le decía que no iría
Eineal iba en camino a sentarse cuando chocó con alguien haciendo que cayera al suelo derramando el jugo de uva que traía en la bandeja al suelo. Por suerte solo llevaba un sandwich y ése jugi, sino hubiera sido un desastre y las cosas se hubiera puesto terribles
-¡Pero qué mierda!-exclamó en cuanto sintió su trasero tocar el suelo-fíjate dónde caminas, idiota-se quedó helada, prácticamente, al ver con quién había topado.
-Perdón, en serio per... oh, ¡Hola!-le dijo con una sonrisa.
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Besos de Sangre
ParanormalEl amor es más fuerte que todo, esto no denigra pensamientos, creencias, limitaciones ni edad. Pero tras vivir 128 años creyendo que el amor es imposible y prohibido para ti, pierdes toda creencia en él, hasta que alguien inesper...