Recuerdo el día que te ví por primera vez, tus ojos opacos... perdidos entre la multitud... tal vez buscando a alguien o buscando un sentimiento por el cual seguir, pero cruzaste miradas conmigo, fue ese el día que anhele esos ojos, tan bellos que pintan de colores mis días.
Sin embargo no sentiste lo mismo, me miraste con indiferencia eran simplemente alguien más de la multitud, pero tú no para mí tú eras mi musa.
Escribí cientos de cartas para ti nunca las recibirás pero aún lo hago para saciar el gran amor que desborda de mi frágil corazón, y cantando para ti aunque mi voz nunca te alcanzaría.
Con algo trivial comenzó el plan de acercarme a tí, y a broma te tomaste mis palabras, no lo sabía porque el amor no era estable para mí corazón. Tu risa encantadora y tú inédita personalidad solo hizo que algo más en mi comenzará a cambiar.
Reconstruido estaba mi corazón y muy ingenua te lo di, sin decir nada y en secreto pero este sin atención poco a poco se comenzó a congelar... sin tu sonrisa incomparable... de nuevo el corazón triste que tenía volvió.
