R.N.C.M.T

Cuarto volumen cap 4

Cuando volví a abrir mis ojos, estaba de pie en un lugar que desde hace mucho tiempo había estado olvidado dentro de mi memoria.

No tuve que pensar por mucho tiempo para identificar el lugar donde me encontraba, de inmediato me percaté de mi ubicación en ese momento. Un gran calendario de papel colgaba de la pared desgastada, una taza vieja con un osito de peluche pintado y una pequeña mesa de comedor para solo dos personas, estaban frente a mí. Fue el escenario de la cocina de un apartamento de 32 pyeong (Tamaño promedio de una habitación) que tenía el clásico aire pintoresco rural, era como un hogar amigable donde en el pasado vivíamos mi madre y yo.

¿Por qué estaba aquí...?

El olor a estofado picante de kimchi provenía del interior de la cocina. Había una abrumadora sensación de vida en el pequeño espacio que ocupaba la cocina, que era más intenso con el sonido de los trapos del fregadero. Me detuve y entrecerré los ojos como un idiota ante la sensación nostálgica que presionó dentro de mi corazón.

Todo lo que apareció a la vista era tan real que me llenó de dudas. Debo haber estado acostado en el hospital hasta donde recordaba, ¿era esto un sueño? Pero era tan real. ¿Sigo dentro del hospital? Mi mente recordaba con claridad haber estado en uno, pero ahora estaba confundido.

"¿Qué estás haciendo parado allí sin moverte?"

Pronto, una voz familiar me despabiló y mi cuerpo se quedó estático como una gran roca. Estaba seguro de que no había nada malo en mis oídos, esa era la voz de la persona que más amaba en el mundo. Un melodioso sonido que provocaba un bombeo intenso de sensaciones agradables en mi corazón y me hizo entrar en calor con tan solo escucharlo.

"Hijo, siéntate conmigo".

Sujetando un estofado caliente de kimchi en su mano, mi madre sonrió con gentileza. Abrí mis pupilas de par en par, y luego, mecánicamente, arrastré la silla hacia atrás para sentarme. Frente a mí, los cubiertos estaban cuidadosamente acomodados, como si ella ya me estuviera esperando.

El estofado de kimchi ocupaba el centro de la mesa, y el vapor blanco revoloteaba en el aire. Mi mamá, casualmente me sirvió mi parte de estofado con un cucharón. Me quedé como un idiota por un momento mirando con asombro lo que estaba pasando frente a mis ojos, y luego su mano se movió por sí sola y dejó la cuchara para colocar el cuenco sobre la mesa.

Miré el plato de sopa lleno de ingredientes deliciosos. Había mucha carne magra de atún y jamón. Un gran trozo de alga también se mezcló entre los pliegues de la verdura y pude verlos flotando dentro del caldo.

"... ¿Qué tipo de guiso de kimchi tiene algas?"

"¡Oye!, es delicioso hacer sopa con algas marinas, siempre te ha gustado".

"Luce como una sopa de algas y no como kimchi".

"Dices eso porque no lo has probado. Si no te lo vas a comer, dáselo a mamá".

"No, quiero comer".

Rápidamente, me metí las viscosas algas en la boca. Un olor a pescado fragante y un sabor delicioso se extendió a través de mi nariz y boca. Esta era la receta de mi madre, no tenía un sabor particular pero era delicioso.

"Come rollos de huevo. Mamá acaba de hacerlos".

"Sí".

Mi madre siempre había tenido una habilidad especial para hacer deliciosos rollos de huevos. Aunque el cebollín, las zanahorias y las cebollas llenaban el espacio, estaba en una forma ovalada perfecta que hacía armonía con todos los ingredientes. Recogí los rollos de huevo con mis palillos y les di un mordisco. El sabor tan suave y las verduras crujientes hizo cosquillas en mi lengua.