R.N.C.M.T

Tercer volumen cap. 6

Unas brasas rojas brillantes envolvieron la vara blanca. La parte que ya se había reducido a cenizas se tiñó de gris y perdió su color. Miré fijamente hacia abajo mientras el cigarrillo entre mis dedos se estaba apagando.

Una llama de progresó imparable revoloteaba entre los nudillos de mis dedos. Ahora que ya no había nada que quemar, el fuego rozaba mi piel. [Chiig], humo ahumado se elevó de la piel frotada contra el tabaco.

Había cicatrices transparentes en mis dedos que ya se habían quemado varias veces. Mi piel agrietada se estremeció ante la sensación de quemazón. Fue una mala imagen. Pero no sentí dolor. Aplasté el cigarrillo quemado con el filtro en el cenicero.

Papeles tirados sobre el escritorio esperando mi autorización, facturas presupuestarias, notificaciones parpadeando en el monitor y mi oficina en silencio. Todo era igual. Con o sin Yeo Jin Seo, el mundo a mi alrededor fluía igual.

Solo una temperatura corporal que había estado frotándose contra mi cuerpo había desaparecido. Pero esa pérdida detuvo mi tiempo. Fui expulsado de mi vida diaria y me senté como un extraño que contemplaba una película en blanco y negro.

No entendía ¿por qué no era capaz de entender ninguna de las letras del documento?, ¿por qué seguía buscando cigarrillos aún cuando ya había dejado de fumar? Si no me quemaba los dedos después de inhalar el humo picante, mi corazón latía insoportablemente. Un vacío se arrastró sobre mi piel con ansiedad.

No sabía cómo definir este sentimiento que experimentaba por primera vez. El cortocircuito que provocó el accidente quedó cortado por la mitad en la acera. No pude ser capaz de hacer nada durante tu ausencia.

Cuando cerraba mis ojos, tu último momento estaba claramente dibujado.

La cama manchada de sangre rojiza, el leve olor a drogas mezcladas con todo tipo de esterilizantes, y los doctores corriendo frenéticamente. En medio de eso, tu rostro permanecía tranquilo, y estabas durmiendo profundamente. Con esa hermosa carita bonita que tanto deseaba tener a mi lado.

"Yeo Jin Seo".

Incluso cuando dije tu nombre, tus ojos nunca se abrieron hacia mí. Te llamé de nuevo. Ninguna respuesta salió de sus labios fuertemente cerrados.

El médico que estaba a tu lado trató de cubrirte con una sábana de algodón blanco. Surgió un deseo de rasgar la tela que cubría tu rostro.

Intercepté la mano del doctor y enterré mi nariz en la nuca de tu cuello. Tu hermoso aroma no estaba... Algo similar al olor de la sangre y un olor corporal fétido se impregnó en mi nariz. Pensé que podría no ser demasiado tarde. Este no era el olor Yeo Jin Seo, pero aún podía sentir tu aliento, lo sabía, así que todavía estás aquí.

"Abre tus ojos".

Por un momento, el silencio cayó en la habitación del hospital. Lentamente envolví mis brazos alrededor de tus manos inmóviles.

"No importa cuánto tengas que esforzarte, así que déjame verlos".

Traje a todos los médicos que dijeron que tenía buenas habilidades, pero nadie estaba dispuesto a dar un paso adelante. Los miré secamente. El nivel de incompetencia era frustrante.

"¡Despiértenlo! En lugar de quedarse parados como idiotas".

Un doctor de sexo masculino y apariencia joven con una expresión perpleja. Manipuló el equipo médico que colgaba del cuerpo de Yeo Jin Seo varias veces y luego frunció el ceño ligeramente. Una voz se arrastró en el silencio sin un solo viento.