La forma más extraña de conocerte [ChanBaek]

TRES/TRES

EL EXTRAÑO CHICO EN LA BODA

— Entonces, tú y ChanYeol han estado juntos desde hace... ¿tres años? —

— En realidad, dos. Fuimos amigos por un buen tiempo— aclaró.

El adolescente, recién llegado de China, se quedó pensando por algunos segundos, como si la información fuera demasiada para procesar.

— ¿Y cómo terminaron todos ustedes aquí? ¿No se suponía que estabas en la universidad? —

BaekHyun dibujó una tenue sonrisa.

— Supongo que fue un golpe de suerte. Nos contactaron gracias a que el hijo del CEO escuchó un cover que ChanYeol subió a internet. Sin él, probablemente seguiría estudiando. —

— ¿No te gustaba? —

— Era algo bueno. — aceptó. — Pero jamás fue mi sueño. — LuHan asintió con lentitud.

— Bueno, quien diría que ese otaku cabezón fuera la causa de que ustedes cuatro hayan entrado como trainiees. No es tan tonto como aparenta. — BaekHyun paso por alto la ofensa hacía su novio sin molestarse. 

No tenia mucho de conocerlo, pero en aquellos pocos meses, supo que el pequeño extranjero, muy a pesar de ese carácter animoso del principio, era un chico muy dulce y amable.

Dramático por decir poco, y con una extraña fijación por ofender a ChanYeol... Igualito a KyungSoo.... Y JongDae... Y a JongIn.

Uff, pobre Chan.

BaekHyun ya estaba acostumbrado.

— Y bueno ¿tu por qué tan interesado? —

LuHan se encogió de hombros. — Quería saber si la historia de como se conocieron era mejor que la de KyungSoo Y JongIn. Ni siquiera la de mi primo YiFan puede superarlos. — BaekHyun no pudo evitar carcajearse, ahora sí, con toda la burla que el recuerdo ameritaba.

— Bueno, a lo mejor cuando tu conozcas a la persona con la que quieras pasar el resto de tu vida, pueda ser más bizarra que la de Soo y JongIn. —

— ¡Ja! Lo dudo mucho. Tendría que ser una forma de verdad ridícula para poder superar a ese par. —

— Jamás dudes de lo cruel que puede ser el destino. A lo mejor terminas tragándote tus palabras. —

— Así como tu terminaste tragándote la leche de ChanYeol. —

— ¡Por Dios, LuHan! — exclamó al soltarle un manotazo en la nuca. El menor chilló en protesta. — Nunca debí presentarte a JongDae. Es una pésima influencia para ti. —