DOS/TRES

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EL EXTRAÑO CHICO DE LA FERIA

— ¡Ah! ¡KyungSoo! ¿Eso por qué fue? — reclamó, sobándose la nuca que KyungSoo violento con un duro golpe a mano abierta.

— Porque eres un idiota pervertido. —

— ¡Ay, ya les dije que no lo decía en ese sentido! Yo solo quería darle la bebida de fresa que compre para él. — exclamó por quien sabe qué vez en ese pequeño lapso que llevaba de descanso. —Estaba muy nervioso y las palabras salieron sin querer. Seguramente, ahora esta piensa que soy un asqueroso, desesperado y virgen otaku. —

— Sí lo eres. —

— Pue sí... Pero no se suponía que él supiera eso. — Se quejó con el alma llena de sus ilusiones rotas.

— Ay, ChanYeollie ¿Qué te puedo decir? — inquirió JongIn con genuina preocupación. — A lo mejor y le hiciste la payasada del día. —

ChanYeol le dio una mala mirada e ignoró el comentario por completo.

— Mañana regresaré a la misma ahora y le intentaré explicar las cosas. —

— Eso suena ser un plan medianamente decente, sin embargo, mañana por la mañana tenemos que tomar el tren. Hoy es el último día de clases ¿Recuerdas?—

ChanYeol maldijo en sus adentros.

KyungSoo tenía razón, era su último día de clases y desde hacía meses, los tres acordaron ir al festival de otoño que se celebraba en el pueblo natal de KyungSoo.

— Es verdad. — exclamó con un suspiro derrotado. — ¡¿Y ahora que voy a hacer?! — el chico pelinegro hizo una pataleta cual niño berrinchudo y KyungSoo lo miro mal.

— Bueno, mientras tú te encargas de este llorón idiota, yo me voy adelantando al salón. Necesito hablar con JiHyo sobre el reporte final del profesor Choi. — y tomando su mochila, KyungSoo se fue.

JongIn siguió con la mirada al pequeño demonio de bonitos labios hasta que esté desapareció por completo.

— ¡Ahora sí! — JongIn lo tomó por el hombro y lo sacudió bruscamente para llamar su atención. — ¿Conseguiste lo que te pedí? — ChanYeol dibujó una mueca disgustada en su rostro por la insensibilidad de su mejor amigo ante su problema.

— Sí, lo hice. — JongIn sonrió tan radiante que sintió miedo. — Te dije que mi contacto puede lograr lo que sea. Me lo entregará hoy en la tarde.—

— ¡Eso es estupendo! ¡Muchas gracias! — De la euforia inicial por la noticia, JongIn fue cambiando su semblante a uno más serio. — Creo que tú contacto está metido en cosas ilegales, ChanYeol. Conseguir esa cosa en tan poco tiempo es prácticamente imposible. —

— Nah. Es mi vecino. Estudia leyes en la universidad de Seúl. —

— Dicen que los adogados son los más embusteros. — advirtió.

— Bueno ¿Vas a querer el regalo, o no? — le cuestionó vagamente irritado.

— Por eso decía que tu vecino a de ser un pan de Dios. — dijo cantarin y sonrió con toda la falsa inocencia del mundo.

ChanYeol puso los ojos en blanco.

En momentos como ese, envidiaba al maldito suertudo de JongIn. Parecía que cuanto mejor le iba a su amigo, peor le iba él.

La forma más extraña de conocerte [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora