Rivales • James Sirius Potter

Capítulo uno

Hola, chicos.

Les invito a leer esta historia acerca de la tercera generación de universo de Harry Potter. Espero la disfruten al leerla tanto como yo al escribirla.

Un abrazo,

Ruiseu.

Lilianne

—Allez, allez, Lilianne —me dijo mi madre para que me apresurara. Iba corriendo tras ella y mi padre, quien llevaba el carrito con mis cosas.

—Espera, ya voy —respondí con mi acento francés marcado, como ya estaba acostumbrada después de vivir tantos años allá.

La estación King's Cross estaba abarrotada de gente. Tal como todos los primeros de septiembre de cada año. Este sería mi primer año en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Mis hermanos Alex, Vicent y Brandon ya cursaban segundo, tercer y cuarto año respectivamente y, por ende, conocían el proceso al pelo, pero ese no era mi caso, a pesar de que los acompañara cada año, era la primera vez que tenía que hacer el proceso por mí misma. Podía ver de reojo cómo mis hermanos menores Kale y Adrien se reían de lo nerviosa que estaba.

Una vez en la zona de abordaje, pude ver alrededor las mismas familias y noté también cómo las miradas se ceñían hacia nosotros de manera despectiva. Resoplé e ignoré la situación para aproximarme a mis padres que despedían a mis hermanos, sin embargo, en el camino me choqué estrepitosamente con un cuerpo un poco más alto que yo.

Ninguno de los dos dijo nada de buenas a primeras, solo mirábamos a todos lados para asegurar que nada se nos hubiera caído.

—Lo lamento mucho —dijo el chico mirándome a ver si me encontraba bien.

—Está bien, no hay problema —respondí, subiendo la mirada para toparme con unos ojos cafés preciosos y una cabellera castaña algo desordenada.

Nos miramos como si fuéramos las únicas personas en la estación y, por primera vez, sentí que no era juzgada a través de sus ojos. Se sintió muy bien.

—¡James! —gritó alguien a espaldas de mí.

—¡Lily! —llamó esta vez mi hermano. Cuando ambas figuras estuvieron frente nosotros, la tensión se esparció de inmediato—. ¿No tienes algo más que hacer que atormentar a mi hermana, Lupin? —masculló mientras me protegía tomándome de los hombros, atorándose un poco en las R, ya que cuando se molestaba, su francés nativo salía mucho en sus discusiones.

—¿Puedes decirle a tu hermana que se aleje de mi primo, Zabini? —le respondió él de la misma forma.

El chico frente a él ahora me miraba con los ojos como platos.

—¿Eres una Zabini-Parkinson? —preguntó incrédulo.

Mi entrecejo se profundizó.

—Así es, ¿algún problema con eso? —le dije en tono defensivo.

—Tengo muchos problemas con eso, la verdad, así como medio mundo mágico —le respondió el chico mientras bufaba.

Brandon me detuvo del brazo antes de que pudiera lanzarme sobre él y pudo ver cómo varias personas se arrimaban hacia nosotros, incluyendo mis padres.

—Es mejor que mantengas a tus hijos atados, Zabini —dijo un señor pelirrojo cuando mi padre llegaba junto mí y mi hermano.

—No tengo nada que controlar, Weasley. Ellos no viven insultando a tus chicos por cosas sin sentido —respondió él.