Capítulo cuatro

16 1 0
                                    




Tercer año

Lilianne

Lily, es hora —me dijo Vincent en francés mientras me sacudía un poco. No estaba dormida, llevaba en vela toda la noche de lo emocionada que me encontraba. Hoy iríamos a ver jugar a las Montrose Magpies en su propia casa. Papá había conseguido boletos de nuevo para que todos fuéramos en excelentes lugares, era un tipo de tradición ir a ver un partido de Quidditch en vacaciones, y esta vez nos tocó ver a las Montrose Maagpies. Quedaban pocos días para que volviéramos al colegio y quería aprovechar cada segundo antes de quedarme solo leyendo las cartas de mis padres regocijándose por estar cansados de salir a viajes y conocer muchos lugares. Cómo los envidiaba.

Brandon se acercó a mí cuando estábamos a punto de subir al auto, para asegurarse de que entrara primero y segura. A veces admitía que su sobreprotección era algo exagerada, pero ya estaba tan acostumbrada como para decir algo.

—Trata de no gritar como niña desesperada cuando salgan al estadio —me dijo Kale en chiste para burlarse de mi fanatismo.

Rodé los ojos y le respondí amarga:

—Soy una niña desesperada, ¿qué esperas?

Alex y Adrien se burlaron un poco de Kale por haber sido tan ingenuo al meterse conmigo.

—Algo que definitivamente disfrutaré ahora que estoy en Hogwarts es ver como siempre te pone en su lugar —dijo Adrien. Era verdad, a veces olvidaba que este sería su primer año. Había crecido mucho en solo dos años, pero seguía con su hermoso cabello largo hasta los hombros, un aspecto adorable y sombrío.

Me emocionaba la idea, todos los Zabini estarían juntos en la escuela, y me preocupaba un poco en cómo lo tomaría nuestros rivales más directos, los Potter-Weasley. A diferencia de Albus, el resto parecían ser muy hostiles y groseros, aun con todos los años, me sorprendía que las familias más respetadas del mundo mágico después de la segunda guerra mágica fueran personas tan rencorosas y promulgaran algunos malos tratos con otras personas, sobre todo inocentes.

—Te noto pensativa —me dijo Alex.

Tomé su mano con fuerza, solía hacerlo cuando me sentía ofuscada por algo. Alex era mi confidente más leal y mi mejor amigo, sentía que podía confiar en él en demasiados aspectos.

—A veces no quisiera regresar a Hogwarts, sino que estemos juntos siempre sin la necesidad de todas las cosas por las que tenemos que pasar.

No tenía que decir nada más, sabía con la mirada de Alex que había entendido a qué me refería.

—Entiendo el sentimiento, pero ¿no te gusta quisiera por el Quidditch? Siempre has dicho que quieres ser jugadora profesional

Sonreí de lado, siempre sabía cómo subirme el ánimo dándole la vuelta a mi problema, y casi todo tenía sentido si mi deporte favorito estaba involucrado.

—Es verdad, estar con ustedes, Claire y Quidditch hacen que mi estadía en el colegio no sea tan horrible.

—Uff, sobre todo porque tienes que soportar a Potter,  lo siento por eso —rio.

—Cada año nos llevamos peor. Siento que algún día uno de los dos lo superará.

—Já, la verdad lo dudo, hermanita, ambos son lo suficientemente orgullosos y competitivos como para eso. ¿Recuerdas la vez que McGonagall los encerró en su despecho para que "resolvieran sus diferencias" y los sacó a los diez minutos porque empezaron un duelo de hechizos? Volvieron su oficina añicos.

Reí por lo bajo. Lo recuerdo. Aunque el regaño fue bastante grande, valió la pena de ver el rostro de los profesores algo traumatizados.

—¿Y qué tal si se apresuran? —llegó Kale colocando los brazos alrededor de nuestros hombros—. Quiero apreciar qué mascotas habrá y no podré hacerlo sin siguen así de lentos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 23, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rivales • James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora