5. Nuevo Amanecer

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La noche anterior habían caído en un profundo sueño debido al cansancio de su tiempo en llegar hasta la cabaña y los tragos que habían bebido en el bar del que se habían escapado.

Como de costumbre, Kinn fue el primero en despertar, siguiendo su rutina, la cual lo obligaba a despertar a primera hora por la mañana.

Anakinn se removió en la cama, sintiendo el cálido cuerpo que tenía abrazado impedir su movimiento. No pudo evitar sonreír al recordar lo que había hecho la noche anterior.

Con pesar abrió un poco sus ojos, mirando el rostro tranquilo de su guardaespaldas. Le gustaba ese hombre, ya no había ninguna duda en su mente.

Dulcemente levantó su mano para acariciar con la punta de sus dedos el rostro del moreno. Pasó con delicadeza por su frente, después por su mejilla, sintió la firme mandíbula bajo sus dedos y subió ligeramente a tocar los rosados labios que había besado tantas veces el día anterior.

Kinn se inclinó un poco más cerca y besó de forma corta esos preciosos labios, sosteniendo con su mano la mejilla de Pachara.

-Buenos días, Porsche.- murmuró Kinn con su voz ronca al ver que el guardaespaldas se removía.

Pachara se estiró en la cama y talló sus ojos para alejar la flojera de su cuerpo. Cuando el moreno abrió los ojos, lo primero que vio fue el rostro sonriente de su jefe.

-Kinn.- lo llamó de forma sería, analizando cómo estaban firmemente abrazados en una cama, en un lugar desconocido para él.

-¿Qué sucede?.- preguntó el pálido al ver el ceño arrugado de su acompañante.

-Yo... No... Nada...- respondió Porsche soltando un largo suspiro.

-Por un momento creí que te habías olvidado de lo que pasó.- dijo Kinn con alivio.

-Claro que no.- el guardaespaldas trató de mostrarse tranquilo y dejó que las manos ajenas acariciaran su cintura por sobre la ropa.

-Me alegra saberlo, porque enserio no se que haría si hubieras olvidado que me pediste escaparnos juntos.- comentó con diversión el pálido. -Si no lo recordarás, esto podría parecer un secuestro.-

Porsche se mantuvo en silencio, viendo como su jefe parecía tan relajado y hasta feliz, sonriéndole con una comodidad sorprendente.

-Deberíamos darnos una ducha.- comentó de pronto el menor, esperando poder saber un poco más del lugar donde se encontraba.

-Aquí no hay ducha, pero cerca hay una pequeña cascada con un lago, creo que podríamos bañarnos ahí.- dijo Anakinn divertido al ver el asombro en el rostro ajeno. -Vamos, seguro será divertido.- añadió con emoción.

-Está bien.- Pachara siguió a su jefe, quien en algún punto tomó su mano y entrelazó sus dedos para seguir caminando de esa forma.

Ese agarre tan casual causó un revuelo en el pecho de ambos hombres. Kinn ante la felicidad que le daba poder ir de la mano con el chico que le gustaba, sin miedo a que alguien los viera y juzgará; por el otro lado, Porsche sentía un extraño hormigueo desde su mano y que se extendía por todo su cuerpo.

-Esto es hermoso.- exclamó Anakinn asombrado con la hermosa cascada que estaba casi justo detrás de la cabaña. -¿Qué te parece, Porsche?.- preguntó a su guardaespaldas al no obtener reacción de él.

-Es muy lindo.- comentó Pachara con voz baja.

-Podemos meternos en ropa interior, a menos que te moleste.- dijo el pálido soltando la mano ajena solo para comenzar a desabotonar su camisa negra.

Solos Tu Y Yo - KinnPorscheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora