Capitulo 11

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Andrés

Después de salir de casa de Marcos y de aquella discusión tuve un día muy cargado ayudando a mi madre con asuntos de la casa, así que decidir darme un baño y acostarme a ver tiktoks no lograba conciliar el sueño. Cada vez que cerraba mis ojos, la imagen de Marcos hacia presencia creo que olvidarme de él ya es misión fallida. Agotado, dejo mi celular en el tocador y cierro los ojos.

El ruido me despertó, un ruido no muy fuerte pero que no me acostumbro a escuchar a estas horas, reviso mi celular y veo que es una llamada entrante.

Llamada entrante

Marcos.

Observo mi celular atónito, sin saber como manejar la situación, ¿Debería contestar? ¿Sera que me esta llamando para insultarme de nuevo? No lo pienso más, presiono el botón de contestar y pongo el teléfono en mi oído.

—¿Alo, Marcos?

El otro lado de la línea se torna silencioso por unos segundos, luego esa voz que reconozco perfectamente, suena en mi oído.

—Hola Andrés.

Trato de mantener la calma.

—Hola, Marcos —respondí en un tono suave—

—¿Cómo estás? No sé porque, pero pensé en los dos, moría de ganas de escuchar tu voz gracias por contestar.

Las mariposas en mi estomago me hacen sonreír como idiota mientras pienso en mi respuesta.

—Estoy bien creo, como es eso que pensaste en los dos ¿Estas borracho Marcos? son las 2 de la madrugada me preocupa esta llamada —Hago una mueca de confusión—

—No, solo me siento mal por lo de hoy —soltó un suspiro del otro lado de la línea No debí hablarte de esa manera.

No pasa nada, ambos estuvimos mal no fue la mejor manera de hablarnos.

—Perdón Andrés

—Te perdono, Marcos —Un cosquilleo recorrió mi cuello—

—¿Por qué hacemos todo tan difícil?

—Porque nunca somos claros en lo que queremos, eso creo

—Crees que deberíamos solucionar esto que esta pasando con nosotros o tomarnos un tiempo?

—¿Qué piensas tu?

—Pienso que por un lado me gustaría estar contigo, darlo todo, sufrir lo que tengamos que sufrir, querernos uno al otro y demás, pero por otro lado creo que necesitamos tiempo para pensar las cosas, y la verdad no sé, necesitamos hablar de esto.

—Pero eso estamos haciendo —fruncí el ceño—

—Me refiero a hablar mirándonos a los ojos, veámonos.

—¿Qué?, Pero ahora?, Es de madrugada Marcos

—No importa, espérame en el jardín de tu casa.

Confuso iba responder, pero colgó, quede pensando en lo último que dijo así que apague mi celular y me puse una sudadera con mis tenis y baje, nunca me había cambiado tan rápido en la vida. Estaba haciendo brisando un poco fuerte así que me quedé dentro de la casa y cuando vi las luces del auto de Marcos, salí.

—Si muero de hipotermia será tu culpa —dije mientras me abrazaba a mí mismo—

—Bueno si tu muerte es mi culpa solo por venir a verme entonces ese seria mi crimen favorito — me respondió mientras cerraba la puerta del auto—

Este chico sabía como sacarme la risa de tonto.

—No comiences por favor —sonreí tapándome la cara para ocultar mi tonalidad roja—

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