ᴀᴍᴏʀ ᴅᴇ ᴍᴀᴄʜᴏꜱ | 𝓬𝓸𝓶𝓹𝓪𝓭𝓻𝓮𝓼

ᴘᴏʀ ᴅᴇꜱɢʀᴀᴄɪᴀ ᴏ ᴘᴏʀ ꜰᴏʀᴛᴜɴᴀ

Ya eran las 3 de la mañana, casi 4. En aquella casa todos dormían tranquilamente disfrutando los pequeños ruidos del rancho que ambientaban de serenidad la noche.

Hasta que el ruidoso teléfono de la casa hizo levantar a la cansada mujer que fue apresurada a contestar. Claro que quedó unos minutos callada inconfundida escuchando música baja de fondo y un hombre bastante ebrio cantando.

-Disculpe? Quién es? -habla algo bajo pues sus hijos y esposo dormían pero al no recibir respuesta decidió colgar.

Después de un rato el teléfono volvió a sonar un par de veces, la pobre mujer que solo buscaba descansar ignoró algunas hasta que arta volvió a contestar esta vez acompañada por su esposo quien igual cansado y molesto estaba decidido a para aquella broma de mal gusto.

-Te extraño cabron, TE EXTRAÑO UN CHINGO- La muchacha quedó callada sorprendida sin saber de quien se trataba hasta que Chema le arrebato el teléfono - Y extraño tu vergota frotándose en mi...

-Ya pinché Chava, deja de andar de rogon y vente a chupar- la voz de otro hombre gritando interrumpió a la de Chava.

Chema se limitó a colgar desconectar el teléfono de casa, sabía de quien se trataba y no pensaba lidiar con eso ahora pero después de esa última llamada no pudo dormir pues la segunda voz que escucho lo dejó preocupado pensando con quién y qué estaría haciendo su compadre.

Ya unos días pasados Chava había regresado al rancho, muy tranquilo y contento fue a visitar a su comadre y ahijados trayendo con él unos regalos. En cambio su compadre se encontraba molesto, furioso, ya que las llamadas en la madrugada del contrario le habían robado el sueño.

Luego de un rato, llegando la noche, José Maria se llevó a su amigo de la casa con la excusa de salir a tomar y ponerse al corriente con sus vidas a pesar de solo no verse en unas semanas. En realidad lo llevó a la casa de Salvador donde el dueño de la casa trató de invitarle un trago amistosamente pero el contrario se contuvo para verlo serio y empezar a entrevistarlo.

-¿Qué hiciste en la ciudad? - se limitó a mirar su caballito con licor y tomarlo de golpe.

-Ya te dije compadre, tengo unos negocios por allá con unos amigos y debo ir a revisar- Salvador tranquilo se sentó en la mesa de su casa y servirse algo de tequila.

-¿Entonces no vas a admitir que te vas de zorra?-.

-¿Qué?-.

-¿Te vas a hacer el santo? Por favor Salvador, llamas a mi casa a decirme porquerías en la puta madrugada, luego vas y te acuestas con otro y te dignas a fingir inocencia-. El tono de voz del hombre se volvió más fuerte e intimidante en cuanto hablaba.

-Chema no te estoy entendiendo, ni siquiera te hable cuando estaba en la ciudad-.

José Maria se levantó de golpe acercándose demasiado a su compadre que lo veía extraño pues no recordaba aquel día de borrachera. Sin embargo Chema no creía lo mismo, sentía un enojo incontrolable y no sabía por qué, la voz del hombre de esa noche resonaba en su cabeza de manera molesta y lo hacía enfurecer.

-Claro, con la pedota que te pusiste no te has de acordar ni con cuantos cabrones estuviste-

-Ya cabron, yo cogí con nadie y tu ni estabas ahí como para que me trates de puta y si para esas vamos tú no eres nadie para decirme eso-

El sonido de una cachetada resonó por un segundo para luego ser Chema que tomó el rostro de Chava con su mano y verlo fijamente, durando así unos segundos, empezó a besarlo fuertemente. Salvador no entiendia porque su compadre empezó a besarlo después de la cachetadota que le dio, porque lo hacía tan desesperado y bruscamente y porque le encantaba este lado suyo.

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×| No mamen, llamen a dios

×| perdón, no gozo de sanidad mental suficiente