𝑢𝑛𝑜

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La lluvia chocando contra la ventana creaba una confortable melodía.
Los reportes de la noche anterior habían advertido sobre una fuerte tormenta y vaya que no se habían equivocado.

Era el día ideal para dar la bienvenida al otoño.

Tengen soltó un quejido, acomodándose en la manta con sus pies ya congelado por tanto frío. Al girar el cuerpo sintió algo rendondito en la cara.

Sonrió y se acurrucó gustoso.

—Jeje... —murmuró, amaba dormir en el pecho de su esposa. Se sentía tan cálido y protegido a su lado que la alegria inundaba su pecho por completo.

Sonrío aún con los ojos cerrados y frotó su rostro contra "el pecho de su esposa". Pero, algo no estaba bien.

Arrugó la nariz, ¿Desde cuando sus pechos se habían hecho tan pequeños? Confundido y aun adormilado abrió los ojos, encontrándose con nada más ni nada menos que el trasero de Itemi.

—¡Carajo!  —grito horrorizado. Con razón sentía un olorcito raro.

Ante tanto alboroto, T/N dió un salto y se sentó en la cama mirando a todos lados, mientras Itemi se retorcía para poder enderezarse, durante la madrugada cuando inició la lluvia se escabullo hasta la habitación de sus padres, pero al no querer despertarlos, durmió al revés.

Así es, Itemi durmió al revés, con los pies en la almohada y la cabeza entre las piernas de sus papás. No sabía porque pero esa posición le gustaba, quizás porque no tendría que escuchar los ronquidos de su papá.

—¿Tengen? —Pestañó con dificultad, mirándolo extrañada cuando lo vio haciendo arcadas.— ¿Que pasa, amor?

Itemi bostezo y se sentó en la cama, rascando su barriga.

—Sí papi, ¿Que paso? —preguntó intentando mantener los ojos abiertos.

Se sintio ofendido, que descaro preguntar semejante obviedad.

—¿Como que qué paso? —lo miro asqueado.— ¡Me frotaste el trasero en la cara! —gritó desesperado.— ¡¿Cuando te metiste en la cama, Itemi?!

Ante esa escena T/N se aguantó una carcajada. Definitivamente esta familia nunca podía tener un día normal.

Diariamente ocurría algún inconveniente.

—No sé, papá. —se encogió de hombros.— Pero si estaba soñando que un perro me estaba oliendo el trasero.

Tengen chilló asqueado y se jaló el cabello, esta era la cúspide de las cosas asquerosas que le habían pasado como padre.

Mientras su sufrimiento aumentaba cada vez más, las risas de T/N eran aún más escandalosas, tanto que Itemi tuvo que llevarse las manos hasta los oídos para cubrirlos.

No sabía con exactitud cuanto tiempo río, pero no se arrepentía de haberlo hecho.

—Ay. —suspiró cuando al fin seso su ataque de risa y se levantó, cargando consigo a Itemi.— Ven amor, hagamos el desayuno. —río sutilmente al verlo tan afectado y sin resistirse beso su mejilla.

Tengen sonrió ladino y olvidando todos los males la miró con un inmenso amor, asintiendo y abrazándola por la espalda, caminando entre risas y tropiezos a la cocina, dando inicio a un nuevo y catastrófico día.

Tengen sonrió ladino y olvidando todos los males la miró con un inmenso amor, asintiendo y abrazándola por la espalda, caminando entre risas y tropiezos a la cocina, dando inicio a un nuevo y catastrófico día

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𝑴𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒋𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒂 𝒕𝒊┊♡𝑼𝒛𝒖𝒊 𝑻𝒆𝒏𝒈𝒆𝒏 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora