¡Hola! soy Thoma, un extranjero que llegó a las playas de Inazuma hace once años cuando perdí el conocimiento después de haber caído de un barco al fondo del mar en medio de una tormenta eléctrica. Afortunadamente, el bondadoso clan Kamisato se apiadó de mí y me dió un techo, o más bien, un hogar donde vivir por el resto de mi vida a cambio de jurar lealtad ante ellos...O al menos eso es lo que me han dicho.
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Todo comenzó hace un par de semanas, cuando desperté. Tenía mucho dolor en cada parte de mi cuerpo, me sentía mareado y enfermo. Estaba acostado boca arriba en mi cama, intenté levantarme para buscar a mi madre pero, para mi gran sorpresa, cuando abrí los ojos me di cuenta de que no estaba en mi habitación, es decir, se sentía mía pero puedo jurar que jamás la había visto en toda mi vida. Todo se veía... raro, extremadamente raro.
Cuando pude al fin levantarme, lentamente me desplacé a la ventana más cercana, era doloroso, mi cuerpo me gritaba que debía descansar, pero, ¿descansar de qué? ¿Dónde estaba realmente? ¿Qué me había pasado después de embarcar rumbo a Inazuma para ver a mi padre? Todo era confuso, por más que intentase recordar, me resultaba imposible y hacía que mis constantes mareos aumentaran. Lo único que sabía es que no estaba en mi hogar, Mondstatd, yo estaba en un lugar completamente distinto, no sentía los cálidos rayos de sol que siempre se posaban en mi ventana cada mañana, tampoco escuchaba a los niños pequeños correr y jugar o hablar de los increíbles Caballeros de Favonius, solo podía escuchar silencio, un silencio eterno y tenso.
Mi cuerpo no podía aguantar más, estaba extremadamente cansado como para seguir de pie, pero no podía simplemente volver a la cama como si nada, necesitaba respuestas, así que me aferré a la fuerza que me quedaba para comenzar a hacerme un camino a pasos lentos hasta lo que parecía ser una puerta, detrás de ella había un pasillo abierto, podía ver un hermoso jardín bajo la luz de la luna, estaba muy bien cuidado y lleno de flores exóticas bellísimas. Sé que fue algo estúpido, pero no pude evitar acercarme a ellas para admirarlas, jamás había visto flores así en Mondstadt. Realmente no podía pensar con claridad, solo quería ver esas hermosas flores más de cerca y...
— ¡¡SEÑOR THOMA!!
De repente estaba tirado en el suelo, no me percaté de que habían unos escalones y tropecé torpemente cayendo cerca de esas tan lindas flores que estaban en ese raro jardín. Antes de quedarme completamente inconsciente, pude escuchar como una voz femenina gritaba mi nombre, ¿ella me conocía? Se veía preocupada, corrió hacia mí de manera fugaz y puso su mano sobre mi frente, lo más probable es que tuviese temperatura, con algunos remedios caseros podría recuperarme fácilmente, solo tendría que buscar las plantas medicinales que había guardo en... en... ¿qué plantas medicinales? ¿Qué estaba pasando? Mi cabeza dolía cada vez más, podía escuchar como la señorita recitaba algunas oraciones mas no lograba descifrar exactamente lo que estaba tratando de decir, solo pude alcanzar a ver una silueta masculina acercándose desde la distancia, tenía una belleza excepcional e indistinguible, incluso desde lejos podía notar la elegancia que desprendía, pero para mi desgracia mis párpados empezaron a cerrarse lentamente, haciendo así que mi mirada volviese a dirigirse a aquellas flores, siendo lo último que mi vista logró ver antes de que todo se oscureciera.
Desperté, otra vez.
Estaba en esa habitación extraña de nuevo, pude notar que ya había pasado un tiempo desde mi repentino desmayo debido a que la luz del sol ya había salido, era de mañana. Me encontraba acostado boca arriba como la vez anterior, ahora el aire se sentía más liviano, ya no me costaba mover mi cuerpo, al parecer mi temperatura había bajado mientras dormía, un problema menos, eso era un alivio. Froté mis ojos un poco y una vez más, Intenté levantarme de la cama, sin embargo, en esta ocasión una mano ajena en mi pecho me lo impidió.
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Thoma's Lost Memories || Thomato 🍅
FanfictionEn esta realidad alterna, Thoma perdió su visión pyro durante el Decreto de captura de visiones, y con ella, también su ambición y recuerdos sobre cómo o por quién la obtuvo. Ahora tendrá que rehacer su vida de nuevo con la esperanza de algún día re...